Política

Crisis económica

Macroeconomía en campo propio

La Razón
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Rajoy mide los tiempos políticos, tanto como los económicos. Por ello sabía que en el Debate tocaba hablar de economía. Después de dos años de legislatura es el momento de rentabilizar los esfuerzos que le han enajenado parte de su electorado. Sabe que ahora es el tiempo político de trasmitir esperanza y, como también ha dicho: «ambición». Para ello tiene datos y es el momento de exhibirlos. Hay algunos incontestables, basta compararlos con los del año pasado: la prima de riesgo y el tipo de interés de la deuda soberana española, la reciente mejora de su clasificación por una agencia de rating, la cuota alcanzada por el IBEX, el aumento de las exportaciones, el récord en turistas extranjeros y la balanza comercial positiva. Incluso, en términos de desempleo, puede argumentar que este año han descendido los parados según la EPA. Aunque la cifra no sea alta, es un cambio de tendencia. Lo mismo con la reforma bancaria, con éxitos como Bankia, pero con asuntos por resolver.

Rajoy es consciente que son sus bazas. Bazas que aún no han llegado a calar en muchas economías domésticas. Pero, como se ha dicho en el hemiciclo, nuestra economía ha doblado el cabo de Hornos en plena tormenta, con pérdida de cabotaje, pero manteniendo a flote la mayor parte de la tripulación y los viajeros.

Rajoy sabía que, al contrario del año pasado la economía, especialmente la macroeconomía, es su campo de juego propio, y lo ha aprovechado. En él tiene mucho que ganar y poco que perder, por eso mantiene el balón en ese terreno. Terreno en el que el PSOE no puede contraargumentar porque gran parte de los errores en política económica se hicieron en el Gobierno de Zapatero y los ciudadanos lo saben. Las críticas de Rubalcaba no resultan creíbles, fue su vicepresidente.

Sin embargo, aunque gane el debate económico, no ha acabado su trabajo. Necesita que los éxitos macroeconómicos se trasladen a las economías domésticas. Para ello tiene un instrumento: la reforma tributaria y de los costes de la Seguridad Social. En ambos ha ofrecido proyectos como bandera electoral. Lo tiene claro, el cambio en el IRPF, la baja de tipos a las clases medias, las degravaciones a las familias, son bazas para reencontrarse con su electorado y jugar en campo propio.