Crisis en el PP
Mazón se derrumba ante Feijóo y hoy anunciará su dimisión
Tras un frenético fin de semana Génova fuerza el paso atrás de Mazón, que pasa por un relevo exprés para agotar la legislatura o por la convocatoria de elecciones anticipadas
Sobre la base de una convicción, urge un cambio, Alberto Núñez Feijóo habló ayer con Carlos Mazón, presidente de la Comunidad Valenciana, para decidir de manera conjunta cuál es el mejor escenario tanto para la región como para el partido. Mazón le ha presentado la dimisión a Feijóo, una dimisión que se anunciará a lo largo de la mañana de hoy. Mazón comparecerá para explicarlo. Todo se ha acelerado en cuestión de días, pero el presidente de la Generalitat se ha derrumbado y ha pedido al presidente del PP anunciar su renuncia este lunes.
El aniversario de la dana, las nuevas revelaciones sobre el día de autos, el homenaje de Estado, los insultos de las víctimas, la demoscopia... La operación, que venía tiempo fraguándose en la sombra, de manera soterrada, se ha activado ya. Génova quería dar una salida honrosa a un barón que tenía su futuro sentenciado: «No iba a ser el candidato». De ninguna manera. Según trasladan desde la cúpula popular a LA RAZÓN, la decisión ahora se dirime entre distintos escenarios: un relevo exprés con una investidura para agotar la legislatura en 2027 o elecciones anticipadas.
Toda vez que Feijóo ya tiene clara la salida de Mazón, el embrollo surge a partir del cómo. Para el líder nacional, la mejor ruta tiene nombre y apellido: María José Catalá, alcaldesa de Valencia, que, además, punto a favor, es diputada en las cortes autonómicas. Pero… hay desventajas. Habría que pactar con Vox una nueva sesión de investidura. Desde el entorno de Santiago Abascal aseguran a este diario que no ha habido ningún contacto hasta la fecha.
La dependencia de Vox
Si Feijóo ha tardado un año en «intervenir» en la región es por la dependencia de la formación verde. Además, Mazón ha contado en todo momento con el beneplácito de sus aliados parlamentarios e incluso logró sacar adelante unas cuentas públicas. Pero una nueva investidura es sinónimo de negociación. En un momento en el que las aguas entre los dos partidos andan revueltas. Además, habría que acordar también un relevo en el Consistorio.
Más problemáticas: una parte importante del aparato del partido en la región no quiere a Catalá ni de presidenta ahora ni de candidata en un futuro. De ahí la reunión exprés que el viernes, a sabiendas de que las fichas se estaban moviendo, tuvieron los tres presidentes provinciales en Alicante. La intención era anticiparse con una oferta para resolver la crisis política con unas elecciones anticipadas y un candidato de consenso, que podría ser Vicente Mompó, presidente de la diputación de Valencia.
Queda la duda de si aquel encuentro fue impulsado por Mazón o no. Porque, según apuntan distintas fuentes, el presidente valenciano prefiere ir a las urnas el 18 de enero, aunque él no sea el cabeza de cartel. El motivo: que, de esta forma, podría aspirar a una plaza en el Consejo Jurídico Consultivo durante quince años. Un puesto que le garantiza un sueldo anual de 86.862 euros, además de una serie de ventajas como coche oficial, gabinete y una oficina. Otra derivada más: según el estatuto, si no agota la legislatura y dimite solo podría estar dos años en dicho organismo. La cuestión es: ¿se daría por agotada la legislatura por un adelanto? Hay dudas jurídicas.
Hasta el pasado sábado, el entorno de Mazón negaba que la dimisión estuviera encima de la mesa y restaba trascendencia a la toma de posición de los alfiles. «Todas las especulaciones publicadas sobre la hipotética voluntad del president de la Generalitat son exclusivamente especulaciones que en ningún caso confirmamos», subrayaban en el Consell.
Desde el día después de la tragedia de la dana, Mazón se ha negado a dar un paso atrás. En parte, porque ha sentido el respaldo –tácito o, más bien, crítico– de la dirección nacional de su partido. Por momentos, la presión interna parecía forzar una caída que, sin embargo, ha tardado un año en llegar. Porque el barón regional consiguió ganar tiempo con la reconstrucción, a la que encomendó su futuro, porque las cuentas públicas le dieron oxígeno, porque las encuestas, después de todo, mantienen a las siglas a la cabeza, y porque el PP siempre ha defendido que el Gobierno central actuó de mala fe y que entregar la cabeza de uno de los suyos sería poco menos que asumir que la mala gestión fue solo cosa la de la Generalitat.
Los acontecimientos se han desencadenado cuando en la misma semana en la que Guardiola convoca en Extremadura, Junts rompe con el Gobierno, los gerentes del PSOE declaran en el Supremo, Sánchez acude al Senado y un auto habla de financiación irregular, el monotema es Mazón, por sus contradicciones, por su contestación general, por su futuro judicial. El ruido en torno a su figura perjudica la estrategia nacional hasta hacer la situación insostenible. El PP valenciano se ha movido para intentar fagocitar un golpe de Génova en el que se imponga una dirigente que no es de su agrado. Y Alberto Núñez Feijóo, ayer, se propuso poner orden y encontrar una solución ordenada y pacífica. Pero no hizo falta. Mazón se adelantó y puso su cargo a disposición. Ahora hay que ver cuál es el siguiente paso.