Tribunales

Millet y Montull regresan a la «escena del delito» bajo la sombra de un pacto

Montull quiere un pacto con el fiscal que incluiría la supuesta financiación ilegal de CDC para rebajar la condena de su hija

El expresidente del Palau de la Música, Félix Millet, a su llegada a la Ciutat Judicial donde la Audiencia de Barcelona
El expresidente del Palau de la Música, Félix Millet, a su llegada a la Ciutat Judicial donde la Audiencia de Barcelonalarazon

La Audiencia de Barcelona juzgará a partir de hoy el expolio del Palau de la Música por parte de su expresidente Flix Millet y su mano derecha, Jordi Montull, para quienes el fiscal anticorrupción pide 27 años de cárcel.

Tras décadas dirigiendo codo con codo el Palau de la Música, ocho años de calvario judicial han bastado para distanciar a Fèlix Millet y Jordi Montull, que se han reencontrado hoy en una acalorada conversación en los pasillos de la Ciutat de la Justicia, con la sombra de un posible pacto para delatar a CDC.

La oferta de Jordi Montull a la Fiscalía para salvar a su hija de la cárcel a cambio de relatar la supuesta financiación ilegal de CDC ha condicionado hoy los gestos, conversaciones y acercamientos entre los abogados del caso del Palau, pese a que dentro de la sala de vistas se ha guardado estricto silencio sobre un pacto que no está escrito ni se espera que se pudiera formalizar hasta las postrimerías del juicio.

"La semana que viene será más divertido", ha sido el comentario de Montull a un grupo de periodistas, que han entrevisto en sus palabras, a la salida del primer día de juicio, la amenaza de tirar de la manta sobre los tejemanejes del Palau en la época en que este bastión cultural de la burguesía catalana parecía sustentar el mítico "oasis"catalán.

En un guiño del destino, el Auditorio de la Ciutat de la Justícia -una flamante sala apenas utilizada desde su inauguración en 2008 y donde aún es perceptible el olor a cuero de sus butacas- será durante tres meses escenario del juicio por el expolio del Palau de la Música, que acoge una de las mayores concentraciones de "togas de oro"que se recuerdan en la crónica judicial de Barcelona.

Con un aspecto desmejorado por el paso de los años que ya atestigua las dilaciones indebidas de que podrían beneficiarse en el juicio, Millet y Montull han regresado así a una de las escenas del presunto delito, la Ciutat de la Justícia, que, junto a la línea 9 del metro, es precisamente una de las principales obras públicas en las que se investiga el presunto pago de comisiones de la constructora Ferrovial a CDC.

Consciente de las sospechas de corrupción que la acechan en los casos Pujol y 3%, el abogado de CDC, Xavier Melero, ha logrado reducir hoy la exposición de la formación en la vista oral, renunciado de un golpe a 36 de sus testigos, entre ellos varios cargos del partido que durante cuatro días iban a desfilar ante la sala y ante los ojos de la prensa.

Nadie se atreve a hablar de pacto, pero el posible acuerdo entre el fiscal y Montull que amenaza con llevarse por delante a CDC se husmeaba en los corrillos de abogados, acusados y periodistas que se han formado a las puertas del Auditorio mientras se aguardaba el inicio del juicio, al que Fèlix Millet ha llegado tres minutos tarde y postrado -como ya había anunciado por la radio- en una silla de ruedas.

Los instantes previos al inicio del juicio han ofrecido la imagen de un íntimo encuentro entre Millet y quien fuera su mano derecha Jordi Montull que los fotógrafos no han podido captar, al haber ocurrido en una de las zonas del sótano de la Ciutat de la Justícia vetada a las cámaras y, además, con ambos agazapados tras un discreto biombo.

A unos metros del asistente que conduce su silla de ruedas, Fèlix Millet y Jordi Montull se han enfrascado en una vehemente conversación al oído, protegidos por las mamparas que enmarcaban la puerta de entrada al Auditorio y que suelen ser utilizadas para separar espacios en el diáfano diseño arquitectónico de la Ciutat de la Justícia.

Entre miradas furtivas al elocuente encuentro, no pocos de los corrillos han especulado sobre la naturaleza de la conversación: unos apostaban a un intercambio de reproches por la eventual confesión de Montull, otros a un invitación de este para embarcar a Fèlix Millet en su rumbo al pacto con la Fiscalía.

A ese íntimo encuentro entre los otrora inseparables Millet y Montull, se han sumado poco después el abogado del expresidente del Palau, Abraham Castro, y la letrada de su despacho Gabriela de la Rosa, hija del empresario Javier de la Rosa e investigada por la Audiencia Nacional por repartirse presuntamente comisiones ilegales en un negocio conjunto con Oleguer Pujol, hijo del expresidente catalán.

Como es habitual en los juicios por delitos de "cuello blanco", la vista ha reunido a abogados que coinciden en los principales casos de corrupción vinculada a CDC.

Desde Cristóbal Martell, letrado de los Pujol y hoy de un directivo de Ferrovial; a Xavier Melero, que lleva a extesoreros de Convergència en más de una causa; o Jordi Pina y Jorge Navarro, que representan a Montull y también defienden a empresarios sospechosos del pago de comisiones en la investigación del 3% y el de la fortuna oculta del expresidente catalán Jordi Pujol.

Tres semanas después de que concluyera la vista del 9N, el juicio del Palau de la Música enfrenta también a Xavier Melero, abogado de Artur Mas, con el mordaz fiscal Anticorrupción Emilio Sánchez Ulled.

El cruce de acusaciones del fiscal con el expresidente catalán en la última sesión del juicio por la consulta regaló suculentos titulares a la prensa, que no espera menos de la sesión del 8 de marzo próximo, en que la declaración de los Montull puede allanar definitivamente el pacto.