Pilar Ferrer
Óscar Puente: un telonero tosco y belicoso
El estilo macarra se impone en el PSOE. Es la deriva que está tomando el «sanchismo»
Su intervención no pudo ser más zafia. En su papel de fiel telonero del gran jefe Sánchez, instalado en un desprecio sin precedentes al Congreso y a la propia democracia, Oscar Puente Santiago se lanzó a la yugular de Alberto Núñez Feijóo con un estilo barriobajero, macarra y chulesco. Pinchó en hueso, pues el líder del PP tuvo una de las alocuciones más brillantes que se recuerdan en la Cámara Baja. Con elegancia y sosiego impecable no entró al trapo de los burdos ataques de un diputado ordinario con vulgar lenguaje, tanto que en su día le retiraron el papel de portavoz del PSOE por sus maneras ofensivas. El exalcalde de Valladolid es un político tosco y belicoso, amante de la gresca, que fue escogido por Pedro Sánchez para intentar desestabilizar a Núñez Feijóo. Fracaso absoluto, el gallego no se inmutó y le puso en su sitio con tan solo dos frases fulminantes: “No caeré en el club de la comedia, esto es lamentable”, enfatizó el candidato del PP a la investidura. Oscar Puente regresó a su escaño, como dice el refrán, con el rabo entre las piernas, aunque coreado por los aplausos de la bancada socialista sumisa al líder supremo, bien pagada y adoctrinada. En el PP cundía el estupor ante tamaña degradación institucional.
Es la deriva que está tomando el “sanchismo”, basta observar el desdén anclado en el rostro de Pedro Sánchez, su efusivo abrazo al leal siervo Oscar Puente y los aplausos encendidos de algunas ministras socialistas, curiosamente no secundados por la lideresa de Sumar, Yolanda Díaz, y las podemitas Ione Belarra e Irene Montero. El vallisoletano salió satisfecho de sus agresivas machadas, con el orgullo del deber cumplido a las órdenes del jefe. Si lo que Sánchez pretendía era poner al gallego frente a algunas contradicciones, el resultado fue penoso: Alberto Núñez Feijóo hizo un discurso extraordinario, de hombre de estado, que suscitó incluso una gran sorpresa entre sus propios diputados. Con un aplomo admirable esquivó las provocaciones del telonero Puente quien, ante la escasez de altura y argumentos, tuvo que recurrir a Fariña, la serie “Verano azul” o absurdas fotografías del pasado. “Parece un Rubiales, solo le falta echar mano de sus genitales”, ironizaban algunos parlamentarios del PP. Otros iban más allá: “Como gorilas en la niebla”, en alusión a los gestos desabridos del antaño Alcalde de Valladolid. El estilo macarra se impone en un PSOE que, como dijo un día Alfonso Guerra, ya no lo conoce “ni la madre que lo parió”.
La decisión de que fuera Oscar Puente quien diera la réplica a Núñez Feijóo la tomó personalmente Pedro Sánchez y sólo la conocían muy pocas personas de su entorno. Ni siquiera se anunció en la reunión a primera hora del grupo socialista. “Ha sido un golpe efectista”, decían luego los diputados del PSOE, a quienes la presencia de Puente en la tribuna les pilló con el pie cambiado. Es el estilo de Pedro Sánchez, orden y mando, sorpresas de última hora sin discusión. Como dicen en el PP, al PSOE únicamente “le queda la S de Sánchez”. La consigna era que Oscar Puente tuviera una intervención hiriente, cruda y belicosa, con el objetivo de desestabilizar a Feijóo. El resultado fue todo lo contrario: el gallego no entró al ataque zafio y demostró que es un magnífico orador sin caer en el insulto. El ex regidor de Valladolid, el portavoz más breve del partido, fue rescatado por Pedro Sánchez precisamente por esos modales burdos y toscos que también exhibió durante su mandato en el Ayuntamiento puzelano. Allí, en el salón de plenos aún se le recuerdan sus desatinos.
Oscar Puente Santiago, abogado y político socialista, nació en Valladolid, dónde estudió Derecho, y fue su alcalde durante ocho años. En el 2015, a pesar de obtener unos malos resultados logró la Alcaldía con el apoyo de grupos regionalistas y la izquierda de Unidas Podemos, y la perdió en este tercer mandato al pactar el candidato del PP, José Julio Carnero, con Vox. Divorciado de la magistrada Laura Soria es padre de dos hijas, una de ellas Carmen Puente, cantante participante en “La voz Kids”. Activo “sanchista” apoyó a su líder en las primarias del partido y se postuló en posiciones izquierdistas. Tras la salida de su compañera Soraya Rodríguez, mujer de plena confianza de Alfredo Pérez Rubalcaba, aseguró: “No la vamos a echar de menos, pues el partido estaba culo en pompa hacia la derecha”. Puente nunca se ha caracterizado por su contención dialéctica y han sido sonadas sus polémicas, como cuando protagonizó una gresca con el podemita Pablo Iglesias al difundir una fotografía suya con el entonces líder de Ciudadanos, Albert Rivera, en la cafetería del Congreso. En su etapa como regidor también tuvo enfrentamientos con algunas concejalas de la oposición, que le tildaban de “Barriobajero y machista”.
En otra ocasión se negó a condenar el régimen venezolano, cuya crisis encuadró “en la responsabilidad colectiva de todo un pueblo y no sólo de un gobierno”. A pesar de sus tintes izquierdistas es un fiel defensor de la Semana Santa vallisoletana y cofrade del Descendimiento y el Santísimo Cristo de la Buena Muerte. Amante de la buena vida, también fueron muy polémicas unas fotos suyas en bañador, durante unas vacaciones a todo lujo en un afamado “resort”. Tras su última trifulca con un pasajero en el AVE, durante su réplica a Núñez Feijóo no olvidó lanzar una pulla a Felipe González, Alfonso Guerra y la “vieja guardia” al afirmar que el PSOE “No es de ningún dirigente histórico, solo de sus militantes, o sea del pueblo”. En ese momento Pedro Sánchez se levantó de su escaño y aplaudió con vehemencia a su fiel telonero. Misión cumplida.
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