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Pablo Casado hará de España Suma su principal arma electoral

La estrategia del PP: El proyecto no tiene viabilidad por el «no» de Rivera, pero Génova no renunciará a mantenerlo en el centro de su campaña si hay elecciones

Pablo Casado hoy en el desayuno de Nueva Economía Fóru. (Foto: Cipriano Pastrano)
Pablo Casado hoy en el desayuno de Nueva Economía Fóru. (Foto: Cipriano Pastrano)larazon

La estrategia del PP: El proyecto no tiene viabilidad por el «no» de Rivera, pero Génova no renunciará a mantenerlo en el centro de su campaña si hay elecciones

España Suma no tiene recorrido electoral como marca que aglutine el voto del centro derecha, pero será el lema principal de la campaña de Pablo Casado si hay repetición de las generales en noviembre. La dirección nacional del PP sabía el final de este proyecto político antes de que formalizase su registro como marca electoral y dirigiese todas sus energías a alimentar la iniciativa. No había duda porque para Ciudadanos (Cs) es tanto como pedirle desde el punto de vista político que rectifique la esencia de la estrategia de Albert Rivera, la de volcar todos sus recursos en la competencia con el PP por el liderazgo del centro derecha. España Suma anula la competencia, refuerza, eso sí, las posibilidades de la alternativa de gobierno a la izquierda que representan PP, Cs y Vox, pero a costa de que Rivera se subordine a las siglas del PP.

En cualquier caso, más allá del interés partidista que frustra la alianza, y en la que sólo habría tenido cabida Vox, y si acaso, de haber entendimiento entre PP y Cs, Génova ha encontrado en este «señuelo» la bandera con la que arrastrar a su favor, con más fuerza que en los anteriores comicios, el voto útil. A nivel nacional no tienen dudas de que, aunque frustrada como realidad electoral, España Suma puede «sumar a favor de Casado en las urnas». A pesar de que por territorios la motivación que genera el proyecto no tenga la misma intensidad. País Vasco lo rechaza. Galicia, también. Y en otras baronías también se levantaría la voz si se intentase imponerla como arma electoral, pero callan porque es una partida nacional que no irá más allá de ser «leitmotiv» del discurso de campaña de la dirección del partido.

La gestualidad del movimiento, si bien en su esencia está avalado por los datos demoscópicos, explica que el PP haya actuado con la vista más puesta en liderar la idea mediáticamente que en intentar buscar un consenso previo con Cs antes de echarla a andar. Previsiblemente, esos contactos exploratorios para actuar de manera consensuada, de haberse producido, habrían quedado también frustrados porque en el primer intento Rivera se habría desmarcado. Pero ni siquiera se concretaron en ningún nivel porque lo que está en juego es un arma útil en la mercadotecnia comunicativa, sin más.

Casado no la abandonará a pesar de que no haya dudas de que no tiene recorrido porque le sirve para meter presión sobre Cs y para seguir «golpeando» al electorado con el mensaje de que la fragmentación del voto beneficiará de nuevo a Pedro Sánchez, como ya ocurrió en las anteriores elecciones. Ante esta repetición electoral los partidos tienen agotado su margen discursivo. No pueden improvisar un nuevo programa ni tampoco unas nuevas listas. Por lo que a la izquierda sólo le queda la batalla por quién es responsable de que no haya habido todavía un acuerdo; y a la derecha el pulso por ver quién gana la pelea por el voto útil.

El líder popular presentó ayer al presidente de la Junta de Andalucia, Juan Manuel Moreno, en un desayuno informativo en el Forum Europa, en Madrid. El acto significó una encendida defensa de España Suma, con el «barón» andaluz ejerciendo de avalista de un proyecto que otros presidentes, como el gallego Alberto Núñez Feijóo, ya han dicho que no lo ven extrapolabe a su comunidad autónoma.