Relevo en el PP

Pablo Casado: un líder de sonrisa fácil y liderazgo natural

Euprepio Padula destaca las tres claves de liderazgo de Pablo Casado

Pablo Casado a su llegada a un restaurante de la capital para almorzar, tras ser elegido nuevo presidente del PP / Foto: Efe
Pablo Casado a su llegada a un restaurante de la capital para almorzar, tras ser elegido nuevo presidente del PP / Foto: Efelarazon

Euprepio Padula destaca las tres claves de liderazgo de Pablo Casado.

Conocí a Pablo Casado hará unos tres años, en el plató de La Sexta Noche. En aquel primer encuentro me sorprendió por su sonrisa contagiosa, simpatía y también por su evidente ambición. Sin cortarse un pelo y conociendo mi profesión, me preguntó que tal había estado en la entrevista para, acto seguido, darme su móvil y pedirme que, desde ese momento, le dijera siempre qué tal lo hacía desde el punto de vista de la comunicación. Ya aquella noche me pareció que el joven político derrochaba sencillez, humildad y ganas de aprender, cualidades todas ellas básicas para quien quiere llegar muy lejos. Desde ese día han pasado, como digo, tres años. Una perspectiva más que suficiente que me permite destacar de quien, desde ayer es ya presidente del PP, al menos tres claves de liderazgo muy relevantes.

1. Resiliencia

Sin duda, la virtud más sobresaliente de Pablo Casado es la que adorna a todos los grandes líderes: la RESILIENCIA. Nadie ha aguantado tanto como él hasta llegar, tras semanas de ataques y desprecios, a la cima. Las críticas, tanto respecto a su Máster como a sus estudios, han sido tremendas. Pero al igual que Pedro Sánchez, que tras su defenestración del famoso Comité Federal del primero de octubre de 2016 cogió su viejo coche y recorrió España entera volviendo a empezar, Casado lo ha aguantado todo y por toda ‘ofensa’ se permitió únicamente un recado a su rival, recomendándole menos soberbia. El tiempo le ha recompensado. Ahora ya conoce en carne propia lo que significa el viejo aserto de Cela: ‘En España, quien resiste, gana’. Íntimamente unida a esta resiliencia está la capacidad de crear un CLIMA DE ÉXITO: Pablo y los suyos han tenido la habilidad, sobre todo en los últimos días de generar un cierto estado de euforia que transmitía una inquebrantable seguridad de que iban a ganar. Una apelación emocional que ha tenido sus frutos.

2. Empatía

Casado ha estado además sobrado de EMPATÍA. Buen comunicador, hábil en la distancia corta, con ‘calle’ y sonrisa franca. Desde el principio dejé dicho que era el candidato preferido por los militantes. Así se ha demostrado. Las bases le han querido más que a una fría Sáenz de Santamaría a la que seguía costando el contacto con la gente.

En estas últimas horas, la exvicepresidenta se ha dado cuenta de que un líder político tiene que hacer partido... y calle. Justo lo que ella nunca hizo porque estaba demasiado ocupada gobernando. No es ningún demérito, pero le ha pasado factura; no ha sido suficiente para ganar el reto de las primarias.

3. Cabeza ordenada

Hay una tercera clave de liderazgo que, en el joven y flamante presidente del PP, destaca de manera sobresaliente: una CABEZA ORDENADA y una gran capacidad para elegir el tono y el registro adecuado a cada momento para, insisto, inspirar, emocionar y PROYECTAR ÉXITO Y TRIUNFO, como he esbozado en el anterior apartado. Si en la mañana del sábado, cuando todo estaba por decidir, escuchamos de labios de Casado un discurso emocional, inspirador y algo ‘mitinero’, pasadas ya las dos de la tarde, cuando ya era el seguro triunfador de las primarias, trabó una pieza oratoria de ‘hombre de Estado’, es decir, lo que quiere ser más pronto que tarde. Y esbozó un completo y articulado programa de Gobierno con el que aspira, por un lado, a robarle a Ciudadanos buena parte del voto que los populares perdieron por la corrupción y por otro, a desalojar cuanto antes al PSOE de La Moncloa.

Desde ahora comienza una labor todavía más complicada: la de UNIR un partido completamente roto y de ideologías muy variadas. INTEGRAR será su principal tarea; lo ha prometido en su discurso, aunque no es una tarea fácil. Pero es un empeño clave si es que Casado quiere volver a conducir al Partido Popular a cruzar las escurridizas escaleras del Palacio de La Moncloa.