Cargando...

La alternativa

El plan migratorio de Feijóo: las promesas incumplidas de Rajoy

El PP propuso un «visado por puntos» en su programa de 2008 y habló de expulsar a «migrantes que delincan»

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, este domingo en Murcia, junto a sus barones EUROPAPRESS

No fue ayer. No. Ocurrió en 2008. Pero al ritmo en el que se desarrollan los acontecimientos políticos en nuestro país, podría parecer la era medieval. En realidad, fue cuando los chispazos previos al estallido de la crisis financiera. Las calles de toda España, empapeladas con los rostros de los candidatos. Campaña electoral. La inmigración ilegal aumentaba y el candidato conservador, Mariano Rajoy, decidía endurecer su posición. De forma considerable.

«El PP exigirá un visado por puntos a los extranjeros», rezaban los titulares de la prensa un 9 de febrero. Daban cuenta de una promesa del programa electoral, que pedía priorizar la llegada de personas procedentes de países de Hispanoamérica, por los «vínculos históricos». Quedaba un mes exacto para la cita con las urnas.

El principal partido de la oposición también pedía simplificar los «procedimientos administrativos» para agilizar deportaciones y «un contrato de integración», que debían firmar los que llevaban más de un año en España. El Estado garantizaría: «Los mismos derechos y prestaciones que a un español» y contribuiría «a enseñarle la lengua, ayudarle en su integración y respetar sus creencias y costumbres, siempre que no sean contrarias a las leyes españolas». En contraprestación, los inmigrantes debían dar su «sí» a la legislación vigente, aprender español, pagar impuestos y «respetar las costumbres» de la nación.

Además, el PP pedía dar puerta a todo extranjero en busca de residencia si estaba más de un año sin encontrar empleo. Otra medida: modificar el Código Penal para expulsar a los inmigrantes, con papeles o sin ellos, que delincan. Finalmente, abrió el debate de aquellos que profesan la religión islámica, con una postura rotunda: nada de velo en las aulas, salvo en Ceuta y Melilla.

En un mitin en Barcelona, el candidato popular denunció: «Han venido a España muchos delincuentes extranjeros» y se mostró «abierto a los inmigrantes que quieran vivir, trabajar y crecer» en España, pero de ser presidente, advirtió, habría cerrojazo para «todos aquellos que atenten contra la seguridad y la tranquilidad de los españoles». Contra su rival, Zapatero, cargó por acometer «regularizaciones masivas».

En 2011, Rajoy llegó al Gobierno. Pero no llevó a cabo ninguna de las promesas citadas en estas líneas. Ahora, casualidad o no, como el debate sobre la canción de los Rolling Stone que concuerda con la de una banda española, Génova pone encima de la mesa un plan que recupera muchas de las promesas perdidas.

Este fin de semana, Alberto Núñez Feijóo se recluyó con sus barones en Murcia, lugar clave para la geografía de la derecha española, donde a base de denunciar la inmigración ilegal y el abandono de la agricultura, Vox ha cosechado sus mejores resultados. En la declaración que firmaron los mandos populares, destaca un apartado sobre el resto: el migratorio. La dirección nacional anda inmersa en el diseño de un plan integral para responder a un fenómeno que propulsa a partidos antisistema, con un catálogo de medidas contundentes.

Ayer, Feijóo lanzó una de ellas: un «nuevo visado por puntos», en la senda del implementado en países como Australia, Canadá y el Reino Unido o el propuesto en su día por Rajoy, «que prime la entrada de quien quiere trabajar en los sectores donde hay falta de mano de obra». La idea es priorizar la llegada de «quien conoce mejor nuestra cultura y tiene mayor capacidad de integración».

El visado por puntos de Feijóo

Además, «computará el compromiso de países de origen» con una «política migratoria» similar a la que se aplique en nuestro territorio. «Si nos ayudan, serán recompensados. Si incentivan el desorden, no». Es decir: «No tendrán visado las personas que vengan de los países que no se comprometan a mantener el orden». Fuentes de la cúpula puntualizan: si los países de origen luchan contra las mafias, sus ciudadanos tendrán las puertas abiertas. De lo contrario, se encontrarán con barreras.

El PP defiende neutralizar el «efecto llamada» del Gobierno. Aunque también censura el discurso de Vox. Este domingo, el líder popular disparó a los dos flancos. «Cada inmigrante debe ser tratado como ciudadano responsable de sus actos, con derechos y deberes. Ni es una víctima que no es dueña de sus actos, como dice el PSOE, ni es un delincuente por defecto, como dice Vox». La solución, añadió, no es «ni regularizarlos a todos ni echarlos a todos al mar».

Unas palabras que han irritado a Santiago Abascal, que escribió en su cuenta de X: «Feijóo se une a la demonización de VOX con mentiras y manipulaciones. No le basta con engañar a sus votantes. Tiene que preparar su nuevo pacto con el PSOE. Feijóo es todo lo contrario a una alternativa, porque ya miente y estafa igual que Sánchez». En las próximas semanas Feijóo presentará el paquete completo. Ayer recordó que la inmigración figura en lo más alto de las preocupaciones de los españoles. De ahí el afán por armar su alternativa.