
Política Exterior
Los barones del PP aparcan el debate sobre Gaza
Durante el retiro de Murcia, Feijóo ha evitado armar una postura común: «La política exterior es su responsabilidad»

Igualdad, Transportes, Infraestructuras y Energía y Defensa del Sector Primario. Estos son los ejes de la tercera declaración que firman Alberto Núñez Feijóo y los barones de su partido en Murcia, fraguada en las últimas cuarenta y ocho horas. Además, hay un manifiesto en el que, en líneas generales, todos denuncian la situación actual, marcada por la inestabilidad parlamentaria, los fallos de los servicios públicos y los escándalos judiciales.
Sin embargo, el PP ha eludido fijar un posicionamiento común con los territorios con respecto a la guerra en Gaza. En las últimas semanas, algunos presidentes de peso han verbalizado una palabra proscrita para la dirección nacional: «Genocidio». El primero fue el gallego, Alfonso Rueda, luego, el andaluz, Juanma Moreno. En la dirección eluden hacer lo propio hasta que no exista una resolución judicial de la Corte Penal Internacional.
Según destacan fuentes presentes en el encuentro de este fin de semana, «la política exterior compete a Feijóo», por lo que justifican que el cónclave murciano no era el contexto propicio para hablar del tema. «Es su responsabilidad». Es decir, que lo que digan los barones, entre los que existen diferencias considerables, particularmente por parte de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, es lo de menos.
El objetivo de ese fin de semana era otro: enhebrar una hoja de ruta común para derrotar a Sánchez. Por eso, Feijóo, se centró, de un lado, en reaccionar a los escándalos del Gobierno y, de otro, en proponer una agenda alternativa para dibujar otra España. En su discurso, aseguró que «la única alternativa que tiene el Estado, la única opción de futuro de la política española» es el PP.
«Lo que está pasando en España no es normal, no había ocurrido nunca». Y enumeró la (no) gestión de su rival, la falta de propuestas, la debilidad parlamentaria. «El Gobierno genera tensiones porque carece de soluciones». Mencionó los últimos escándalos: el fallo de las pulseras telemáticas. «El mismo Sánchez que pide clemencia para su mujer no ha tenido ni una palabra de disculpa para las mujeres que ha desprotegido». El caos ferroviario, «termómetro de la inoperancia del Gobierno».
Lanzó propuestas para construir «más viviendas» y atajar un problema estructural que afecta, sobre todo, a los jóvenes. Habló de luchar contra la okupación ilegal y, en clave económica, de bajar los impuestos.
«Sánchez va a acabar mal, no tengo ninguna duda»
Denunció las «trampas» de Sánchez, como el cupo separatista, la condonación de la deuda y sus intentos de dividir al PP, pero le advirtió de que están prietas las filas en su formación y con un rumbo común: «Vamos a limpiar juntos lo que ha ensuciado y vamos a construir juntos el proyecto que levantará España».
Rodeado de sus barones, el presidente del PP presumió de «unidad». Puro contraste con Sánchez. «Imaginaos que hace una reunión con sus barones, habría tres sillas», bromeó para risotada del respetable en el Teatro Circo. De la corrupción y el rosario de investigaciones judiciales que cercan a la Moncloa: un vaticinio. «Sánchez va a acabar mal, no tengo ninguna duda».
Sobre el plantón que su esposa, Begoña Gómez, dio este sábado al juez Peinado: «Quien nada tiene que ocultar, no se esconde». Y un dardo a los socios: «¿Querrán acabar peor que él?». A los españoles les trasladó su comprensión: «Muchos tienen ansiedad por todo lo que está pasando». Y les ofreció un proyecto que demuestre que «lo que fallido» es el Gobierno y que, si tiene ocasión, reparará los daños y levantará España: «Con convicción, valores, claridad, verdad y sentido».
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