Exhumación de Franco

Por una sentencia no política

Exhumar a Francisco Franco no es más que el primer paso para desacralizar el Valle de los Caídos

Las visitas a la tumba de Franco se han multiplicado desde que el Gobierno anunció su intención de exhumarle del Valle de los Caídos / Foto: Jesús G. Feria
Las visitas a la tumba de Franco se han multiplicado desde que el Gobierno anunció su intención de exhumarle del Valle de los Caídos / Foto: Jesús G. Ferialarazon

Exhumar a Francisco Franco no es más que el primer paso para desacralizar el Valle de los Caídos.

Todo parece indicar que el próximo día 24 de septiembre el Tribunal Supremo dictará la sentencia esperada respecto a los recursos que la familia Franco, la Fundación Nacional Francisco Franco, la Comunidad Benedictina y la Asociación de la defensa del Valle de los Caídos han interpuesto contra los acuerdos de exhumación y reinhumación del Consejo de Ministros de los pasados días 15 de febrero y 15 de marzo.

Desconozco por supuesto que es lo que dictaminará el Supremo si bien algo parece desprenderse de lo que puede decir el Alto tribunal, toda vez que tal que si fuera un partido de fútbol radiado determinados medios van filtrando noticias que no pueden venir de otro sitio que de la Plaza de las Salesas, si bien no dudo que muchas veces también pueden ser el fruto de la imaginación o deseo de más de uno.

Desde la Fundación Nacional Francisco Franco no esperamos otra cosa que se nos dé la razón pues estamos convencidos de que nos asiste la razón y el derecho, más «cosas veredes amigo Sancho» dijo Don Quijote y bien pudiera ser que razones que nos superan inclinaran la opinión de los que tienen en sus manos revertir el sentido de la historia. Al fin y al cabo luchamos contra el Estado y todo su poder que no es poco.

De validarse el acuerdo de exhumación será importante ver como se fija, en su caso, la capacidad de los poderes públicos de intervenir en una Basílica inviolable y sagrada donde la única autoridad es el Prior de la Abadía, y, por otra parte, también, donde queda el derecho de una familia a inhumar un familiar allá donde deseen. Serán puntos importantes a observar en la sentencia.

Con todo para mí en el fondo subyace no ya el Derecho sino la propia historia de España. El hombre que salvó a España de convertirse en un satélite de Stalin, el hombre que salvó a España de entrar en la Segunda Guerra Mundial , el hombre que propició la mayor transformación social y económica de toda nuestra historia, el hombre que restauró la Monarquía, el hombre que salvó a la Iglesia católica de su desaparición, va a ser humillado en su tumba. O eso se creen, y pretenden, porque allí lo único que hay son restos cadavéricos. Francisco Franco no está allí. Ya está en la historia.

«Humillar a los muertos es cosa de cobardes», dijo Napoleón desconociendo cuantos desagradecidos íbamos a encontrar en España 200 años después.

¿ Dónde están todos aquellos que le vitoreaban en vida? ? dónde están todos esos cobardes que no se atreven siquiera a pronunciar su nombre?

Y yo me pregunto si quienes tienen que decidir son conscientes de que exhumar a Franco no es más que un primer paso para desacralizar el Valle y convertir lo que el Generalísimo pretendía fuera un monumento cristiano para honrar a todos los caídos de ambos bandos en un parque temático porque quede claro que para la historia serán responsables de ello también.

Nos encontramos en el siglo XXI en plena revolución tecnológica y en los albores de una explosión que va a cambiar el mundo en apenas cinco años y los españoles nos encontramos enfrentados de nuevo por sucesos de hace ya casi un siglo, todo para mayor gloria de unos políticos sectarios y llenos de odio que les utilizan para sus intereses particulares de partido.

Ignoro que es lo que nos dirá la sentencia más espero que se ajuste a la ley y no a la política – veremos– pero sea cual sea quede claro que los que no abandonamos el barco fácilmente seguiremos utilizando todos los medios legales a nuestro alcance si consideramos que se vulneran derechos fundamentales. Hasta el final .

Y allá cada cual con su conciencia. La historia les pondrá en su sitio.