Madrid

Rajoy evitará «gestos» en el Congreso que señalen a un posible sucesor

Busca equilibrios en la nueva Ejecutiva donde, hasta la ajustada votación de la enmienda de acumulación de cargos, todos daban por hecho que repetirá Cospedal como secretaria general

Mariano Rajoy, ayer antes de que empezara el Congreso del PP en Madrid
Mariano Rajoy, ayer antes de que empezara el Congreso del PP en Madridlarazon

Media ante el pulso que mantienen los delfines por tomar poder en la nueva Ejecutiva que nombrará hoy

La primera noticia de la primera jornada del Congreso Nacional del PP, que ayer arrancó en Madrid, fue la confirmación de que Mariano Rajoy no anunciará hasta hoy el equipo con el que presentará su candidatura para ser reelegido como presidente nacional de su partido. Con esa base, en las filas populares siguieron ayer dando forma a la tesis de que habrá pocos cambios en la dirección y que María Dolores de Cospedal puede continuar como secretaria general. Pero lo ajustado de la votación de la enmienda contra la acumulación de cargos interfirió en el clima del cónclave. Éste es el único debate de cierta entidad que ha acompañado a los preparativos del Congreso, que llega con mucho retraso por los procesos electorales. La expectación, por tanto, sobre los nombramientos era ayer moderada, «aunque hasta que no hable Rajoy todo hay que dejarlo siempre como posible», apuntaba a última hora en un corrillo un veterano dirigente. El presidente ha hablado ya con Cospedal y también ha tanteado a otros miembros de la dirección de su organización, pero hasta ahora siempre ha optado por esperar hasta el último momento antes de comunicar incluso a los afectados sus decisiones.

En principio, lo que se espera del día de hoy es bastante continuidad en general, con pocas caras nuevas. Es la hipótesis de trabajo del partido. Y en estas últimas horas, a la espera de Rajoy, la única tensión se ha centrado en el pulso de dirigentes catalogados ya como «delfines» y de algunos barones por tomar poder dentro del nuevo Comité Ejecutivo. Por tener cuota de representación, ya que internamente siempre se mide ese reparto de fuerzas, aunque sea más simbólico que otra cosa. En esa lectura hoy se echarán cuentas en la lista de vocales sobre los nombres que se sitúan en el entorno de Cospedal, ministra de Defensa, o de la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría. Y también sobre los «peones» que colocan otros barones, como Alberto Núñez Feijóo o Cristina Cifuentes.

No obstante, en el entorno de Rajoy descartaban anoche tajantemente que el presidente fuera a hacer gestos «con entidad» en favor de ningún posible sucesor. Intencionadamente, el jefe del Ejecutivo ha dejado absolutamente fuera de la agenda este tema, esquivando incluso debates pendientes dentro de su formación como el de la limitación de mandatos. Y aun a pesar de que tiene un compromiso adquirido con Ciudadanos por el pacto de investidura en esta materia. En ese sentido, las fuentes consultadas explicaban ayer que haber entrado en esa cuestión en este Congreso habría supuesto oficializar la situación de Rajoy como eso que los americanos llaman «pato cojo», un presidente y líder del partido en fase de salida. Y el ejemplo de José María Aznar no quieren seguirlo en la actual dirección popular.

Más allá del debate sobre la continuidad de Cospedal, y sobre algunas cuestiones sociales como la maternidad subrogada, Rajoy se presenta hoy ante el Congreso con las manos libres para tomar sus decisiones y sin nada que arriesgar. En Moncloa sostienen que el PP va a «ponerse de moda» conforme vayan pasando las elecciones en Holanda, Francia, Alemania e Italia. Y que sólo por eso este Congreso llega en el momento más oportuno para poder escenificar un ejercicio de unidad alrededor del liderazgo del presidente del Gobierno. «Los temas polémicos y personales que siempre hay en todo Congreso están reconducidos. Con que se valore lo más básico saldremos mañana ganando en afecto y en votantes», proclaman, con cierta euforia. Esa clave electoral ha pesado también en la estrategia con la que Rajoy afronta este Congreso. Al líder popular le gusta más pecar de prudente que arriesgar, y que la noticia sea muchas veces la no noticia. En esta ocasión, el Congreso es el arranque de un proceso de reorganización interna del partido que estará acabado antes del verano. No por casualidad, sino porque con toda la intención Rajoy ha querido que su maquinaria política esté engrasada plenamente, y actualizada en su poder territorial, para el próximo curso político. La explicación la daba ayer un ministro sin perderse en matices. «No queremos líos. Vamos a explotar la unidad y el liderazgo de Rajoy. El discurso es de apuesta por la Legislatura, pero eso no depende de nosotros. Y después del verano esto puede cambiar mucho. No están aún los Presupuestos de 2017 y en septiembre habría que presentar ya los de 2018. Habrá encuestas y una nueva dirección socialista. Y todos haremos cálculos en función del nuevo tablero político. El viento viene a favor y en este Congreso no podemos distraer energías del objetivo de seguir recuperando votantes». Rajoy centrará hoy su discurso ante el Plenario en el partido, con ausencias tan sonoras como la del ex presidente Aznar. Mañana hablará ya más como presidente del Gobierno.