Mariano Rajoy

Rajoy rechaza la huelga a la japonesa que defienden Tejerina o Cifuentes

"No me reconozco en la afirmación de huelga a la japonesa que ha hecho algún miembro de mi partido", ha subrayado Rajoy

GRAF6196. MADRID, 06/03/2018.- El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, durante la sesión de control al Gobierno celebrada esta tarde en el pleno del Senado. EFE/Kiko Huesca
GRAF6196. MADRID, 06/03/2018.- El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, durante la sesión de control al Gobierno celebrada esta tarde en el pleno del Senado. EFE/Kiko Huescalarazon

El Gobierno ha ido matizando la beligerancia inicial contra la movilización feminista del jueves, con motivo del Día de la Mujer, según se aproxima la fecha de la huelga. El PP la tachó incluso de «elitista». Lo que más llama la atención es que los matices más significativos han venido de voces masculinas del partido. El lunes el «número dos» de la ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, se descolgó con un discurso mucho más conciliador que el que se ha escuchado en otros referentes femeninos populares. El secretario de Estado seguía, cierto es, la línea en defensa de la igualdad y de los derechos de la mujer marcada por la ministra en una entrevista a este periódico el pasado domingo.

Ayer fue el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el que rectificó a dos de sus «primeras espadas», a la ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, y a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, al posicionarse en contra de «la huelga a la japonesa» defendida por ellas. Rajoy fue esta vez muy claro y en el pleno del Senado sentenció que no se identifica con las manifestaciones de miembros de su partido sobre una huelga «a la japonesa». «No me reconozco en la afirmación de huelga a la japonesa que ha hecho algún miembro de mi partido», respondió en la sesión de control al Gobierno en el pleno del Senado, y en respuesta a la pregunta de la senadora de Nueva Canarias María José López Santana sobre los compromisos concretos del Ejecutivo para mejorar las condiciones sociolaborales de las camareras de piso, las llamadas «kellys». La senadora provocó la rectificación de Rajoy cuando le reprochó que miembros de su Gobierno hayan defendido una «huelga a la japonesa», lo que, según subrayó, obligaría a estas mujeres a hacer 80 camas al día en vez de 40. López Santana recordó ante el Senado que la jornada laboral de las camareras de piso que trabajan en el sector turístico ya es una huelga a la japonesa diaria, incidiendo en que el 90% sufren trastornos musculares y esqueléticos y la mayoría padecen ansiedad.

«Pocas llegan a la edad de jubilación y las más tienen una pensión irrisoria. Yo lo llamo crueldad laboral y explotación laboral. Díganles que hagan huelga a la japonesa y que así es como se defienden los derechos de las mujeres», añadió la senadora, que se presentó como hija, prima y sobrina de camarera de piso.

Fue en el intercambio dialéctico cuando Rajoy, sensibilizado por la situación de este colectivo, replicó que no se reconoce en esas afirmaciones. También anunció que su Ejecutivo aprobará la inclusión de algunas enfermedades profesionales en el cuadro del sector de la hostelería, como la del síndrome del túnel Carpiano, y se comprometió a recibir a sus representantes en La Moncloa.

El PP es un partido que saca pecho de su capacidad para mantener un discurso único, incluso en lo que toca al sensible problema territorial. Cierto es que ya ha habido diferencias en materia social, a las que siempre han puesto sordina, pero esta movilización feminista deja ver la falta de un argumentario único y cohesionado a la hora de fijar posición ante una huelga que oficialmente no apoyan. En la misma línea que Ciudadanos, por cierto. La sensibilización social obliga a comunicar con eficacia esta postura, para que no se interprete como que no están respaldando las principales reivindicaciones de la protesta. Y en el PP son conscientes de que es «una cuestión muy delicada, que obliga a explicarse bien»: el fallo está en la gestión de la puesta en escena de la desvinculación de una movilización que atribuyen «a una campaña orquestada por la izquierda y con planteamientos radicales». Después de que hablara Rajoy, Tejerina se ratificó en su decisión de hacer una huelga «a la japonesa» con el argumento de que le faltan «días a la semana y horas al día» para hacer todo lo que tiene que hacer. «Todo lo que haga el presidente me parece extraordinario», añadió.

En cualquier caso, Tejerina y Cifuentes no han sido las únicas mujeres del PP que se han desmarcado de la protesta de este jueves. La ministra de Defensa y secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, aseguró hace un par de semanas, en una entrevista por parte de Carlos Alsina en el programa «Más de uno», en Onda Cero, que su partido no estaba de acuerdo porque «una huelga para defender la igualdad entre hombre y mujeres tendría que estar hecha por ambos, no sólo por mujeres». También consideró que puede tener cierto impacto, pero que, a su juicio, no es «relevante» para las mujeres.