Memoria Histórica
Los restos mortales de Primo de Rivera, camino del cementerio de San Isidro
Un forjado de hormigón en el interior de la sepultura ha retrasado la exhumación
El coche fúnebre con los restos mortales de José Antonio Primo de Rivera ya va camino del cementerio de San Isidro, en Madrid, a poco más de 50 kilómetros del rebautizado Valle de los Caídos. La comitiva familiar abandonó hace solo unos minutos el recinto.
Los familiares de José Antonio Primo de Rivera llegaron a primera hora de esta mañana, como estaba previsto, para asistir a la exhumación del fundador de la Falange.
El recinto está custodiado con un generoso despliegue de la Guardia Civil. Como un testigo señalaba a este diario, “por cada Primo de Rivera hay tres agentes aquí”.
Los trabajos se han desarrollado de madrugada y se ha dejado todo listo para que la familia estuviera presente solo en el momento de usar una grúa con la que sacar el féretro. Se ha instalado una carpa blanca en el lugar de la sepultura, donde un forjado de hormigón con el que se han topado los operarios de forma inesperada en el interior retrasó la tarea.
Junto a los casi 80 miembros de la familia Primo de Rivera estaba en el complejo la plana mayor de Patrimonio Nacional. Se ha llegado a un acuerdo para que haya un fotógrafo por cada parte, de manera que habrá testimonio gráfico de lo que suceda hoy, una jornada histórica que sumar a las exhumaciones de Franco y Queipo de Llano.
Precisamente hoy se cumplen 120 años del nacimiento del líder falangista, el 24 de abril de 1903, cuyos restos mortales han sido exhumados en cumplimiento de la Ley de Memoria Democrática y tras un acuerdo con sus familiares.
"Es un paso más en la resignificación del Valle", dijo la pasada semana el ministro del ramo, Félix Bolaños, que también señaló que no estaría presente durante el proceso de exhumación, que la familia pidió se desarrollara en la más estricta intimidad.
Primo de Rivera será trasladado después de que su familia se adelantase a la aprobación de la Ley de Memoria y solicitase su salida, antes de que el Valle de los Caídos se convirtiese en cementerio civil. Según indicaba la petición de los familiares, dejó escrito en su testamento que quería ser enterrado conforme al rito de la religión católica "en tierra bendita y bajo el amparo de la Santa Cruz".
Cabe señalar que Primo de Rivera, como víctima de la Guerra Civil, tenía derecho a permanecer inhumado en el Valle de los Caídos bajo los preceptos de la nueva ley. Dicha norma impide, sin embargo, la presencia de restos de dirigentes del golpe de Estado de 1936, la Guerra Civil y la dictadura franquista en lugares preeminentes de acceso público.
Su tumba estaba hasta esta mañana en la basílica de Cuelgamuros, al lado del lugar en el que se encontraba la de Francisco Franco, que también fue trasladado por decisión del Gobierno de Pedro Sánchez en octubre de 2019. Sus restos fueron transportados en helicóptero y reubicados en el cementerio de Mingorrubio, en El Pardo.
Este será el quinto entierro del fundador de Falange, que fue fusilado en la cárcel de Alicante en 1936 y enterrado en una fosa común. Dos años después sus restos mortales se colocaron en un nicho, en el mismo lugar. Una vez finalizada la Guerra Civil, en 1939, fue exhumado de nuevo y llevado desde Alicante hasta el monasterio de San Lorenzo de El Escorial.
Su ataúd fue acarreado a pie por falangistas durante 10 días, pasó por Aranjuez, recorrió la Gran Vía de Madrid y entró en el monasterio escurialense el 30 de noviembre de 1939. Allí fue recibido por Franco y enterrado junto al altar mayor de la basílica.
Años después, en noviembre de 1959, cambió otra vez de ubicación, el día antes de que se inaugurase el Valle de los Caídos, y quedó enterrado en un lugar de honor en la basílica de Cuelgamuros.
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