Opinión

El riesgo de salir a empatar frente a Sánchez

El contexto actual, con una coalición PSOE-Podemos en fase de colapso interno, sostenida con respiración asistida obliga a los populares a firmar el 28-M una victoria por goleada.

NAVALMORAL DE LA MATA (CÁCERES), 13/04/2023.- El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, visita el Instituto de Enseñanza Secundaria "Zurbarán", en Navalmoral de la Mata (Cáceres) este jueves. EFE/ MONCLOA / Borja Puig de la Bellacasa / ***SOLO USO EDITORIAL/SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO)***
Pedro Sánchez visita un instituto en Navalmoral de la MataMONCLOA//Borja Puig de la BellacasaAgencia EFE

Si Pedro Sánchez fuera futbolista sería el clásico centrocampista marrullero, dominador de ese «otro fútbol» del que hablaba Luis Aragonés. Poco brillante en la técnica, sin ideas en la construcción del juego, nada generoso en los esfuerzos. Capaz, eso sí, de sacar de quicio al rival a base de piscinazos y zancadillas. Adornado por una buena imagen de cara a la Prensa y obsesionado por el deseo inagotable de aparecer en todas las portadas del día después de cada partido. Sin el talento que se le presupone a un deportista de élite, pero con la autoestima de quien se cree perpetuo candidato al Balón de Oro. Sin embargo, el Sánchez futbolista también podría ser el líder de un equipo al que no se debería dar por derrotado hasta que el árbitro pite el final. Porque, ante todo, es un superviviente.

Mal pronóstico tiene, por tanto, aquel que sale a empatar frente a Sánchez. Debería tenerlo claro el Partido Popular de cara a las elecciones de mayo. Por eso llama la atención que la formación liderada por Feijóo deje entrever que las expectativas excesivamente altas podrían restar mérito a una victoria por la mínima. El contexto actual, con una coalición PSOE-Podemos en fase de colapso interno, sostenida con respiración asistida gracias al boca a boca del golpismo catalán y Bildu, obliga a los populares a firmar el 28-M una victoria por goleada. Si damos por descontado el triunfo de autor que protagonizará Ayuso en Madrid (también el de Murcia), cualquier resultado que no pase por recuperar el poder en Aragón, Comunidad Valenciana y Baleares y por conquistar Castilla-La Mancha y Extremadura será un fracaso para Génova. Para lograrlo, eso sí, hay que estar convencido. De lo contrario, todavía es factible que presenciemos una nueva resurrección del tipo que empezó todo escondiendo una urna detrás de una mampara en la calle Ferraz.