Opinión

RIP socialismo

Para quien se siente español, la única opción actual es la derecha. Todo lo demás es para nacionalistas y frikis

Nuakchot (Mauritania), 08/02/2024.- El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez (c), durante la declaración conjunta ante los medios de comunicación junto a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente de Mauritania, Mohamed Ould Ghazouani, tras reunirse este jueves en Nuakchot (Mauritania).- EFE/Borja Puig de la Bellacasa/POOL MONCLOA***SOLO USO EDITORIAL/SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO)***
Pedro Sánchez y Ursula von der Leyen comparecen con Mohamed Ould GhazouaniBorja Puig de la BellacasaAgencia EFE

Que el Partido Socialista haya quedado tercero en Galicia y que haya cosechado el peor resultado de su historia, nueve famélicos asientos, no es un problema para el PSOE, sino para España. Frente al Partido Popular queda un erial independentista, una lista larga de partidos encantados con partir el país en pedacitos, desde Bildu a Junts, pasando por ERC y el Bloque Nacionalista Gallego. A Pedro Sánchez le debemos el mérito de haberlos puesto en el podio.

Houston, tenemos un problema. ¿Acaso la derecha puede sostener sola el destino de una nación? La natural alternancia ha desaparecido y cada derrota del PP será una victoria de una ideología deletérea, esa amalgama horrible de siglas mezcladas con dos gotitas del antiguo PSOE.

El PP ha revalidado por quinta vez su mayoría absoluta gallega, con enorme participación y un programa de regionalismo muy social. Pero la mitad de los gallegos han enviado además un mensaje de rechazo a la amnistía de Puigdemont. Han sido ellos, ese pueblo juicioso y prudente los que han puesto fin a la orgía montada por Pedro Sánchez. No queremos esto, no queremos andar del bracete de Putin en una partición de Europa en minúculas satrapías. El programa de esta supuesta «moderada» que es Ana Pontón, cabeza del BNG, quita el aliento. Derecho a decidir, inmersión lingüística a la catalana, poder judicial propio, plataforma bilateral de negociación de transferencias estatales y una policía que sustituya a la nacional y la guardia civil. Esto, y no otra cosa, han apoyado el socialista Gómez Besteiro y Sánchez, que lo fiaron todo a una alianza con el BNG y se han llevado la respuesta de la gente: para copias, mejor el original. Fuera socialismo.

Las mentiras del CIS y las campañas alarmistas sobre la marea de pellets o el supuesto pacto de Nuñez Feijóo con Carles Puigdemont se han revelado un fiasco. Una mascletá sin chicha. Buen impulso hacia Moncloa este aldabonazo galaico, en Génova respiran aliviados por ver cerrados los rumores contra el líder.

¿Qué va a pasar en el PSOE? Nada de nada. Pedro Sánchez, ausente la noche electoral (ya va haciendo costumbre), despachará el episodio con alguna frase tipo «los gallegos son fachas» y seguirá con sus planes de amnistiar a Puigdemont para comprarle el apoyo en la legislatura. Total, cuando acabe el ejercicio se marchará a alguna institución internacional bien pagada. Y al PSOE, que le den.

Me dejan perpleja las bases del partido, los barones y hasta los viejos gurús. Porque el día que este joven engreído y narcisista que es nuestro presidente deje el poder, del socialismo no quedarán sino añicos. En estos momentos el partido vive de la ideología woke, de las discusiones de género y del proyecto confederal. Ni rastro del gran ideal internacional de hombres libres e iguales.

Llama la atención la poderosa oferta social del programa de Alfonso Rueda. Viviendas públicas para los jóvenes, nuevas residencias para ancianos y centros de día para discapacitados, empleo femenino de calidad y matrícula gratuita en el primer año de universidad. Para quien se siente español, la única opción actual es la derecha. Todo lo demás es para nacionalistas y frikis.

Porque esa es otra, el ridículo en plancha que han hecho Yolanda en el País de las Maravillas y sus colegas de Podemos. Ni un escaño, cero pelotero. El Gobierno de Madrid tiene en Galicia exactamente nueve asientos. Ni en Fene, su pueblo natal, ha ganado Yolanda Díaz. Hay que ver qué de espejismos pueden crearse con la palabra «ternura» y muchos abrazos.

Ojalá, ojalá este resultado en Galicia sea el principio del fin del sanchismo. Queda mucha tela por cortar: las elecciones vascas y las europeas de junio, entre otras cosas. Y veremos en el futuro qué se puede salvar de las modificaciones realizadas en el Código Penal a favor de los delincuentes, los indultos y amnistías de los sinvergüenzas y los insultos a los jueces.