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La legislatura, en vía muerta

Sánchez y Otegi niegan haberse reunido en 2018 para pactar la moción de censura

Koldo García, exasistente de Ábalos, no obstante, sostiene que fue él quien condujo al líder socialista junto a Santos Cerdán al encuentro

Sánchez en la cumbre del G20 Borja Puig de la Bellacasa/POOL MONCLOAEFE

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder de EH Bildu, Arnaldo Otegi, han negado este lunes haberse reunido en 2018 para pactar el apoyo de la izquierda abertzale a la moción de censura con la que el PSOE descabalgó a Mariano Rajoy.

Fuentes gubernamentales aseguran que "el presidente del Gobierno nunca se ha visto con el señor Arnaldo Otegi". Por su parte, el líder abertzale, en una entrevista en ETB2, ha dicho que "es rotundamente falso que existiera esa reunión". "Creo que tengo acreditada cierta credibilidad ante nuestro pueblo. Nunca he hablado con Pedro Sánchez. Aquí lo que se trata es de mentir descaradamente", ha zanjado.

No obstante, Koldo García, exasistente del exministro José Luis Ábalos, sostiene que fue él quien condujo al líder socialista junto a Santos Cerdán al encuentro, como ha publicado el El Español.

Según este diario, Sánchez y Santos Cerdán se habrían reunido en secreto con Otegi en un caserío del País Vasco, entre el 24 y 31 de mayo de 2018, con el objetivo de negociar el apoyo de EH Bildu a la moción y a la candidatura del propio Sánchez.

El acceso al lugar habría sido mediado por Antxon Alonso (empresario vinculado a Cerdán) y por Koldo García (que se presenta como el chófer que recogió a Sánchez y Cerdán en Bilbao y los llevó al caserío).

Se habla de dos reuniones secretas entre Cerdán, Otegi y Antxon Alonso que habrían sido “claves” para que Sánchez llegara a La Moncloa.

Si la reunión se produjo tal como se describe, implicaría que el PSOE -antes de la moción de censura de 2018- habría abierto una vía de negociación con Bildu en un contexto mucho más discreto y menos formalizado de lo que se había reconocido públicamente hasta ahora.

La figura de Santos Cerdán aparece como “interlocutor clave” entre PSOE y Bildu, algo que Otegi también había reconocido en otras declaraciones.

El hecho de que la reunión se hubiera producido en un caserío, con traslado en coche, otorga un marco de “clandestinidad” que amplifica la controversia desde el punto de vista político.

En cualquier caso, el viaje del PSOE con Bildu ha sido largo. Pero ha sido. Si para el hoy repudiado Alfonso Guerra el PP lleva años viajando al centro ("imagínense de dónde vendrían", apostillaba), Ferraz no se queda atrás con los herederos políticos de la banda terrorista.

Pero a la fuerza, ahorcan. Sánchez no concibe un acuerdo de gran coalición con el PP para gobernar España y salvarla de los peajes del nacionalismo y el independentismo.

El PSOE actual nunca tragará con esa, porque sabe, como dijo el propio presidente en funciones en un diario italiano en 2020, que la socialdemocracia española terminaría entonces igual que el PASOK griego, borrado del mapa tras pactar con Nea Demokratia, el PP heleno.

La alianza con partidos de izquierda, aunque sean beligerantes con el régimen constitucional de 1978 que el PSOE instauró en gran medida. La cúpula socialista ya no teme pactar con Bildu. En Ferraz saben que los abertzales buscan la hegemonía en Euskadi a costa del PNV.

Y no les preocupa que la consigan. En verdad, según sintetizan a este diario varias fuentes socialistas de peso, "el PSOE comenzó a restar importancia a las fotos y pactos con Bildu cuando se dio cuenta de que no le penalizaban electoralmente". Es más, el resultado de las elecciones generales del 23 de julio es un punto a favor de esta tesis.

Los votos a las fuerzas independentistas se fueron al PSOE no solo en País Vasco, también en Cataluña.