Elecciones catalanas

Sánchez prepara en la cárcel su discurso de investidura

Su intención sería que, si no lo puede leer en persona, lo hiciera otro diputado en su nombre

El número dos de Junts per Catalunya, Jordi Sánchez
El número dos de Junts per Catalunya, Jordi Sánchezlarazon

Como el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena no va a permitir que acuda a Barcelona, su intención sería que, si no lo puede leer en persona, lo hiciera otro diputado en su nombre.

El candidato propuesto por Puigdemont para presidir la Generalitat, Jordi Sánchez, estaría preparando en su celda de la prisión madrileña de Soto del Real un discurso para el día su investidura. Pero el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena no va a permitir la presencia en Barcelona del «hombre de paja» elegido por Junts per Catalunya (JxCat) y el contenido del mensaje institucional tendrá que quedar de forma irremediable en papel mojado.

Según recuerdan fuentes conocedoras del caso, el que Sánchez salga en libertad para defender su candidatura presencialmente es poco menos que imposible. El juez Llarena, que lo mandó a la cárcel, ya ha advertido de que no va a conceder el permiso por el elevado riesgo de reincidencia en el delito. Para el magistrado, «afrontar unas conducciones de salida y de retorno del centro penitenciario, en fecha y horas determinadas, con un punto de destino y de regreso bien conocido» presenta riesgo «de grave enfrentamiento ciudadano». El instructor ve ese permiso de salida de la cárcel «inconciliable» con el riesgo de reiteración delictiva dada su «actuación social y política». Y ese riesgo prevalece sobre el derecho de Jordi Sánchez a la participación política. Precisamente, tanto Sánchez como el ex vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, el ex conseller de Interior, Joaquim Forn, y el presidente de Òmium Cultural, Jordi Cuixart, se encuentran en prisión incondicional por el alto riesgo de que al quedar en libertad vuelvan a su plan de declarar la independencia de Cataluña.

Otra alternativa, la de que el discurso del pretendido president sea leído en su nombre por un diputado secesionista, tampoco parece posible, por mucho que se quiera dar la vuelta al reglamento del Parlament, ya que la investidura debe hacerse en presencia del candidato.

Sin embargo, según las citadas fuentes, todo lo relacionado en torno a la candidatura del futuro president se ha movido hasta ahora en el terreno de los escenarios deseados, pero no posibles. Sería en este contexto en el que Jordi Sánchez estaría redactando ese guión. Dentro de la demostrada estrategia de los separatistas, un texto programático atribuido al número 2 de JxCat tendría un valor emblemático de lo que se pretende presentar como falta de libertad en Cataluña. El hecho es que si, como todo indica, Llarena rechaza la petición de libertad para ir a la investidura, la defensa de Jordi Sánchez solicitará alguna alternativa para que pueda ser elegido sin estar en la Cámara. Si el juez no da ninguna opción satisfactoria, Sánchez recurrirá ante la Sala de lo Penal del Supremo. Si con esta vía tampoco hay una respuesta positiva, acudirá al Constitucional y planteará un recurso de amparo por la conculcación de derechos civiles por parte del Supremo.