Política

Gobierno de España

Sánchez e Iglesias ocultan su coalición hasta el 26-M

Se muestran «optimistas» tras dos horas de reunión y solo cuatro minutos de rueda de prensa.

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, con El líder de Podemos Pablo Iglesias/Fotos: Jesús G. Feria
El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, con El líder de Podemos Pablo Iglesias/Fotos: Jesús G. Ferialarazon

Se muestran «optimistas» tras dos horas de reunión y solo cuatro minutos de rueda de prensa.

Cerrojazo informativo hasta después de las elecciones municipales y autonómicas del próximo 26 de mayo. Ni al PSOE ni a Podemos les interesa poner, antes de esta nueva cita con las urnas, sus cartas boca arriba, al menos, frente a la opinión pública. Después de la de ayer, no habrá de momento más reuniones entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias y, por lo tanto, ninguno de los dos líderes dará pistas claras sobre la voluntad real del presidente en funciones de gobernar o no en coalición durante los próximos cuatro años. «No es el momento», zanjaban ayer desde Moncloa sobre cómo se materializará la buena sintonía existente entre los números uno del PSOE y de Unidas Podemos. La hoja de ruta del pulso negociador entre rojos y morados estará marcada a partir de ahora por una palabra: discreción. Y ayer Iglesias dejó claro que él tampoco tiene previsto salirse del guión.

Sánchez cerró con el secretario general de Podemos la primera ronda de contactos entre las principales fuerzas políticas del país tras las elecciones del 28 de abril. La reunión se prolongó durante más de dos horas. Un largo encuentro al que siguió una de las ruedas de prensa más breves protagonizadas nunca por Iglesias. Cinco minutos de vagas explicaciones con las que dio respuesta únicamente a cuatro preguntas. «Nos hemos puesto de acuerdo en ponernos de acuerdo», señaló hasta en dos ocasiones el líder de la formación morada. Se mostró optimista y reconoció que la reunión había «ido muy bien» gracias a que «en estos meses de colaboración hemos construido una relación de confianza, que nos permite tratarnos con franqueza y empatía. No puede haber un punto de partida mejor».

Según las explicaciones de Iglesias, tanto Sánchez como él comparten la necesidad de compenetrarse en este mandato. «La voluntad por ambas partes es positiva y dará buenos resultados», auguró el secretario general de Podemos. Para ello, no obstante, insistió en que deberá existir «discreción, prudencia y buena voluntad» por ambas partes. Dejó, además, entrever que el acuerdo no se concretará de forma inmediata: «Llevará tiempo».

Desde el Gobierno socialista, comparten el relato. Fuentes de Moncloa calificaron la reunión como «positiva» y destacaron el «reconocimiento» que Sánchez hizo del trabajo realizado por ambos partidos en los diez meses de la pasada legislatura así como «los avances conjuntos que se han dado en beneficio de una amplia mayoría social para la recuperación de derechos y obtención de mayores cuotas de justicia social». El presidente en funciones terminó la reunión «satisfecho» por el «clima de entendimiento» evidenciado entre ambos. No se abordaron, según esas fuentes, «temas concretos» aunque tanto Sánchez como Iglesias coincidieron en la urgencia de profundizar en reformas sobre justicia social y regeneración democrática. «Son elementos que ya han marcado este tiempo y que protagonizarán la nueva legislatura», añadieron. Iglesias remarcó su coincidencia con el presidente en cuestiones relacionadas con los jóvenes, las pensiones, el medio ambiente y la situación internacional.

En un plano algo más concreto, Iglesias sí avanzó que el PSOE y Podemos trabajarán en los próximos días para alcanzar un acuerdo de cara a la formación de la Mesa del Congreso, que tendrá lugar en la sesión agendada el día 21. Ese trabajo negociador lo liderarán en la Cámara Baja Adriana Lastra e Irene Montero. Desde el entorno de Sánchez también pusieron el foco en este punto. Ambos partidos, aclaran en Moncloa, trabajarán desde ya para «forjar una mayoría de progreso en la Mesa del Congreso» que redunde en la «fluidez» del Parlamento para así «garantizar el desarrollo y la viabilidad de una agenda legislativa de izquierdas». Un acuerdo que, en la práctica, permitirá al PSOE y a Podemos controlar la mayoría de la Mesa, lo que implica que entre ambas formaciones sumarán, por lo menos, cinco de los nueve asientos del órgano encargado de marcar el ritmo legislativo. Se trata de una de las prioridades más inmediatas para ambos ya que ni los de Sánchez ni los de Iglesias quieren verse abocados a la parálisis que en los últimos diez meses de la legislatura pasada provocó la mayoría del PP y de Ciudadanos en la Mesa.

Iglesias acudió a esta cita con Sánchez un día después de haber recibido el visto bueno de la dirección de su formación para negociar la conformación de un Gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos. Durante su intervención ante el Consejo Ciudadanos del partido morado, Iglesias reivindicó este Ejecutivo a dos como la única fórmula posible para que Sánchez pueda poner en marcha un programa de izquierdas. De hecho, el líder de Podemos, aunque aseguró afrontar este proceso negociador sin líneas rojas y sin la voluntad de presentar un ultimátum a los socialistas, sí dejó claro que, en su opinión, un Gobierno del PSOE en solitario está abocado a la inestabilidad. Esta posición choca en principio con la voluntad manifestada por Sánchez de dar forma a un Ejecutivo monocolor, únicamente conformado por socialistas e independientes.