Política

Podemos

Se busca sucesora para el “postpablismo”

Montero ha abierto el debate sobre el futuro de Podemos al asegurar que el próximo líder será una mujer. En esta carrera, ella es la principal, y casi única, alternativa aunque otras dirigentes han emergido con fuerza

Irene Montero, Noelia Vera, Ione Belarra y Teresa Rodríguez
Irene Montero, Noelia Vera, Ione Belarra y Teresa Rodríguezlarazon

Montero ha abierto el debate sobre el futuro de Podemos al asegurar que el próximo líder será una mujer. En esta carrera, ella es la principal, y casi única, alternativa aunque otras dirigentes han emergido con fuerza.

En un ejercicio insólito de contraprogramación interna, Podemos anunciaba esta semana el regreso de Pablo Iglesias de su permiso de paternidad con un cartel cargado de testosterona –«vuelve ÉL»– cuando aún resonaba el eco del anuncio que Irene Montero había dejado el lunes a su paso por la televisión pública: «Estoy convencida de que en Podemos la próxima persona que sea secretaria general será una mujer». Añadió que ese hito en la formación morada tendrá lugar «pronto», con reto incluido para los más incrédulos: «Y si no al tiempo».

La reflexión de Montero, fruto de la pregunta que su entrevistador le hizo en torno a la circunstancia de que los candidatos de los principales partidos el 28-A sean cinco hombres, aclara algo de la que será la hoja de ruta del «postpablismo» en Podemos. Desde el partido, sin embargo, insisten en que lo afirmado por Montero esta semana no constituye ninguna gran novedad sino que únicamente pone sobre la mesa un escenario y un diagnóstico lógicos, que no hacen sino ahondar en el compromiso de este partido con la igualdad entre hombres y mujeres. No en vano, el partido de Iglesias ha sido durante la legislatura que ahora acaba la única formación con más mujeres que hombres en su bancada y el 28-A concurrirá a las urnas con una papeleta bajo la denominación de «Unidas Podemos». Un guiño que también entronca con algunas de las iniciativas que han llevado a las Cortes en estos años, entre ellas, la igualdad de los permisos de maternidad y paternidad o la propuesta de cara a las elecciones generales de abril de obligar a todas las instituciones y organismos que reciben financiación pública a que sean paritarias.

Pese a la contundencia de su afirmación, la propia Montero ha aclarado a lo largo de la semana que actualmente nadie en Podemos está pensando en ningún plan para relevar al secretario general, y aunque también haya evitado expresamente descartarse en esta carrera. Y es que, en el contexto actual, existen pocas dudas en el partido de que, a día de hoy, sea Irene Montero la dirigente mejor situada para asumir el mando cuando quiera que sea convocado el próximo Vistalegre. Destacan en su entorno que Montero ha demostrado, tras sustiuir a Íñigo Errejón, ser una «extraordinaria portavoz» en la Cámara Baja y que en el anterior congreso de la formación fue ella la que obtuvo un mayor número de votos. Recuerdan también en el partido que Montero puede presumir de una trayectoria intachable –con un expediente universitario jalonado de matrículas de honor– y un pasado en el activismo, especialmente en la defensa de los colectivos antidesahucios, desde muy joven. «Está llamada a liderar», añaden. La confianza de muchos cuadros del partido en su capacidad de movilización llevó a algunos sectores de Podemos a pensar en ella como la candidata en Madrid tras el «fichaje» de Errejón por el partido de Carmena. En un momento de «shock», como el que propició el ex número dos, la «opción Montero» para liderar la lista morada a las autonómicas de Madrid cobró enteros. Finalmente esta vía, con el adelanto de las generales por medio, fue descartada pero su mero debate resulta ilustrativo de hasta qué punto su figura goza de apoyo interno.

Junto a Montero, esta legislatura ha servido para consolidar a otras dos dirigentes dentro de la formación: Ione Belarra y Noelia Vera. La ausencia de Iglesias y de Montero durante varios meses de la escena pública, obligó al partido a tirar de banquillo y tanto Belarra como Vera, se convirtieron junto a Pablo Echenique, en sus rostros más mediáticos. Belarra (Pamplona, 1987) ha sido reconocida este año por los periodistas que cubren la información parlamentaria en el Congreso como la «diputada revelación». Esta semana, ella misma se ha descartado como posible sucesora de Iglesias. Tras el 28-A está llamada a continuar desempeñando un papel clave en el grupo parlamentario. En esta cita electoral, será la candidata del partido por Navarra. Además de por su protagonismo al alza en las Cortes, Belarra formó parte del equipo que negoció con el Gobierno de Sánchez el proyecto de Presupuestos que finalmente los partidos independentistas catalanes frustraron en el primer asalto. Por su parte, Noelia Vera (Cádiz, 1985) también se ha consolidado en estos años gracias a su papel como coportavoz –junto a Echenique– de la Ejecutiva del partido. «Pablo Iglesias es el mejor candidato, además de ser un líder feminista», afirmaba esta semana en un intento por minimizar el debate sucesorio. En los comicios de abril, será la candidata del partido por Cádiz.

Fuera del Congreso, y también al margen del equipo de confianza de Iglesias, la otra dirigente morada que mantiene su proyección como líder pese al mal resultado que obtuvo en las recientes elecciones andaluzas es Teresa Rodríguez (Rota, 1981). Pocos en el partido la ven con ganas u opciones de postularse como aspirante a nivel nacional, aunque una debacle electoral podría agitar los equilibrios y convertiría en impredecible la foto inicial del futuro Vistalegre III.