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Moncloa desmonta a Iglesias: "Las urnas ya negaron la coalición"

"Si hubiéramos querido repetición electoral, se habría fijado para esta misma semana», señalan fuentes del entorno de Pedro Sánchez.

Pedro Sánchez, ayer en Moncloa, en una recepción a representantes de colectivos LGTBI. Foto: David Jar
Pedro Sánchez, ayer en Moncloa, en una recepción a representantes de colectivos LGTBI. Foto: David Jarlarazon

"Si hubiéramos querido repetición electoral, se habría fijado para esta misma semana», señalan fuentes del entorno de Pedro Sánchez.

«Hay bases para ponernos de acuerdo para un voto favorable de Unidas Podemos». Este es el sentir que palpita en el PSOE donde no dan por fallida la investidura de Pedro Sánchez: «Queremos un gobierno en julio». Y no lo hacen a pesar de que Pablo Iglesias les haya dado una respuesta que no esperaban. En Moncloa ofrecieron a los morados ocupar cargos en segundos y terceros niveles de la Administración a cambio de su «cooperación» y de renunciar a su aspiración de entrar en el Consejo de Ministros. Sin embargo, Iglesias se descolgó ayer con el órdago de que solo si la investidura resulta fallida en julio, abandonará su pretensión de un gobierno de coalición, porque este fracaso avalaría la tesis socialista de que no existe una mayoría suficiente con los morados. En el entorno de Sánchez rechazan de lleno esta vía y acusan a Iglesias de caer en el «tacticismo». Sostienen que «Podemos se presentó a las elecciones con su propuesta de gobierno de coalición y el PSOE lo hizo con la de gobierno en solitario. Podemos perdió y el PSOE ganó». Es más, Iglesias incluso convirtió los comicios del 26-M en un plebiscito, en el que vinculaba su peso a nivel territorial a la fortaleza para alcanzar una alianza global que también le llevara a Moncloa.

El fracaso en estas elecciones fue rotundo y la posición de los morados se vio debilitada. En Ferraz aprovecharon esta tesitura y limitaron su oferta a una «cooperación» en el ámbito de la Administración y el parlamentario, así como el establecimiento de una comisión de seguimiento que periódicamente corrobore la salud del acuerdo. En Moncloa siguen esperando respuesta a este ofrecimiento, conscientes de que el acuerdo con Podemos sería «tan fácil como ofrecerle la Vicepresidencia». «Deben entender que el gobierno de coalición no es la única forma», resuelven a modo pedagógico.

En todo caso, Sánchez activará la próxima semana una nueva ronda de contactos con los líderes de los partidos mayoritarios como ya hiciera hace un mes. La pretensión del presidente es «desbloquear la investidura», porque «España necesita un Gobierno progresista y europeísta para seguir avanzando y que arranque la legislatura». Desde Moncloa defienden que el hecho de fijar la fecha para dentro de tres semanas da muestra de que su voluntad es negociar y no ir a elecciones. «Queremos acuerdo y dar tiempo a la negociación, por eso la investidura se fija el 22. Si hubiéramos querido repetición electoral, se habría fijado para esta misma semana», señalan fuentes del entorno de Sánchez consultadas por LA RAZÓN.

Reuniones discretas

En esta voluntad de llegar a un entendimiento no solo se van a implicar los líderes con los que Sánchez departirá la próxima semana, sino que también se va a hacer partícipe a los entornos. En concreto, existirán contactos de baja intensidad en los segundos niveles, especialmente de Podemos y el PSOE, para intentar allanar el terreno para un futuro acuerdo. Fuentes socialistas avanzan estas «reuniones discretas» y también que se dará «transparencia a las negociaciones».

Una publicidad que Iglesias demandaba –«con luz y taquígrafos»– en 2016 y a la que ha renunciado ahora en pro del acuerdo. Sin embargo, son ahora los socialistas los que anticipan, a modo de presión, que se irá comunicando los avances que se registren, pues creen que los morados son capaces de dar al traste con la negociación y necesitan que se visualice que ha sido la formación de Pablo Iglesias quien, como ya hiciera en 2016, ha frustrado el acuerdo.

Mientras, desde el Gobierno se pide públicamente a Podemos que se centre en las políticas y en «resolver los problemas que tenemos planteados antes que otro tipo de estrategias» y a PP y Ciudadanos, que –en un momento dado– «sean capaces de asumir con una abstención su responsabilidad con los españoles, facilitando la estabilidad de nuestro país».