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Un plan para la «unión federal de Europa»

El Gobierno desarrolla la primera Estrategia de Acción Exterior, en la que considera fundamental la cooperación en la lucha global contra el yihadismo

El ministerio que dirige José Manuel García-Margallo ha logrado sacar adelante la primera Estrategia de Acción Exterior
El ministerio que dirige José Manuel García-Margallo ha logrado sacar adelante la primera Estrategia de Acción Exteriorlarazon

El Gobierno ya tiene prácticamente terminada la primera Estrategia de Acción Exterior a falta de pequeñas modificaciones, que se realizarán tras una reunión que mantendrá el martes con sindicatos, patronal y miembros de la sociedad civil. Se trata de un borrador casi definitivo de 156 páginas en el que se detallan no sólo los objetivos y retos básicos en esta materia para los próximos cuatro años, sino que marca la forma de reorientar la acción exterior en un mundo cada vez más globalizado y abierto. El fin principal de la misma: «Situar a España y a sus ciudadanos en disposición de responder a los retos de un mundo más complejo».

Esta primera –y nueva– Estrategia surge a partir de la Ley de Acción Exterior, aprobada en marzo, en la que se establece la necesidad de elaborar un instrumento de planificación y otro de seguimiento, este último es el Informe de Acción Exterior. En ella se detallan las cuatro prioridades básicas, que pasan por una renovación del pensamiento estratégico. Por primera vez en política exterior las prioridades no se sitúan geográficamente ni en el sentido de ser miembros de ninguna organización internacional, sino que se centran, sobre todo, en el ciudadano, quien también participa de esa acción exterior.

Así, se busca desarrollar un nuevo sistema que permita una mejor y más estrecha coordinación entre todos los actores implicados, reforzando el papel del presidente del Gobierno; una mayor proyección global de España para promover los valores e intereses vitales estratégicos de nuestro país: compensar la pérdida de protagonismo de los estados favoreciendo la proyección de los grupos sociales privados y de los ciudadanos, contribuyendo a que aprovechen las oportunidades de un mundo en constante transformación y protegiendo su seguridad fuera de nuestras fronteras, y proyectar a España como país avanzado, esto es, dotarle de una mayor capacidad de influencia internacional.

Son los cuatro ejes sobre los que se asientan tanto los objetivos como las acciones a llevar a cabo, en las que hay pocas novedades, pues se trata de elementos de la política exterior tradicional, con la salvedad de que en esta ocasión se muestran agrupados y centralizados. Así, entre los objetivos de la Estrategia, los más destacados son:

Mantenimiento de la paz y la seguridad

No se centra sólo en las misiones militares, sino que se extiende a las acciones multilaterales, la diplomacia preventiva, las gestiones post- conflicto y el fortalecimiento institucional y administrativo de los países más vulnerables. España seguirá contribuyendo a las operaciones de la ONU, UE y OTAN que presenten un valor añadido a la seguridad propia o a los objetivos de la política exterior.

Instituciones multilaterales fuertes

Los problemas a los que se enfrenta la comunidad internacional son globales y la legitimidad y los medios para resolverlos son nacionales, por lo que España apuesta por el multilateralismo. Plantea una reforma de estos organismos para adaptarlos al siglo XXI. Así, por ejemplo, el Gobienro plantea remodelar Naciones Unidas, con un Consejo de Seguridad más eficaz y representativo que cuente con más miembros no permanentes (rechaza aumentar los permanentes) y mandatos más largos. En cuanto a la presencia de españoles en estas instituciones, el Ejecutivo muestra su «constante preocupación» porque «no se corresponde, ni en nnúmero ni en nivel de responsabilidad, con el papel internacional de España.

Construir una Europa más integrada y global

España plantea una unión más estrecha entre los pueblos de Europa, una «auténtica unión deferal, no simplemente de estados soberanos». Un poroceso que plantea llevar a cabo por etapas para «definirse con claridad cuanto antes».

Reforzar la unión económica y monetaria

Reconoce que la crisis económica en Europa ha sido una crisis política y de confianza y aboga por hacer un rediseño completo de la Unión Económica y Monetaria. ¿Cómo? Haciendo una reforma del sistema para lograr un euro estable y una arquitectura institucional consistente. Reclama eliminar excesos y evitar que se repitan o ampliar el mandato del Banco Central Europeo, reforzando su papel.

Contra el terrorismo internacional

El terrorismo es una de las más graves amenazas para la paz y la seguridad internacionales. Favorecer la cooperación global contra la delincuencia organizada y el terrorismo –con especial atención al fenómeno yihadista– es la única forma de limitar y erradicar estas lacras. Delitos que deben ser perseguidos a través de los sistemas de justicia penal y con todas las garantías del Estado de Derecho.

Actuación externa e interna de la Unión

La clave es definir Europa como un actor global. Plantea reforzar la coherencia de las diferentes políticas internas (comercial, desarrollo, migraciones, medio ambiente...) para entenderlas cono instrumentos que aumenten la influencia de la Unión en el mundo. Además, muestra la necesidad de «coordinarnos mejor en política exterior», con un incremento de la frecuencia de las reuniones informales en el formato Gymnich, con mayor interacción con el Consejo Europeo. Junto a esto, el Ejecutivo español plantea una política de seguridad y defensa más ambiciosa que la «simple receta de poner en común y compartir capacidades». Aquí, marca la necesidad de crear una estructura permanente de planteamiento y conducción de operaciones militares, mejorar el enfoque integral de la gestión de crisis, combinando eficazmente el mundo civil y el militar, y mejorar las agrupaciones tácticas, potenciando el papel de la Agencia Europea de Defensa en la industria de la defensa.

Seguridad de España y sus ciudadanos

Parte de la base de que ya no hay prácticamente límites entre seguridad interior y exterior, destacando que la seguridad de los españoles empieza, en ocasiones, muy lejos de nuestras fronteras (casos como Mali, piratería en Somalia...). El Ejecutivo considera que, en relación a organismos como la OTAn, es clave renovar y transformar la Alianza Atlántica ante los nuevos riesgos y amenazas. Aquí, hace hincapié en dos puntos: renovar las alianzas con los aliados, como es el caso del Diálogo Mediterráneo, y promover la plena reintegración de Rusia, país que considera debe ser un socio estratégico de la OTAN.

Protección de los españoles en el exterior

Más de dos millones de españoles residen en el extranjero y unos diez millones se desplazan cada año al exterior, por lo que en la Estrategia se destaca la importancia de contar con un sistema de embajadas y consulados útil, moderno y eficaz.