
Relación PP-Vox
El vis a vis entre Feijóo y Abascal desconcierta y enfada al PP
La reunión entre el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, y el líder de Vox, Santiago Abascal, ha caído como un garro de agua fría en las filas populares. Si tiene sus claves, con nadie las han compartido.

"¿Otra ocurrencia de Tellado?" La pregunta circuló ayer como la pólvora en la bancada popular cuando se conoció que justo en este momento procesal Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal habían mantenido una reunión informal en el Congreso para abordar el "contexto político nacional e internacional". La justificación oficial fue que era una reunión con motivo del final del periodo de sesiones, y las dos partes subrayaron la lógica discrepancia entre partidos diferentes.
Pero en el partido la foto ha caído mal en términos generales. Era inesperada, ha generado desconcierto, y la ven una torpeza. En el Comité de Dirección nadie sabía nada, con la excepción del equipo gallego, que constituye una especie de burbuja que rodea al presidente popular y está en todas sus decisiones. El hecho de que en la vía de interlocución con Vox se haya mantenido el portavoz parlamentario, Miguel Tellado, y la diputada Ester Muñoz, es lo que hace que en el partido rápidamente se haya señalado con el dedo acusador a Tellado por propiciar una cita con la que discrepan mayoritariamente en el PP.
Vox lleva semanas exigiendo a Feijóo que dé el paso y presente una moción de censura. Pero fuentes oficiales descartan que este haya sido el motivo central del encuentro. En el PP no se creen que la reunión haya servido para negociar una tregua táctica dentro de la derecha con el fin de evitar discrepancias antes del congreso del PP de julio. Al contrario, la desconfianza hacia Vox es absoluta, y cualquier amago de acercar posiciones se considera un error de bulto. "Quieren la cabeza de Feijóo, no de Sánchez. Además, destacan que dar visibilidad a Abascal en un momento en el que la iniciativa la están llevando a los populares, y cederle protagonismo, cuando no hay manera de hacer que funcione el voto útil dentro de la derecha, es tanto como un suicidio político.
"Rompemos la estrategia de moderación y de centralidad", la imagen de un partido serio, amplio y responsable que debemos consolidar en el Congreso de Madrid. Sentarse con Abascal, sin ninguna urgencia, transmite justo la idea de que Feijóo es un líder dependiente de Vox o, al menos, permeable a su agenda. Y, en principio, en la estrategia de la dirección popular lo que pesaba era, una vez cerrados los últimos pactos autonómico presupuestarios, abrir una nueva etapa con la que construir el mensaje de que buscan una mayoría tan amplia como para formar un gobierno en solitario sin apenas apoyos externos.
Otro inconveniente del gesto es que refuerza el marco de la izquierda, ese mantra de que PP y Vox son la misma cosa, y esa amenaza de que formarán gobierno para limitar derechos sociales y civiles si el PP consigue ganar las próximas elecciones generales.
Y, por último, otro argumento de los que critican la iniciativa es el de que la reunión debilita el perfil institucional de Feijóo.
En el partido hay una mayoría que cree que el PP no ganará por imitación de Vox, sino por diferenciación. "Sentarnos con Abascal, aunque sea por cortesía parlamentaria, contamina nuestra imagen de independencia y te arrastra al barro en el que no quieres estar".
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