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Por qué nos excedemos haciendo regalos a nuestros hijos en Navidad

El sentimiento de culpa por no pasar demasiado tiempo con los niños o un divorcio, son algunas de las causas que provocan que los padres se excedan en hacer regalos a sus hijos bajo la excusa de la Navidad.

Piensa detenidamente si que tus hijos reciban muchos regalos les va a hacer más felices
Piensa detenidamente si que tus hijos reciban muchos regalos les va a hacer más feliceslarazon

En Navidad el excesivo consumismo puede potenciar que los niños reciban un mensaje equivocado con respecto a recibir premios en forma de regalo sin haber tenido que realizar ningún esfuerzo para conseguirlo. La experta en psicología infantojuvenil Nuria García nos aconseja sobre cómo identificar y modificar esta situación a través de 6 pasos.

En ocasiones los padres no son conscientes de las consecuencias que puede tener dar a los niños todo lo que piden y es que, según Nuria García, muchas veces son los propios progenitores quiénes sienten mayor satisfacción excediéndose en la compra de regalos a sus hijos:

“ A menudo pasan por mi estudio padres que tratan de compensar la falta de tiempo que dedican a sus hijos durante el año a través de bienes materiales. De algún modo, la falta de conciliación les genera culpa y tratan de subsanarlo haciendo felices a sus hijos de otro modo. Aunque quizá, les falta el matiz de que pasar muchas horas en casa o a su lado no es equivalente a pasar tiempo con ellos. Lo mismo les sucede a los padres divorciados, les colman de regalos para llenar un vacío que en realidad sólo lo pueden llenar ellos mismos.- Indica Nuria- En otros casos, la motivación de comprarle más de lo necesario, es para intentar que sus hijos estén una felicidad perpetua y ahorrarles sufrimientos. Lo que a veces los padres no entienden es que la frustración forma parte de la vida y es tan importante aprender a gestionarla como cualquier otra emoción.”

Este tipo de actitud por parte de los progenitores puede tener consecuencias directas en los niños tanto a nivel educativo como comportamental.

Nuria García desarrolla las principales:

“A nivel educativo, se observa sobre todo en falta de esfuerzo: Los niños saben que conseguirán ese premio material que quieren independientemente del esfuerzo que realicen. Por ejemplo, con la llegada de Navidad o en los cumpleaños saben que tendrán los mismos regalos sin importar los resultados que hayan obtenido. Por ejemplo, ante el famoso “te compro un móvil si consigues aprobar todo” sus propios hijos ya saben que o lo tienen comprado o se lo darán igualmente al cabo de unos meses. Así que ¿para qué esforzarse?

Baja motivación : Sólo se interesan en el estudio si hay un premio material detrás o un refuerzo inmediato y eso en educación es inviable ya que las recompensas son a largo plazo (por ejemplo, buenas calificaciones o no repetir) y no hay un reconocimiento diario a tu esfuerzo o al menos no como a ellos les gustaría. Por tanto, el abandono a los estudios acaba siendo una realidad.

Caprichosos que se frustran rápidamente: Siempre van a querer un regalo mejor y aunque al principio resulta fácil para un padre contentarle, llega un momento que no es así. Normalmente, el problema viene en la adolescencia porque no sólo no valoran los regalos que acaban teniendo sino que el precio de los regalos cada vez es más elevado y los padres no pueden permitírselo. Por tanto, después de haberles acostumbrado a un nivel de vida que no tienes, acaban siendo más infelices.

A nivel comportamental, en ocasiones puntuales o en un grado extremo pueden existir ciertas actitudes como:

Irritabilidad: están insatisfechos constantemente y se puede traducir en cambios de humor y enfados frecuentes.

Faltas de respeto: El objetivo es conseguir ese juguete, juego, accesorio… Y si no lo obtienen, empiezan a herir a las personas que tienen a su alrededor con aquello que tienen a su alcance: haciéndoles sentir culpables, humillándoles, ridiculizándoles o insultándoles.

Desobediencia: Cuando un niño obedece sólo y exclusivamente por el premio que va a obtener, no es una disciplina real, ya que cuando no haya un premio detrás, desobedecerá sistemáticamente. El niño o niña debe hacerlo porque respetan a sus padres con una motivación intrínseca, como en los estudios.

Problemas de comportamiento: Pueden llegar a no saber gestionar el alto nivel de frustración que sienten al no obtener lo que quieren y esto puede llevar incluso a que existan episodios violentos.”

¿Cómo prevenir o cambiar esta situación?

Para educar a los niños con responsabilidad ante la inminente llegada de la Navidad, Nuria García recomienda:

1- No te dejes llevar por el espíritu consumista y piensa en los valores que quieres inculcarle a tu hijo. Concienciarnos de que el vacío que puede sentir nuestro hijo por no tener todo o ser diferente al resto de niños no le va a traumatizar.

2- No te desesperes si tu hijo está irritable porque no ha conseguido lo que quiere, en su lugar, es importante verlo como una oportunidad para darle herramientas y prepararlo emocionalmente para la vida.

3- Ante la demanda de un niño, no tengas por respuesta sistemática el sí. Aunque no hay una regla, es importante que al principio vayas reduciendo tus síes poco a poco. No se trata de decirle que “no” a todo. Por ejemplo, de cada 6 cosas que te pide, valora si es posible darle 2.

4- No todos los premios tienen que ser materiales. Si le preguntas a tu hijo (según la edad que tenga), preferirá estar más tiempo jugando contigo en el parque o que le hagas su comida favorita o le cuentes otro cuento (aunque sea el mismo) antes que un regalo. Así que es algo que deberías empezar a contemplar: alterna premios no materiales con otros que sí lo son.

5- Negocia el exceso de regalos. Es importante recordar que aunque reciban muchos regalos de familiares y amigos, no significa que tengan que obtenerlo todo de golpe. A veces, es mejor hablar con ellos y guardar algunos de los juguetes de estas navidades para más tarde e ir dosificándolos a lo largo del año. Dale opciones para que empiece utilizando aquellos que más ilusión le haga o más educativos te parezcan a ti.

6- Fomenta los valores solidarios. En la actualidad hay varias iniciativas solidarias y es interesante que puedan conocer la satisfacción que se siente al ayudar a personas más desfavorecidas. Si no conoces ninguna que te motive lo suficiente, yo siempre recomiendo una llamada Reyes Majos que te permite cumplir ilusiones de personas en Navidad. Quizá que tus hijos contribuyan con esa causa o vean cómo lo haces en su nombre, puede ser uno de sus mejores regalos. También puede compartir sus juguetes con otros niños a través de alguna asociación.