Educación

Tiempo Fuera Positivo: Una valiosa herramienta para adultos y niños

La crianza y educación de nuestros hijos no es una tarea fácil. Son muchas las ocasiones (seguro que más de las que nos gustaría) en las que perdemos los nervios.

La crianza y educación de nuestros hijos no es una tarea fácil. Son muchas las ocasiones (seguro que más de las que nos gustaría) en las que perdemos los nervios.
La crianza y educación de nuestros hijos no es una tarea fácil. Son muchas las ocasiones (seguro que más de las que nos gustaría) en las que perdemos los nervios.PIXABAY

La crianza y educación de nuestros hijos no es una tarea fácil. Son muchas las ocasiones (seguro que más de las que nos gustaría) en las que perdemos los nervios. En esos momentos es cuando más presente debemos tener que nosotros somos los adultos. Que tenemos herramientas para calmarnos y que de como actuemos nuestros hijos sacarán una enseñanza. El Tiempo Fuera Positivo es una gran herramienta que podemos utilizar nosotros y que podemos hacer que los niños la incorporen a su día a día.

Qué es Tiempo Fuera Positivo

Es un espacio donde el adulto (o el niño cuando ya tiene edad suficiente) se retira para calmarse y recuperar su cerebro “pensante”. Cuando se genera una situación que no nos gusta la parte del cerebro que regula las emociones deja de actuar y se apodera de nosotros nuestros cerebro “límbico” o “emocional”. Esta parte del cerebro es involuntaria, reacciona sin pensar y por eso perdemos los nervios. En esos momentos solemos actuar y decir cosas que no pensamos, justamente porque nuestra parte racional está acaparada por la emocional. En el post ¿Cómo funciona el cerebro de los niños? puedes profundizar más en las diferentes parte del cerebro y cómo funcionan cada una de ellas, es una información de gran ayuda a la hora de entender los comportamientos de los niños.

Cuando la parte emocional ha cogido todo el protagonismo y no somos capaces de regularla es mejor que nos retiremos. Cualquier cosa que hagamos o digamos en ese momento no va a ser positivo ni para nuestros hijos ni para nosotros mismos. En educación saber parar, callar y retirarse es una gran virtud y nos ayudará a tomar mejores decisiones. No hay nada tan urgente ni tan importante de solucionar como para que merezca la pena que lo hagamos mal y haciendo daño.

Cómo preparar y usar el Tiempo Fuera Positivo

Es importante que cada miembro de la familia tenga el suyo. Que lo prepare con cosas que les gusten y que le ayuden a evadirse y disfrutar. No es necesario grandes cosas, una revista, un libro, pinturas... Lo fundamental de este espacio es que podamos tener un rato tranquilos, haciendo algo que nos gusta, para que nuestro cerebro pueda tranquilizarse y gestionar lo que estamos sintiendo.

Un dato importante es que el Tiempo Fuera Positivo se utiliza de forma voluntaria, no podemos obligar a nadie a ir a ese espacio “para calmarse”. Si hacemos esto rompe toda la esencia bonita que tiene ese momento. No confundamos este espacio con el famoso “rincón de pensar”. Cuando vemos que estamos perdiendo los nervios o que vamos a hacerlo es cuando debemos mordernos la lengua, avisamos a nuestro hijo de que necesitamos un minuto y nos retiramos. Cuando volvamos a tener integrado nuestro cerebro, es decir, la parte racional vuelva a estar presente, retomaremos el conflicto desde otra perspectiva y seremos capaces de abordarlo sin dañar a nadie.

A veces no contamos con espacio como para tener físicamente organizado este ambiente de “paz”. Lo importante es que nos quedemos con el concepto de parar y retirarnos cuando veamos que el conflicto nos ha superado y que seamos capaces de invitar a que nuestros hijos hagan lo mismo.

Cómo incorporarlo en la vida de nuestros hijos

Los niños son grandes observadores y su mayor aprendizaje está basado en el ejemplo, si nos ven a nosotros ellos lo irán incorporando. El Tiempo Fuera Positivo puede estar presente desde que son pequeños. Debemos tener en cuenta que hasta los 4 años el cerebro del niño no tiene madurez suficiente por lo que hasta esa edad es el adulto el que se retira. A partir de los cuatro años invitamos al niño a que vaya a su espacio, le acompañamos y si lo necesita nos quedamos con él.

Como hemos dicho este espacio no es un sitio donde “mandamos” a los niños, sino que es una herramienta que ellos pueden utilizar para calmarse. La capacidad para regular las emociones tarda en madurar entre 25 y 30 años (los lóbulos prefrontales son de maduración lenta). Nuestros hijos necesitan practicar la gestión de todo el torbellino de emociones que sienten. Colorear, dibujar, leer un cuento o jugar con algún juguete hace que su cerebro deje de estar “atrapado” por las emociones y pueda ir rebajando esa sensación.

Cuando estemos calmados hablamos de la situación: ¿Qué ha pasado?, ¿cómo nos hemos sentido? ¿qué otras formas hay para solucionar ese conflicto? Si sólo nos quedamos con el Tiempo Fuera Positivo el aprendizaje se quedará a medias. Es importante que los niños reflexionen y puedan afrontar los problemas desde la búsqueda de soluciones. Para esto la escucha activa y las preguntas de curiosidad nos son de gran ayuda. En el artículo “Herramientas en disciplina positiva útiles en la educación de los niños” puedes encontrar estas y otras herramientas que te ayuden a desarrollar con tus hijos una educación en positivo, donde la relación sea de respeto mutuo y los conflictos dejen de ser un reto diario.

Que beneficios tiene el Tiempo Fuera Positivo

La principal ventaja que tiene esta herramienta es que ayuda tanto a adultos como a niños a gestionar las emociones, a ser conscientes de ellas y a ir aprendiendo a parar antes de tomar una decisión equivocada. A medida que vamos utilizando este recurso vamos siendo más conscientes de qué ocurre en nuestro cuerpo y qué sentimos cuando las emociones se apoderan de nosotros. Esto nos ayuda a que seamos capaces de tomarnos un minuto antes de decir o hacer algo de lo que luego nos vamos a arrepentir.

Para los niños es una gran herramienta porque les hace ser conscientes de las emociones, de lo que se siente con cada una de ellas. Para aprender gestión emocional es importante que primero sepamos identificar las emociones y conocer como “reaccionan” en nuestros cuerpo. El Tiempo Fuera positivo nos da la oportunidad de pasar por todo ese proceso. No bloqueamos las emociones sino que damos tiempo a que nuestro cuerpo las procese.

En ocasiones, al hablar sobre el Tiempo Fuera Positivo, pensamos: “Como voy a dejar a mi hijo que se vaya a jugar después de lo que ha hecho”... Tengo que decirte que en ese momento te está traicionando tu cerebro reptiliano, el de la “supervivencia”. Te has sentido “atacada” y quieres “venganza”. Te invito a que vayas a tu rincón de paz unos minutos, reintegres tu cerebro pensante y te preguntes: ¿Qué habría conseguido si hubiera tratado de solucionar el conflicto antes de estar calmados?, ¿habría podido hablar con mi hijo?

Cuando perdemos los nervios creemos que nuestros hijos actúan en contra nuestra pero si recapacitamos... ¿crees de verdad que tu hijo actúa por fastidiarte?, pero aquí entraríamos en las famosas luchas de poder. Te dejo el post Luchas de poder con los niños: ¿tu hijo hace uso de su parcela de poder? por si quieres saber más sobre el tema.

Rosa Rasche Santaolalla, educadora en Disciplina Positiva para Familias, asesora de crianza respetuosa y autora del blog www.embarazoycrianza.com. También puedes encontrarme en Instagram Facebook.