
Crianza
5 experiencias de la infancia que explican por qué algunos adultos no respetan a sus padres, según la psicología
Estas pueden deteriorar el vínculo con los padres y provocar actitudes de falta de respeto en la edad adulta, según expertos en psicología

La infancia deja una huella profunda en la personalidad adulta. Las vivencias tempranas, desde la relación con los padres hasta las experiencias en el entorno escolar o social, moldean la forma en que interactuamos con el mundo. Según el experto en educación y relaciones Éric Fontaine, existe un patrón común entre quienes, al llegar a la adultez, manifiestan una falta de respeto hacia sus progenitores.
Aunque es natural que la relación con los padres evolucione con el tiempo, cuando se vuelve tóxica o insostenible, la raíz del problema suele encontrarse en la niñez. Estas son las 5 experiencias infantiles que, según la psicología, pueden derivar en una falta de respeto hacia los padres en la adultez.
1. Crianza inconsistente: reglas que cambian constantemente
Una de las causas más frecuentes es haber crecido en un entorno con normas impredecibles. Cuando el estilo de crianza es errático —un día se castiga una conducta y al siguiente se permite— los niños crecen confundidos y ansiosos. Fontaine lo describe como "jugar un juego sin conocer las reglas". Esta inseguridad constante puede derivar, años más tarde, en una relación deteriorada y sin respeto hacia las figuras paternas.
2. Falta de validación emocional durante la infancia
Durante décadas se subestimaron las emociones infantiles. Frases como "no llores por eso" o "eso no es importante" marcaron generaciones. Esta invalidación emocional deja huellas profundas: el niño aprende que sus sentimientos no valen, lo que rompe el vínculo emocional con sus padres. La falta de reconocimiento emocional suele traducirse en adultos distantes y con poca conexión afectiva con sus progenitores.
3. Crítica constante y ausencia de reconocimiento
La crítica excesiva y la falta de afirmación pueden destruir la autoestima de un niño. Según Fontaine, los menores que crecieron en un entorno donde nunca se reconocían sus logros y, en cambio, se les criticaba constantemente, son más propensos a desarrollar resentimiento hacia sus padres. La psicología confirma que estos niños tienen más probabilidades de sufrir depresión y problemas de conducta en la adolescencia, lo que se refleja en una relación adulta sin respeto.
4. Falta de tiempo de calidad con los padres
En una sociedad cada vez más acelerada, el tiempo que padres e hijos comparten se ha reducido drásticamente. La falta de momentos significativos, como juegos, charlas o simplemente compañía, afecta el vínculo emocional. Cuando un niño no se siente acompañado, es probable que en la adultez perciba a sus padres como figuras distantes, generando conflictos y falta de respeto.
5. Sobreprotección: un falso escudo que debilita
Aunque parezca una forma de cuidado, la sobreprotección puede ser perjudicial. Padres que impiden a sus hijos enfrentar retos cotidianos —los llamados "padres helicóptero"— limitan su autonomía y desarrollo emocional. Esta actitud genera adultos inseguros, dependientes y con poca capacidad para resolver problemas, lo que puede desembocar en relaciones familiares conflictivas y cargadas de tensiones.
✅ Conclusión: El respeto se construye desde la infancia
La relación entre padres e hijos no se deteriora de la noche a la mañana. Según la psicología, muchas de las actitudes irrespetuosas en la adultez son consecuencia directa de experiencias emocionales no resueltas en la infancia. Una crianza consciente, basada en el respeto, la coherencia y la validación emocional, es clave para construir vínculos sólidos y duraderos.
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