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¿Cuántas parejas deberías tener antes de un compromiso serio? La ciencia responde

Durante décadas, tener más de dos o tres parejas se consideraba un signo de inestabilidad emocional

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Durante años, los cuentos de hadas y las comedias románticas nos hicieron creer que basta con encontrar a un único “amor verdadero” para vivir felices para siempre. Sin embargo, la realidad dista mucho de esas historias. De acuerdo con nuevas investigaciones, antes de comprometerse de forma definitiva es necesario pasar por un proceso de aprendizaje emocional… y eso incluye tener varias parejas a lo largo de la vida.

Quienes crecieron admirando a Blancanieves o Cenicienta pueden pensar que el primer romance marcará para siempre su vida amorosa. Pero ese ideal del Príncipe Azul —perfecto, inesperado y predestinado— es más una fantasía que una posibilidad real. Durante décadas, tener más de dos o tres parejas se consideraba un signo de inestabilidad emocional. Hoy, la ciencia apunta hacia otra dirección.

Tener varias relaciones previas puede ser clave para una unión estable

Según un estudio realizado en Estados Unidos, haber vivido varias experiencias sentimentales no se asocia necesariamente con promiscuidad. Más bien funciona como un entrenamiento emocional: aprender de los errores, comprender qué se busca en una relación y desarrollar habilidades afectivas.

La investigación sugiere que haber tenido alrededor de 10 parejas sexuales antes de una relación seria podría aumentar la madurez emocional necesaria para un compromiso sólido. No se trata de llevar un registro exacto, sino de reconocer que cada relación pasada deja un aprendizaje útil.

¿Es negativo superar este número?

El mismo estudio señala que quienes han tenido más de diez parejas pueden enfrentarse a mayores dificultades para mantener relaciones duraderas, especialmente aquellas que superen los cinco años. Las causas pueden ser varias: falta de autoestima, búsqueda interminable de la pareja ideal o un deseo marcado de mantener la independencia.

Aun así, esto no significa que quienes superan esa cifra estén condenados al fracaso sentimental. El amor es demasiado complejo como para reducirlo a una simple estadística.

El amor no se guía por fórmulas

Mientras algunas personas encuentran a su pareja definitiva desde la adolescencia, otras necesitan tiempo, errores y rupturas para decidirse a apostar por una relación estable. Puedes tener una decena de romances y no aprender nada de ellos, o con una sola experiencia descubrir lo que realmente quieres.

Obligarse a alcanzar cierto número de parejas solo por seguir una tendencia puede hacerte perder oportunidades valiosas. Por el contrario, limitar tus relaciones por miedo a equivocarte también podría generar arrepentimiento.

El amor no es una ecuación, ni un cálculo matemático. Este estudio, aunque polémico, aporta una visión más comprensiva hacia quienes no encuentran pareja “a la primera”. Lo que antes se consideraba señal de moral relajada, hoy se entiende como una experiencia cada vez más común y parte del camino hacia una relación sólida.