Emprendedores

“Después de trabajar 26 años por cuenta ajena valoro mucho lo que supone algo tan simple como poder llevar a mis hijos al colegio”

Mujer madre emprendedora

“Después de trabajar 26 años por cuenta ajena valoro mucho lo que supone algo tan simple como poder llevar a mis hijos al colegio”
“Después de trabajar 26 años por cuenta ajena valoro mucho lo que supone algo tan simple como poder llevar a mis hijos al colegio”larazon

Después de 26 año trabajando en empresas como directiva, Ana Crespo Fuster se acogió a un ERE, se formó en su pasión, la moda y emprendió una tienda online de bolsos, Legx. Hoy empieza a recoger los frutos de dicho esfuerzo que le permiten conciliar la vida con cinco hijos de una manera mucho más real.

Ana Crespo Fuster es licenciada en económicas con MBA en el prestigioso Instituto de Empresa, una formación que le facilitó llegar a puestos de dirección en Iberia: fue jefa de la Tienda a bordo durante seis años y de los servicios a bordo otros once. Tras la fusión con British quisieron rejuvenecer la plantilla y “entendí que mi etapa en Iberia había acabado y me acogí a un ERE voluntario, con nostalgia pero con muchas ganas de hacer cosas nuevas”. Conocedora de que era muy complicado conseguir un empleo por cuenta ajena a sus 50 años y con 5 hijos, decidió emprender en lo que siempre le había apasionado: la moda. “De la mano de la Comunidad de Madrid me formé en Empréndelo y en diseño y patronaje y recientemente he lanzado mi propia Colección de Bolsos, Legx. Hechos a mano con telas, sin utilizar pieles (animal free) y disfrutando mucho e intentando que sea mi medio de vida”.

-¿Cómo se organiza en el día a día para trabajar? ¿Necesita ayuda?

-En el día a día me organizo como puedo. Cuando trabajaba fuera siempre he tenido una chica todo el día ya que trabajando a jornada completa completa y, sin familia cerca que pudiera echarme una mano, no podría haber sido de otra manera. Cuando me quedé en el paro decidí prescindir de esa ayuda y simplifiqué las tareas además de repartirlas entre mis cinco hijos. Los mayores tienen turnos semanales para recoger la cocina, otro reparte la ropa de plancha y el pequeño saca la basura y nos hace los pequeños recados del súper de última hora ya que por suerte lo tenemos enfrente de casa.

Ahora como autónoma sigo arreglándome así hasta que el negocio se mantenga por si solo y pueda tener ayuda. Como positivo, he conseguido que mis hijos se involucren más en las tareas de la casa, fundamental para su educación y su futuro, algo que es muy complicado de conseguir cuando tienes ayuda externa.

-¿Cree que las pymes o autónomas son las grandes perjudicadas en cuestiones impositivas?

-Desde luego los autónomos somos los grandes perjudicados en nuestra economía. Sobre todo cuando emprendes. Tengo contactos con emprendedores de otros países, y no cotizan hasta que tienen beneficios. Creo que esto debería haberse contemplado en la última reforma de la ley de autónomos. En los primeros años debería cotizarse incluso en función de los beneficios. Muchas personas desisten simplemente porque cuando inicias un negocio no hay ganancias y es complicado pagar mes a mes la cuota. Así que no se emprende o se genera una economía sumergida, ambas situaciones tan nefastas para nuestra economía.

Todos los bolsos de la tienda online se hacen sin usar pieles de animales

-El hecho de ser madre, ¿le aportó mayor valor a la hora de emprender su negocio?

-Sinceramente este era mi sueño. Después de trabajar 26 años por cuenta ajena con largas jornadas, valoro mucho más lo que supone estar cerca de mis hijos o algo tan simple como poder llevarles al colegio. Cuando iba a trabajar, si a las 8 horas (mínimo) de jornada le sumas 2 horas de desplazamiento, estás fuera 10 horas. Cuando los niños eran pequeños me resultaba más fácil aunque resulte paradójico, cualquiera puede darles de comer o recogerles del cole, pero cuando llegan a la pubertad tienes que estar pendiente de ellos muchísimo más y ahí nadie puede sustituir a unos padres.

-¿Cree que las mujeres que trabajan siguen teniendo doble carga con respecto a los hombres?

-Depende de las circunstancias de cada familia. Pero en cualquier caso, a pesar de sus excepciones, las madres que trabajan tienen una mayor carga, sin duda. La organización familiar sigue dependiendo de nosotras, trabajemos o no.

-¿Qué opina de la “conciliación”?

-Soy una firme defensora de la conciliación, pero reconozco que lo tenemos muy difícil al ser nosotras las que faltamos 4 meses al trabajo... Aún nos queda mucho camino por recorrer. Con mi último hijo, necesité acogerme a una reducción de jornada de 2 horas y llegado ese punto, las empresas te ponen en el disparadero, y eso que en mi caso lo había planteado como algo temporal por unas necesidades personales. Así que el hecho de las jornadas reducidas no ha ayudado, más bien nos perjudica cuando nos acogemos a ellas. Creo que deberían fomentarse más otras cosas como el trabajo desde casa o una flexibilidad real para poder hacer todo compatible. Si el trabajador es responsable, es perfectamente factible.

Pero más allá de la conciliación, hay que conseguir la racionalización de horarios para que todos, hombres y mujeres, podamos conciliar. Los horarios de los colegios deberían aproximarse a los de los trabajos. No puede ser que muchos colegios finalicen su jornada a las 3 de la tarde cuando estamos trabajando, luego nos preocupan los niños de la llave que se tienen que quedar solos en casa y calentarse su comida y sin ningún control por parte de los padres. Igualmente las tiendas, somos el país que más tarde cierra su comercio (y que lo abre más tarde, a mí por ejemplo me encantaría poder hacer la compra del supermercado a las 8 de la mañana). Por no hablar de los horarios de la televisión, por ejemplo el programa de Maestros de la Costura que acaban de estrenar, no puedo verlo porque empieza a las 22:30 y acaba a la 1 de la madrugada. Necesitamos cambiar todo esto, es perjudicial no solo para la familia sino para la sociedad.


Nuestros hijos, además de nosotros, serían los grandes beneficiados, y por supuesto la sociedad. No podemos engañarnos con el tiempo de calidad, nuestros hijos necesitan nuestro tiempo y nuestra presencia, pero los horarios españoles no ayudan.