Cataluña

El barómetro del CIS es el Papa

Hasta el puesto número 21 para encontrar la violencia de género como problema que afecta directamente al encuestado, con un 0,8%.

EFE
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El día que se hacen públicos los resultados del barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas, yo me tomo la tarde libre para poder dedicarla enterita a leerlo con calma, cruzar datos, comparar con estadísticas del INE, comer pipas y comentarlo con los amigos. Mira, hay a quien le gusta ir de compras y yo me entretengo con esto. Tener amiguetes con las mismas aficiones no ayuda a superarlo, también os lo digo.

El día que se hacen públicos los resultados del barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas, yo me tomo la tarde libre para poder dedicarla enterita a leerlo con calma, cruzar datos, comparar con estadísticas del INE, comer pipas y comentarlo con los amigos. Mira, hay a quien le gusta ir de compras y yo me entretengo con esto. Tener amiguetes con las mismas aficiones no ayuda a superarlo, también os lo digo.

Pues bien, acaba de salir el último, el de julio de 2019, y mucho se ha hablado ya de Jose Félix Tezanos y sus métodos, de credibilidad, de correctores demoscópicos, de intención de voto. Todo bien, oye, pero a mí lo que más me ha sorprendido esta vez es lo referente a violencia de género y machismo. En contra de lo que pudiera parecer en este clima, en el que cada vez que una se descuida le recuerdan que la mitad de la población está oprimiendo y violentando a la otra media, resulta que esa preocupación es apenas relevante en el barómetro. Voy a las cifras que sé que os chiflan y cada vez que hago esto me regaláis entre todos un apacible y delicioso domingo. Atended:

El enunciado de la pregunta número nueve es “¿Cuál es, a su juicio, el principal problema que existe actualmente en España?”. El paro figura en primer lugar con un 61,8% de respuestas. A más de la mitad de la población le parece que el principal problema en España es el desempleo (según el INE, en el segundo trimestre de 2019 el número de desempleados es de 3.230.600 y la tasa de paro es del 14,02%). Tras el paro, y siempre según el barómetro del CIS, lo que el ciudadano percibe como segundo gran problema en el país es la política (políticos en general, los partidos y la política), con un porcentaje del 38,1, lo que supone más de un tercio del total de encuestados desencantados con nuestra clase política. En tercer lugar aparecen problemas de índole económica, con un 25,7%, y tenemos que esperar hasta el décimo puesto para encontrar la violencia de género, con un porcentaje de 7,5. Antes de eso aparecen preocupaciones como la corrupción y el fraude, la sanidad, la calidad del empleo o la independencia de Cataluña, entre otras cuestiones. Sorprendente.

“Quizás se trate del planteamiento de la pregunta”, me digo yo a mí misma, que soy muy de decirme cosas. A lo mejor al preguntar que cuál es el principal problema que existe en el país, uno trata de situarse en el interés general, alejándose de su propia experiencia. Si no, no me cuadra con las más de 166.000 denuncias por violencia machista que se registraron en 2018. Menos mal que la pregunta número 10 es “¿Y cuál es el problema que a Ud., personalmente, le afecta más? ¿Y el segundo? ¿Y el tercero?”. Vale. Aquí veré reflejado, estoy segura, los problemas que afectan directamente. Es decir, no tanto qué percibimos como problema general, y que podría estar condicionado por más factores aparte de mi experiencia propia, sino cuál es, en primera persona, el principal problema en este país. El matiz es importante.

Me encuentro con que aparece en primer lugar los problemas de índole económico, con un porcentaje del 27,6. Seguido del paro (27,1%) y de la calidad de empleo (18,7%), está claro que al español medio lo que le afecta directamente es todo lo derivado del trabajo: su precariedad o ausencia, y todo lo que esa circunstancia implica. Sigo. Ops, un momento, que aquí ocurren dos cosas muy curiosas:

Una, que un 15,9% considera que no hay ningún problema que le afecte personalmente. Qué maravilla. A partir de hoy, mi máxima aspiración en la vida es llegar a formar parte de esa élite que ante una encuesta de este tipo puede responder que no hay ningún problema en España que le afecte directamente. Quiero ser miembro de este selecto club, el que se desliza por el tobogán de la vida sin más desvelo que no mostrar la ropa interior.

Dos, que tengo que descender hasta el puesto número 21 para encontrar la violencia de género como problema que afecta directamente al encuestado, con un 0,8%. Un porcentaje exactamente igual que el de los problemas de los autónomos y la crisis de valores.

Ahora sí que no entiendo nada. ¿Significa esto que no es tan relevante para nosotros, como sociedad, este problema como nos quieren hacer creer? ¿No lo percibimos, pese a los esfuerzos puestos desde ciertos sectores, como tan grave respecto a otros? ¿Está consiguiendo el efecto contrario tanta insistencia y una postura tan emocional, tan alejada de los datos y las cifras, tan entregada al victimismo? Me pregunto...

Los resultados de la cuestión número 19 todavía me desconcierta más. ¿Ha sido usted víctima de algún delito en los últimos diez años? ¿Me podría decir cuál?

Ante esta pregunta vemos que la mayoría de encuestados que han sido víctimas de un delito lo han sido de hurtos, robos o estafas. La violencia de género aparece en séptimo lugar, con un 2,4%, y la agresión sexual y acoso sexual aparecen ambos con un 0,2%, el mismo porcentaje de gente que dice haber sido víctima de, atención a esto, un delito de homicidio. ¿De homicidio? Mira, yo así no puedo.

Me pregunto por qué razón es tan distante el sentir de la población, según este barómetro (un muestreo compuesto por un 48,2% de hombres y un 51,8% de mujeres), y el discurso que nos llega a través de medios e instituciones. ¿Es fiable? ¿En qué medida? ¿Podría significar que, en contra de lo que pueda parecer, sí nos importan los datos y las cifras, y sí los tenemos en cuenta a la hora de sacar conclusiones y armar nuestra percepción de la realidad que nos rodea? ¿Podríamos pensar que a alguien le interesa inflar un problema, que es suficientemente grave por sí mismo y no necesita de artificios, para distraer la atención u obtener algún tipo de rédito a costa de ello? ¿O podríamos pensar, sin más, que este barómetro no tiene valor alguno? ¿Hay alguna premisa falsa en algún punto?

En una ocasión, el filósofo Bertrand Russell afirmó, en el transcurso de una charla sobre sistemas lógicos, que de un enunciado falso se podía deducir cualquier afirmación. Uno de los asistentes le preguntó: “¿Quiere usted decir que si dos más dos son cinco, usted es el Papa?”. Russell contestó que, efectivamente, así era. Y añadió: Si dos más dos son cinco, cinco y cuatro son lo mismo. Y si cuatro menos dos son dos y cinco menos dos son tres, tres y dos son lo mismo. Restemos ahora uno a cada valor y tendremos que dos es igual a uno. Puesto que el papa y yo somos dos personas y dos es igual a uno, el papa y yo somos uno. Por lo tanto, sí: yo soy el Papa.

O sea, que dos más dos son cinco, nos están matando y yo soy el Papa.