Ciencia

El embarazo deja huellas permanentes en el cuerpo de la madre, según la ciencia

Un estudio revela cómo la maternidad altera la estructura ósea en primates, y podría aplicarse a los seres humanos

Mujeres embarazadas se ejercitan. REMITIDA / HANDOUT por Junta de Andalucía Fotografía remitida a medios de comunicación exclusivamente para ilustrar la noticia a la que hace referencia la imagen, y citando la procedencia de la imagen en la firma 18/06/2025
Embarazadas practicando deporteJunta de AndalucíaEuropa Press

Tener hijos no solo transforma la vida de una mujer, también cambia su cuerpo de forma profunda y, en algunos casos, permanente. Así lo revela un reciente estudio publicado en la revista científica PLOS One, que analizó los efectos del embarazo en la estructura ósea de las monas rhesus (Macaca mulatta).

Según los investigadores, las monas que habían tenido crías presentaban niveles significativamente más bajos de calcio, fósforo y magnesio en sus huesos, en comparación con aquellas que nunca habían estado embarazadas. Esta pérdida mineral se observó incluso después de la lactancia, lo que sugiere un impacto duradero en el esqueleto.

Aunque el estudio se centró en primates, los resultados podrían ser extrapolables a los seres humanos, ya que el embarazo y la lactancia también provocan importantes demandas de nutrientes en las mujeres.

¿Por qué se pierden minerales durante el embarazo?

Durante el embarazo, si el cuerpo de la madre no dispone de suficiente calcio, este puede ser extraído directamente de sus huesos para alimentar al bebé en desarrollo. Este proceso se intensifica durante la lactancia, cuando el cuerpo materno produce leche rica en calcio, reabsorbiendo parte del tejido óseo para cubrir esa necesidad.

Posteriormente, los minerales tienden a reponerse de forma natural, pero los científicos creen que este desgaste temporal deja una huella en los huesos, detectable incluso mucho tiempo después.

Una marca biológica que podría perdurar

Los expertos destacan que, además del envejecimiento y la menopausia, otros factores como la dieta, las enfermedades, el clima y el embarazo pueden dejar registros permanentes en los tejidos óseos. Esta evidencia abre nuevas puertas para estudiar la historia reproductiva de los individuos a través del análisis de sus huesos.