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La importancia de que los niños lleven gafas de sol

Elegir unas gafas de sol no implica solo diseño, hay que ver otros factores como la calidad del cristal así como los filtros

Desde que son bebés hay que acostumbrarlo para que se protejan la vista
Desde que son bebés hay que acostumbrarlo para que se protejan la vistalarazon

La educación en hábitos de vida saludables comienza desde la infancia. Los padres y los educadores juegan un papel clave en la adquisición de hábitos adecuados por parte de los menores, a quienes transfieren no sólo sus conocimientos y actitudes, sino también sus pautas de conducta.

La educación en hábitos de vida saludables comienza desde la infancia. Los padres y los educadores juegan un papel clave en la adquisición de hábitos adecuados por parte de los menores, a quienes transfieren no sólo sus conocimientos y actitudes, sino también sus pautas de conducta.

Respecto a la edad en la que se debe iniciar el uso de gafas de sol- explica la doctora Sara Bueno Fernández, profesora Adjunta Área de Óptica y responsable de Unidad Docente Óptica, Optometría y Audiología de la Universidad CEU San Pablo. Debemos saber que su uso es incluso más importante para los niños que en los adultos, ya que su cristalino, más joven y transparente, tiene menor capacidad de filtrar la luz que el de los adultos, especialmente la parte de luz más nociva para los ojos, que es el ultravioleta. A veces, y por el tipo de situación en que estemos (por ejemplo, en la playa), protegeremos a los niños muy pequeños, que están todavía en su cochecito, con sombrillas, la capota del coche o incluso poniéndole una gorrita.

Pero en cuanto el niño ya empieza a caminar, es imprescindible esta protección. Solamente el uso de unas gafas le protege con mayor seguridad de la radiación, venga de donde venga. Por ejemplo, una visera le protege de una parte del sol que cae directo, pero sin embargo deja el ojo del niño expuesto a la luz que se refleja en la arena o en el mar, que es igualmente nociva. Es cierto que, si son pequeños, al principio les parecerá algo extraño y se quitarán las gafas, pero debemos estar atentos, ser pacientes, ponérselas de nuevo y en poco tiempo se acostumbrarán a llevarlas. Lo mismo suele suceder al principio cuando les ponemos una gorra. Así que en realidad no hay una edad en la que empezar a ponerlas, en realidad lo que debemos reconocer son todas las situaciones en las que debemos protegerlos, que son todas aquellas en las que están expuestos a la luz del sol. Y es bueno no olvidar que, en un día nublado, incluso cuando está nublado, estamos expuestos a la luz ultravioleta además de la luz visible, ya que ésta no es totalmente filtrada por las nubes y llega también a nuestros ojos.

Criterio tenemos que tener en cuenta para comprar unas buenas gafas de sol

El criterio a tener en cuenta para elegir una gafa de sol, más allá de gustos o modas, es el del profesional de la visión, el óptico optometrista, que sabrá indicar en cada caso que filtro es necesario que se utilice en cada momento. La gafa de sol no está catalogada como Producto Sanitario, sino como Equipo de Protección Individual (EPI) y como tal, debe cumplir con un Reglamento Europeo (UE) 2016/425 y debe llevar un marcado CE. Podemos encontrarlas en gran variedad de establecimientos, no solamente en las ópticas. Así que debemos acudir a establecimientos de confianza donde nos asesoren y donde la gafa de sol tenga la información que, de forma fiable, nos asegure que ha pasado los controles y que cumple con este reglamento.

Pero según un informe de la asociación Visión y Vida, que recoge datos de FEDAO (la Federación Española de Asociaciones del Sector Óptico), más de la mitad de las gafas de sol que se venden en España son falsificaciones. No solo las que se pueden comprar en canales no regulados, sino también algunas de las que se encuentran en comercios y otro tipo de establecimientos. Tanto es así que, según la información recogida en el Libro Blanco de la Visión en España (2019), solo el 16,9% del total de gafas vendidas en el país se entrega en el canal óptico, mientras que una de cada cuatro (26,9%) se vende en mercadillos y top manta.

A un lado el prejuicio económico que esto puede suponer para el sector óptico, estas gafas de imitación no han pasado los controles necesarios, incumplen la normativa sanitaria y casi nunca proporcionan las garantías necesarias en cuanto a sus filtros solares necesarios para proteger los ojos de quienes las compran, que además no saben que estas gafas no solo no les protegen, sino que pueden afectar seriamente el estado de su salud visual al estar en una situación de mayor riesgo que si no llevamos nada.

Además de esta normativa, nos encontramos con gran variedad de colores y materiales en las gafas de sol.

En cuanto a la elección del color del filtro, no todas las gafas de sol son adecuadas para todas las situaciones, ya que no es lo mismo llevar una gafa que nos proteja cuando practicamos deportes de montaña, en la playa o en un día nublado. Hay unas indicaciones generales a la hora de elegir el color de un filtro: el verde altera poco los colores, el marrón aumenta el contraste, el gris es el que mejor respeta los colores naturales porque filtra todas las longitudes de onda de forma más uniforme. Otros como amarillos y naranjas son los que más contraste proporcionan, especiales para condiciones de baja luminosidad, pero por la misma razón no se utilizarán como protector solar.

Además del color, las lentes cuentan con otro tipo de filtros que no aportan cambios externos apreciables a simple vista. Es el caso de los filtros para el ultravioleta: no aportan nada diferente al aspecto externo de la lente y son una elección básica en cualquier gafa, sea o no para protección solar. Y existen otros muchos filtros, como los espejados, tan de moda ahora, que son idóneos para las situaciones de más luz o deslumbramiento; o los antirreflejantes, cuya función es eliminar los brillos y reflejos de la luz en las caras de las lentes, que ofrecen las mejores condiciones de contraste. También existen lentes fotocromáticas, que se oscurecen en presencia de la radiación ultravioleta; o lentes con filtros polarizados, que eliminan los molestos reflejos sobre ciertas superficies, como el agua o la carretera.

Así que un filtro mal elegido puede no solo no proteger, sino poner en peligro la salud de nuestros ojos. Ello sin entrar en la posible distorsión de las imágenes por ser lentes de pésima calidad, o la posibilidad de reacciones alérgicas por el contacto con la piel del rostro de materiales no aptos para ello. Dada la creciente necesidad de protegernos de la radiación solar no solo en nuestra piel, debemos saber que las gafas de sol son un producto de primera necesidad, no solamente un complemento de moda. Elegirlas en el lugar adecuado y con el debido asesoramiento es lo que nos va a asegurar que protegen nuestros ojos, son cómodas y nos permiten ver con calidad y con calidad, en resumen: nos garantizan nuestra salud visual.

Consejos básicos para proteger la vista de los peques en verano

Tal y como explican los expertos de Hawkers, tienda online de gafas de sol:

-De la misma manera que no se nos olvida proteger siempre con crema la piel cuando nos exponemos al sol, no olvidemos también proteger siempre los ojos con gafas de sol.

-Procuremos que las gafas de sol que usemos para proteger los ojos de los más pequeños tengan los filtros adecuados y fiables para cada situación.

-El profesional sanitario que conoce todos los filtros disponibles y cómo y donde utilizar cada uno es el óptico optometrista: consúltale y te dirá lo que necesitas.

-Y recuerda: es peligroso llevar unas gafas de sol con lentes que no te protejan: si no conoces su procedencia te pueden producir daños en córnea, conjuntiva, cristalino o retina que pueden ser graves. Ante la duda, puede ser mejor consejos no usar esas gafas de sol sospechosas.