Lactancia

Prolongar la lactancia materna previene los jadeos o sibilancias en los recién nacidos y evita casos de asma

Las sibilancias son un importante factor de riesgo en el desarrollo del asma, enfermedad sin cura que afecta a 2,5 millones de personas en España. Las padecen 1 de cada 5 niños al menos una vez durante su primer año de vida

Prolongar la lactancia materna previene los jadeos o sibilancias en los recién nacidos y evita casos de asma
Prolongar la lactancia materna previene los jadeos o sibilancias en los recién nacidos y evita casos de asmalarazon

La leche materna protege a los recién nacidos frente a enfermedades pulmonares, favoreciendo el correcto desarrollo del aparato respiratorio. Esta es una de las principales conclusiones de un estudio multidisciplinar y pionero en su campo, liderado por Meghan Azad, profesora adjunta de Pediatría y Salud Infantil de la Universidad de Manitoba (Canadá), con el que ha demostrado que los bebés alimentados exclusivamente con leche materna tienen hasta un 33% menos de casos de jadeos o sibilancias durante el primero año de vida. En el caso de niños con madres asmáticas, la labor de prevención de la leche materna es aún más eficaz:

La leche materna protege a los recién nacidos frente a enfermedades pulmonares, favoreciendo el correcto desarrollo del aparato respiratorio. Esta es una de las principales conclusiones de un estudio multidisciplinar y pionero en su campo, liderado por Meghan Azad, profesora adjunta de Pediatría y Salud Infantil de la Universidad de Manitoba (Canadá), con el que ha demostrado que los bebés alimentados exclusivamente con leche materna , tienen hasta un 33% menos de casos de jadeos o sibilancias durante el primero año de vida. En el caso de niños con madres asmáticas, la labor de prevención de la leche materna es aún más eficaz: las sibilancias se reducen hasta en un 62% en bebés que han sido alimentados exclusivamente con leche humana durante los primeros seis meses, siendo las sibilancias un importante factor de riesgo en el desarrollo de enfermedades respiratorias incurables como el asma.

El estudio se presentará en el XIII Simposio Internacional de Lactancia Materna promovido por Medela, que se celebrará en París (Francia) el 22 y 23 de marzo. Este simposio reúne cada año a profesionales relacionados con la lactancia materna como pediatras, neonatólogos o responsables de UCIN en los hospitales. Estos expertos abordarán la importancia de la prevención de enfermedades pulmonares en los bebés, tanto en sus primeros años de vida como a posteriori, así como sus consecuencias económicas en los actuales sistemas de salud. Además, debatirán sobre si ha llegado o no el momento de desarrollar un nuevo programa educativo para ayudar a las familias con historiales genéticos de asma a comprender el potencial de la leche materna en su prevención.

La lactancia exclusiva hasta los 6 meses aumenta la protección

Las sibilancias son una de las principales causas de hospitalización durante la infancia. Se trata de episodios en los que los bebés tienen dificultades para respirar durante por lo menos 15 minutos, produciendo un silbido en su pecho en cada inspiración. Según las conclusiones del estudio de la profesora Azad, en el que han participado niños de entre 0 y 5 años y científicos de 20 disciplinas diferentes, entre un 20% y 50% de los recién nacidos experimentan al menos un episodio de jadeos hasta cumplir un año.

Los bebés cuyas madres tienen asma son quienes más se benefician de las propiedades de la alimentación exclusiva con lecha materna en materia de prevención de enfermedades respiratorias. Los episodios de jadeos se reducen de media de 1.40 a 0.33 por bebé y por año. Este factor cobra mayor importancia ante el componente genético que presenta esta enfermedad.

En cambio, los datos del estudio revelan que los bebés que abandonan la lactancia previamente o la combinan con otro tipo de alimentación, como la leche de fórmula, experimentan el doble de episodios de jadeos y mayores dificultades respiratorias. Hasta el primer año, mantener la lactancia a medida que se introducen alimentos sólidos en la dieta de los pequeños continúa favoreciendo el desarrollo de sus pulmones.

Estas evidencias científicas demuestran la importancia de la concienciación sobre el papel de la leche materna como herramienta de prevención contra enfermedades respiratorias crónicas e incurables como el asma que, según la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), afecta a unos 2,5 millones de niños y adultos en España. La leche materna reduce el riesgo de infecciones respiratorias, promueve el adecuado desarrollo de los pulmones y favorece la maduración del sistema inmune.

Contar con programas que apoyen la lactancia materna tendría un importante impacto en la salud de niños y adultos, traduciéndose en un menor gasto económico en tratamientos médicos contra el asma y otras enfermedades respiratorias. La relación existente entre la prevención de enfermedades respiratorias y la leche materna refuerza, por tanto, la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de mantener la lactancia exclusiva durante los primeros 6 meses, si bien en el caso de los bebés cuyas madres tienen asma, el beneficio que les proporciona la alimentación exclusiva con leche materna aconsejaría prolongar la lactancia lo máximo posible.

El sexo y otros factores de riesgo

Uno de los descubrimientos más inesperados ha sido la identificación del sexo como un factor de riesgo en el desarrollo de enfermedades respiratorias. Los niños tienen una mayor predisposición a sufrir jadeos y se estima que pueden necesitar casi el doble de atención médica que las niñas. Aunque aún no se ha demostrado el origen de esta diferencia, algunas hipótesis defienden que podría estar provocada por las hormonas femeninas presentes en la leche materna. Dado que hombre y mujer responden de forma diferente ante las hormonas sexuales, los efectos de la lactancia también podrían ser diferentes. Lo que sí demuestran estos resultados es la necesidad de continuar investigando en los beneficios de la leche materna bajo una mayor segmentación.

Por otro lado, existen factores sociales y ambientales que pueden suponer un mayor riesgo para los bebés. Diversas características maternas se asocian con un nivel menor de protección ante las dificultades respiratorias, como la edad, la etnia o los hábitos poco saludables como el tabaco. Las madres de más de 35 años por ejemplo demuestran una mayor continuidad en su lactancia, comparado con las madres de menos de 25 años que no cumplen con los 12 meses. Lo mismo ocurre con las madres fumadoras, que abandonan antes la lactancia.

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