Roscón de Reyes

Ya tenemos al cachorro en casa. ¿Y ahora qué cuidados necesita?

Una veterinaria nos explica los primeros cuidados

Ya tenemos al cachorro en casa. ¿Y ahora qué cuidados necesita?
Ya tenemos al cachorro en casa. ¿Y ahora qué cuidados necesita?larazon

Por fin llegó a casa el anhelado cachorrito que le pedimos a Papá Noel y ahora nos preguntamos qué hacemos con él. ¿Cómo se cuida? ¿Hay que llevarlo al veterinario como se hace con los bebés y el pediatra? ¿Tengo que vacunarlo? ¿De qué? ¿Puede salir a la calle? ¿Qué come? Todas estas preguntas las resuelve Viqui Martínez del Campo, veterinaria de Vetsos

Lo primero que tenemos que pensar es que el cachorro al llegar a casa suele estar literalmente aterrado. Se le ha separado bruscamente de su entorno para llegar a una casa donde todo son aspavientos de bienvenida. Y si hay niños, encima habrá gritos y peleas por cogerlo. Todo esto le va a generar al cachorrito muchísimo estrés. Sé que es difícil, pero no estaría de más intentar que ese momento fuera reposado. Hay que aleccionar a los niños, y nosotros mismos deberíamos reprimir el impulso del achuchón irremediable... son solo unas horas. Después será él mismo el que reclame atención.

Lo primero que debemos hacer antes de que llegue a casa es tenerle preparadas sus cosas. Lo primero su lugar que debe ser un rincón en el que pueda estar tranquilo, con una cama, cuna, colchón, o cualquier cosa blandita y recogida que se os ocurra. Y sus cacharritos para agua y comida. Como ajuar le habremos comprado además algún juguete o hueso para que pueda morder, un cepillo acorde al pelo que tenga, alguna chuche o premio que nos ayudará en su educación, y por supuesto una comida adecuada.

¿Cómo sé cuál es la más adecuada? Pues en esto soy bastante rotunda. El perro es un animal carnívoro. Cualquiera que haya hecho la compra alguna vez sabe el precio de la carne y del pollo. En un saco de 3 kg de pienso que cuesta 5 euros no puede haber mucho pollo. Los piensos que venden en supermercados, incluso los que anuncian por la tele, llegan a su 25-28% de proteína bruta que necesita un perro para alimentarse, a base de proteínas de soja, y un poco de pollo o carne, el raspadito 14% que exige la legislación para poder etiquetarlo como pienso “con pollo”.

Un perro de 30 kg (un labrador, por ejemplo) tarda menos de un año en alcanzar ese peso desde que nace con 300 gramos. Un humano tarda 10 años en crecer lo mismo. Con ello quiero recalcar lo importante que es darles una alimentación de gran calidad al menos hasta que terminen de crecer.

No voy a recomendar ninguna marca, pero últimamente hay en el mercado (en clínicas veterinarias y en empresas especializadas) muchos piensos naturales, sin cereales, sin colorantes ni conservantes y libres de transgénicos. Está más que demostrado que cuanto menos química, mejor, así que son los que yo recomiendo. En cuanto a la pauta de alimentación, muchos perros comiendo a demanda se regulan muy bien, pero la mayoría son bastante ansiosos con la comida, con lo que es mejor darles la ración diaria dividida en tres tomas. Además así es más fácil educarlos, pues el tránsito intestinal se hace más regular, y podremos saber cuándo van a hacer sus “cositas”.

Pero lo más importante cuando decidimos compartir nuestra vida con un perro, es tener claras unas cuantas nociones sobre su comportamiento, que nos pueden ayudar en su educación y en la convivencia con ellos.

Lo primero a tener en cuenta, es que los perros en la naturaleza viven en manadas. Es decir, son animales sociales y gregarios. Su naturaleza les pide vivir en compañía y relacionándose con otros, con lo que un perro que está solo siempre tiene un cierto grado de ansiedad. Es muy lícito querer que el perro no duerma junto a nosotros, pero ello va contra su naturaleza. Así que tenemos que saber que cuando lo encerremos en la cocina, por ejemplo, el cachorro siempre va a llorar. Llorará una noche, o varias, y al final se acostumbrará. Pero siempre va a estar más tranquilo un perro al que permitamos dormir cerca de la cama de su dueño.

Eso sí, seamos coherentes. Si nuestra idea es que el perro pernocte en una perrera en el jardín, no le dejemos de bebé dormir en la cama con los niños, que después la ansiedad será terrible para el.

En cuanto a los hábitos higiénicos, siempre está el problema de que hasta los dos meses y medio o tres no podemos sacarlos de forma segura a la calle, así que tendremos que conformarnos con ponerle un empapador o unos periódicos en una esquina y llevarlo allí en los momentos cruciales. Los perros suelen desarrollar un reflejo de micción en cuanto pisa hierba, y podemos aprovecharlo para que le estimule el pisar empapadores. Lo malo de ese reflejo, es que también ocurre cuando pisa una alfombra, así que lo mejor sería retirarlas durante unas semanas, hasta que el cachorro haya aprendido a hacerlo siempre fuera.

Los momentos en que hay que llevarlo a los periódicos son: Siempre que se despierte de una siesta, siempre después de comer, a veces después de jugar activamente, y siempre que le veamos que empieza a olisquear y dar vueltas.

Si fuéramos capaces de dedicar 48-72 horas a que siempre lo haga donde debe, el perro cogería el hábito y sería muy fácil. El problema es que todas las veces que lo haga donde no debe, nos retrasa el aprendizaje.

Y una aclaración importante: un perro después de 3 minutos de una acción, es incapaz de relacionarla con una consecuencia. Está demostrado en numerosos estudios. Así que por favor, terminemos con los restregones sobre el pis, el periódico enrollado cuando volvemos a casa y todas esas conductas que nos han contado siempre. Y también terminemos con el “sabe perfectamente que lo ha hecho mal...” lo que sabe perfectamente es que estamos enfadados, pero ni sospechan, ni se preguntan por qué.

Y por último voy a recomendar que visitéis al veterinario el primer día que recibáis al perro. Él os explicará la pauta de vacunaciones que utiliza, lo desparasitará, le pondrá en microchip, y sobre todo le realizará una primera exploración, que es la más importante, pues hay un montón de problemitas que pueden tener los cachorros (parásitos externos, ácaros, parásitos internos, dermatitis, etc) que a veces el dueño no percibe hasta qué están muy avanzados.

Así que solo queda disfrutar del nuevo miembro de nuestra casa, que seguro que nos da miles de satisfacciones. Pero eso sí, requiere mucha paciencia y mucho cariño.