
Naturaleza
Así es la cascada gallega que se encuentra a un paso de Portugal
En un municipio ourensano fronterizo con el país vecino se encuentra este salto de agua de 4 metros de altura

Las cascadas de Galicia, conocidas por nombres tan diversos como fervenzas, cachóns, seimeiras o ruxidoiras, forman parte de un paisaje modelado por la fuerza del agua y el paso del tiempo.
Tanto es así, que en el extremo sur de Ourense, casi en la frontera con Portugal, se esconde la fervenza de Vilariño. Este pequeño salto de agua, de apenas cuatro metros de altura, se convierte en un lugar lleno de encanto gracias a su entorno, su sonido y la vegetación que lo arropa.
La cascada se encuentra en el concello de Calvos de Randín, en la parroquia de Randín (San Xoán), en plena Serra da Pena. Este sistema montañoso, que supera los mil metros de altitud, marca la raia seca que separa Galicia de Portugal.
Allí, las pequeñas aldeas de Vilar y Vilariño conservan el espíritu de la Galicia más rural y auténtica. Desde la aldea de Vilariño parte un sendero bien señalizado que, tras apenas 100 metros de caminata, lleva hasta la fervenza.
El regato do Muíño Vello (Moinho Velho en el lado portugués) es el responsable de este salto de agua. Sus aguas nacen a pocos metros de la frontera y avanzan entre las rocas hasta precipitarse en este rincón. El regato es afluente del río Maceira, que al unirse con el Ramiscal da lugar al Barxa, un curso fluvial que acompaña a las aldeas del valle.
El acceso es sencillo y el lugar resulta ideal para quienes buscan una desconectar en la naturaleza. Además, su cercanía con la frontera ofrece al visitante la posibilidad de descubrir un territorio cargado de historia y relatos sobre la vida en la raia seca.
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