
Historia
Así es el castillo gallego en el que vivió la primera reina de Europa
Desde este castillo, clave en las luchas medievales contra Portugal, la monarca protagonizó episodios de poder, intrigas y leyendas

Salvaterra de Miño guarda entre sus muros una de las páginas más fascinantes de la historia medieval gallega. Su castillo, conocido como Castillo de Doña Urraca, se alza a orillas del río Miño, en un enclave fronterizo con Portugal que ha sido testigo de guerras, amores y conspiraciones durante siglos.
Este conjunto fortificado, declarado Bien de Interés Cultural en 1949, destaca por su importancia estratégica y militar, y por el legado de la reina leonesa Urraca I de León y Castilla, figura clave de la política peninsular del siglo XII.

El castillo y su arquitectura singular
La actual fortaleza de Salvaterra tiene su origen en los siglos X-XI, aunque gran parte de su configuración actual data del siglo XVII, cuando fue reconstruida durante la Guerra de Restauración portuguesa (1640-1668).
El ingeniero francés Carlos de Lessar fue el encargado de adaptar las estructuras medievales a las nuevas exigencias defensivas de la época. Así nació una fortaleza de 9.700 m², de planta rectangular, con murallas restauradas en 2008 y diversas edificaciones en su interior, como la Casa del Conde, la capilla barroca de la Virgen da Oliveira y las enigmáticas Cuevas de Doña Urraca.
Este conjunto arquitectónico conserva detalles únicos, como una escalera de caracol de doble rampa que permite ascender y descender sin cruzarse. También destaca el Vestidor de Doña Urraca, una estancia circular coronada por una bóveda de media naranja que confiere al espacio una acústica especial.
Los muros, de sillería granítica, están adornados con bóvedas de ladrillo y arcos de medio punto que hablan de un pasado noble y militar. En la planta baja, un pozo alimenta la leyenda: se dice que en su fondo se esconde un pasadizo secreto que conectaba con Monção, en la orilla portuguesa del Miño.
Reina, madre y guerrera
La fortaleza debe su nombre a Urraca I de León y Castilla (1079-1126), hija de Alfonso VI y primera mujer en reinar en solitario en Europa Occidental. Su figura ha dejado una profunda huella en Galicia, donde pasó buena parte de su vida enfrentada a rivales y familiares en una época convulsa. Durante años, se disputó el control del Condado Portucalense con su hermana Teresa, madre del futuro Alfonso I de Portugal.
Salvaterra fue uno de sus bastiones clave en esta contienda, desde donde en 1121 dirigió sus campañas junto al obispo Diego Xelmírez, su aliado y adversario intermitente.
A lo largo y ancho de Galicia, su presencia ha sido inmortalizada en cuentos, topónimos y leyendas. Desde el castillo de Sobroso, en Mondariz, donde escapó por un túnel secreto, hasta la Torre de Doña Urraca en Caldas de Reis, donde dio a luz a su hijo Alfonso VII.
Incluso en O Salnés, la historia recoge cómo, acorralada en el castillo de Lobeira, lanzó su corona a una mina para evitar que cayera en manos de sus enemigos, mientras mandaba su tesoro por mulas hacia Cangas.

Leyenda, memoria y presencia
Los túneles atribuidos a la reina forman parte inseparable de su leyenda. En Vilagarcía de Arousa, se dice que existe uno que une el monte Lobeira con el convento de Vista Alegre. En Monterroso, otro pasadizo parte del castillo de Sirgal, donde se alojó junto a Alfonso I el Batallador.
En Viana do Bolo, sobreviven restos de otra torre vinculada a su nombre. Se la conoce como la “reina de los pasadizos” y su figura reaparece en ferias medievales y representaciones populares, siempre acompañada de un halo de poder, orgullo y misterio.
El Castillo de Doña Urraca acoge en la actulidad el Museo del Viño do Condado de Tea, fusionando su legado medieval con la tradición vinícola local.
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