
Historia
Así fue la extraordinaria participación de Galicia en la faraónica obra que unió dos océanos
Los más de 8.000 obreros gallegos que tomaron parte se convirtieron en la segunda fuerza laboral de esta construcción

En la selva panameña, un día sí y otro también, las jornadas pueden llegar a sucederse con una lentitud exasperante, como la gota de sudor tibio y salado que se desliza por la frente, en aparente calma, fruto del calor y la humedad, de las lluvias torrenciales, de las enfermedades que acechan y, en otro tiempo, de una obra que se erguía palmo a palmo desafiando, precisamente, a toda esa selva impertinente.
Más de ocho mil gallegos empuñaron, entonces, sus herramientas para abrir un surco inmenso que acabaría uniendo dos océanos. En aquella epopeya, en aquel levantamiento del Canal de Panamá, una gesta de ingeniería que conecta el Atlántico con el Pacífico a través de 80 kilómetros de lodo y piedra, Galicia dejó una huella imborrable.
La historia arranca en 1905, cuando los primeros trabajadores gallegos fueron contratados por la Isthmian Canal Commission (I.C.C.) y llegaron desde Cuba, donde muchos ya habían trabajado en obras ferroviarias.
Fue el ingeniero jefe John Frank Stevens, respaldado por su colaborador Jackson Smith -responsable del Departamento de Trabajo, Alojamiento y Subsistencia-, quien, ante las altas tasas de mortalidad y la baja productividad de los trabajadores hasta entonces contratados, propuso traer gallegos por su aguante físico, su experiencia y su capacidad de adaptación al clima tropical. Smith había coincidido con ellos en Cuba y no dudó en recomendar su contratación.
Los primeros gallegos
El 14 de septiembre de 1906, los primeros 500 gallegos desembarcaron en Panamá a bordo del Vapor Orinoco, procedentes de Vigo. A partir de ese momento, y a pesar de los obstáculos diplomáticos y sanitarios, su número no dejó de crecer. En 1907 se contabilizan más de 5.200 gallegos trabajando en el canal; en 1909, otros 1.800; y así hasta alcanzar un total de 8.298 gallegos, dentro del contingente de más de 12.000 españoles que participaron en las obras. Únicamente los trabajadores antillanos superaron a los gallegos en número.
Las condiciones eran extremas. Las jornadas superaban las diez horas, bajo un sol impenitente, rodeados de barro, explosivos, locomotoras y mosquitos transmisores de la fiebre amarilla y la malaria. Muchos enfermaron, y otros murieron sin ver terminada la obra. El clima, las enfermedades y los accidentes con dinamita o maquinaria pesaban más que los picos y las palas. No obstante, su presencia resultó esencial para completar la colosal empresa.
Reclutamientos prohibidos
A pesar del Real Decreto firmado por Alfonso XIII en 1908, que prohibía temporalmente la emigración española a Panamá, los reclutamientos continuaron de manera discreta, muchos canalizados a través de Costa Rica. Esta medida fue tomada como respuesta a las tensiones políticas tras la guerra de 1898 y la pérdida de las últimas colonias, pero no logró frenar el flujo de gallegos dispuestos a cruzar el Atlántico en busca de trabajo y un futuro.
Terminadas las obras del canal en 1914, muchos gallegos regresaron a su tierra, especialmente a Galicia, algunos con ahorros que les permitieron abrir pequeños negocios, mientras que otros se quedaron en Panamá o continuaron su camino hacia Brasil, sembrando nuevas raíces. Este movimiento migratorio supuso uno de los capítulos más significativos de la emigración gallega, y muchos de esos apellidos siguen hoy presentes a ambos lados del Atlántico.
Héroes en el recuerdo
Más de un siglo después, Panamá rinde homenaje a aquellos héroes anónimos. En febrero de 2024 se inauguró en la capital panameña un monumento conmemorativo a los trabajadores gallegos del canal, impulsado por la Xunta de Galicia. La escultura recuerda a quienes hicieron posible la arteria interoceánica que transformó para siempre el comercio global.
Con ese homenaje se saldaba una deuda de memoria con quienes construyeron con sus manos una de las grandes obras de nuestro tiemnpo.
✕
Accede a tu cuenta para comentar