
Violencia machista
Así funciona Vega, la app gallega que puede salvar vidas sin que la víctima diga una palabra
Oculta en el teléfono móvil, es capaz de analizar las conversaciones y activar protocolos de emergencia sin tocar el dispositivo

Hay silencios que hablan y gritos que nunca llegan a escucharse. Gestos que se contienen, teléfonos imposibles de marcar, puertas cerradas sobre el miedo. Se trata de un espacio íntimo, incomprendido e incomprensible, en el que habita la violencia machista. Una brecha que busca cerrar Vega, una aplicación que, basándose en la inteligencia artificial, actúa de modo discreto y efectivo. No necesita de órdenes, le bastan las palabras, algunas palabras.
Vega es, por tanto, una respuesta tecnológica a una realidad que estremece. Sus impulsores son los agentes de la Policía Local de Vigo David Calvo Estévez y Manuel Montenegro, con décadas de experiencia en intervención directa, y los inversores tecnológicos Rubén Gardón y Jorge Fernández, con base en Suiza.
Juntos, han creado una solución con la que buscan reducir los tiempos de respuesta policial, facilitar la obtención de pruebas válidas y ofrecer protección inmediata sin que la víctima tenga que mover un dedo.
Inteligencia artificial contra el miedo
Lo que diferencia a Vega de otras aplicaciones es su capacidad para detectar señales de riesgo de manera autónoma. Gracias a algoritmos de inteligencia artificial, es capaz de analizar las conversaciones del entorno y activar protocolos de emergencia sin que sea necesario tocar el dispositivo.
Esta funcionalidad resulta imprescindible en situaciones donde la víctima queda paralizada por el miedo o sufre inmovilidad tónica, una respuesta fisiológica frecuente ante amenazas extremas.
Una vez detectado el riesgo, la app activa el micrófono del móvil o del reloj inteligente, graba el entorno, geolocaliza a la víctima en tiempo real y envía toda esta información a una Central Receptora de Alarmas (CRA), generando además un archivo digital seguro que puede ser usado como prueba en un juicio. Todo ello sin que la aplicación sea visible en el dispositivo ni requiera una orden de protección previa para ser activada.
Adaptada a cada víctima
Otra de las ventajas clave de Vega es su capacidad de personalización. La interfaz puede ser adaptada para camuflar su presencia, evitando así que el agresor sospeche de su existencia. Esta opción resulta fundamental para mujeres que conviven con su maltratador o que aún no han dado el paso de denunciar por miedo a represalias.
Además de su fase reactiva, Vega incorpora una fase preventiva con acceso inmediato a recursos informativos, chats automáticos de ayuda, asesoramiento legal y contacto directo con entidades de atención a víctimas. Todo ello de manera confidencial y segura.
Actualmente, Vega se encuentra en una fase avanzada de pruebas piloto y ya ha despertado el interés de instituciones públicas, cuerpos de seguridad y entidades especializadas en todo el país. Sus creadores han iniciado los trámites para integrarla en los sistemas de respuesta rápida de diversas comunidades autónomas y organismos judiciales.
“Cada minuto que se gana puede ser la diferencia entre la vida y la muerte”, subrayan sus impulsores, convencidos de que la tecnología, usada con criterio ético y conocimiento de la realidad operativa, puede convertirse en un arma decisiva para salvar vidas.
✕
Accede a tu cuenta para comentar