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Historia

Estos castros gallegos son hermanos y vigilan la ría de Arousa

Los asentamientos forman parte de uno de los yacimientos más importantes del noroeste peninsular

Estos castros gallegos son hermanos y vigilan la ría de Arousa Turismo de Galicia

En la ría de Arousa y dentro del municipio coruñés de Boiro, se encuentran los castros de Neixón Grande y Pequeno, dos antiguos poblados que, entre la Edad del Bronce y la tardorromanidad, revelan el papel clave que jugó este lugar en las redes comerciales del Atlántico y el Mediterráneo.

Situados en la Punta de Neixón, una pequeña península que se adentra en la Ensenada de Rianxo, estos castros forman uno de los conjuntos arqueológicos más relevantes del noroeste peninsular.

Su ocupación se remonta al menos al siglo VIII a.C., y su legado arqueológico revela una intensa actividad comercial, una sofisticada organización social y una estrecha relación con las culturas mediterráneas.

Castros de NeixónTurismo de Galicia

El Castro Pequeno, asentado en el extremo mismo de la punta, fue el primero en ser ocupado. Elevado apenas ocho metros sobre el nivel del mar, su localización refleja un tiempo en el que las amenazas navales eran escasas, y la proximidad al mar garantizaba sustento y movilidad.

Aquí, en las cabañas circulares de piedra que aún se conservan, se mezclaron influencias culturales llegadas de Europa con las tradiciones locales, como las de los antiguos oestrimnios. Su ocupación cubre una amplia franja temporal entre la Edad del Bronce y la Edad del Hierro.

Siglos más tarde, a unos 300 metros al norte, surgiría el Castro Grande, a mayor altitud (24 metros) y con una arquitectura más compleja, pensada para la defensa y la consolidación de un asentamiento estable.

Sus murallas, fosos de más de tres metros de profundidad y parapetos de tierra dan cuenta de una sociedad que comenzaba a tomar conciencia de las amenazas externas. Las excavaciones han revelado un pasado marcado por el comercio.

Entre los hallazgos destacan cerámicas púnicas, itálicas y romanas, como un aryballos de vidrio procedente del Mediterráneo o numerosas ánforas y piezas singulares de la cultura castrexa.

El castro fue habitado hasta el siglo III d.C., cuando fue abandonado, quizás por la inestabilidad costera provocada por incursiones o por el desplazamiento de las rutas comerciales.

Imagen de los Castros de NeixónGuíate Galicia

El nacimiento de la arqueología gallega moderna

Este enclave fue también protagonista de algunos de los primeros trabajos arqueológicos modernos en Galicia. A comienzos del siglo XX, figuras pioneras como Florentino López Cuevillas y Fermín Bouza Brey iniciaron aquí excavaciones que sentaron las bases de la arqueología gallega.

Más tarde, en los años 70, Fernando Acuña Castroviejo retomó las investigaciones, y entre 2003 y 2008, Xurxo Ayán Vila dirigió nuevas campañas que aportaron luz sobre el uso tardorromano del castro, incluyendo una pequeña necrópolis.

Para preservar y divulgar este valioso patrimonio, desde 2002 está abierto al público el Centro Arqueolóxico do Barbanza, situado a escasos metros del yacimiento. Este espacio museográfico recorre la historia de la zona desde el Neolítico hasta el cambio de era, con maquetas, reconstrucciones de cabañas castrexas y materiales originales hallados en las excavaciones.