Gastronomía

El Mirador del Guadiana, reinventarse para seguir creciendo en Badajoz

Este verbo, “reinventar”, se adapta a las mil maravillas a un restaurante extremeño en el que tuve la suerte de comer recientemente

Imagen del comedor del restaurante El Mirador del Guadiana
Imagen del comedor del restaurante El Mirador del GuadianaJuan Antonio NarroJuan Antonio Narro

En estos tiempos difíciles que estamos atravesando por causa de la pandemia que nos acosa, suele utilizarse en diversos ámbitos de la sociedad la palabra “reinventarse”, aludiendo a esa necesidad de propiciar un cambio debido a circunstancias externas, a veces extremas, que parecen obligarnos a decisiones valientes y atrevidas

Digamos que, ante el acoso de la necesidad, se reafirma la fuerza del ingenio, el trabajo, la perseverancia y la intuición.

Pues bien, estas palabras son perfectamente aplicables al ámbito gastronómico. Muchos restaurantes, de una u otra forma, han tenido que reinventarse.

Este verbo, “reinventar”, se adapta a las mil maravillas a un restaurante extremeño en el que tuve la suerte de comer recientemente. Se llama “El Mirador del Guadiana”.

Un clásico de la ciudad situado en uno de los hoteles más emblemáticos de la capital pacense. Un espacio gastronómico que puede presumir de unas inigualables, y envidiables, vistas sobre este célebre río que ha sido durante siglos, y seguirá siendo, fuente de riqueza para estas tierras.

Digamos que se aprecia perfectamente ese proceso de reinvención donde la chispa, la técnica, la originalidad y el buen hacer de esas cocinas, asesoradas por el galardonado chef Nazario Cano (1 estrella Michelin en su restaurante murciano Odiseo), han dado una nueva versión, y creado una recomendable apuesta gastronómica capitaneada por el cocinero Francisco Gil y el inestimable trabajo de María Arias, para que el comensal se decida por comer y conocer su nueva carta. Todo un lujo para la ciudad de Badajoz.

Siempre es de agradecer ese intercambio, en este caso culinario, de formas de entender los fogones. Influencias gastronómicas peruanas, japonesas o toledanas, entre otras, se fusionan con reconocidos productos extremeños para conseguir verdaderas obras de arte efímero.

Comer en el “El Mirador del Guadiana” es, además de un placer y un nuevo descubrimiento, todo un aprendizaje. Un grato viaje por distintas maneras de entender esto que llamamos el buen comer.

Algunos de los platos de El Mirador del Guadiana
Algunos de los platos de El Mirador del GuadianaJuan Antonio NarroJuan Antonio Narro
Algunos de los platos de El Mirador del Guadiana
Algunos de los platos de El Mirador del GuadianaJuan Antonio NarroJuan Antonio Narro

Cuidadas presentaciones, originales fusiones con distintas materias primas y un magnífico servicio nos esperan en un local amplio, luminoso y tremendamente acogedor donde las tranquilas aguas del río Guadiana parecen hacer de telón de fondo, tras unos grandes ventanales, de esta representación.

Llamativos nombres para elaboraciones como “Bienvenido Badajoz”, “Sobrasada de ibérico” o “Final en Badajoz” son una incuestionable declaración de intenciones en favor de la ciudad y del producto extremeño.

Es fácil apreciar, una vez entras por la puerta, el deseo de todo este equipo en agradar con su novedosa propuesta en la ciudad. En definitiva, convencer con un trabajo bien hecho tanto en cocina y como en sala.

La semilla está plantada en suelo fértil. Sólo falta esperar y ver los resultados. Sus inicios, desde luego, son muy prometedores.