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Restaurantes
En Lisboa también pronuncian la palabra Kabuki
Un espectacular restaurante conformado por tres ambientes que, a pesar de ser totalmente distintos, se complementan a la perfección: Kabuki Experience, la sala principal y Kikubari
En España, con solo mencionar la palabra Kabuki, ya sabemos que se están refiriendo a uno de los grandes referentes de la gastronomía japonesa en Europa. Una marca de alta solvencia en el mundo de la gastronomía y una apuesta segura a la hora de degustar comidas de esta parte de Asia. En definitiva, calidad contrastada hasta tal punto que varios de sus restaurantes han conseguido la codiciada estrella Michelín.
Pues bien, a finales de 2021 se abrió en la ciudad de Lisboa, concretamente en las galerías del glamuroso hotel Ritz Four Seasons, el primer restaurante fuera de las fronteras españolas de esta acreditadísima marca.
Una icónica ubicación y un magnífico local (con una decoración perfectamente estudiada) nos sumergen en el mundo Kabuki.
Tenía que ser en esta capital donde ese novedoso desafío internacional plantara sus raíces. Hay razones de peso, sobre todo y en especial, las históricas vinculaciones (con mucho pasado en común) entre ambos países. Circunstancia que llevó también al mutuo enriquecimiento culinario. Hay platos portugueses con indiscutibles aires nipones y platos japoneses con evidentes influencias lusas.
Lo que vamos a descubrir es un espectacular restaurante conformado por tres ambientes que, a pesar de ser totalmente distintos, se complementan a la perfección. Son Kabuki Experience (con aires más intimistas y exclusivos), la sala principal (situada en el piso inferior, es el mayor de todos los espacios) y Kikubari (para disfrutar de unos cocteles de autor).
Si todo está pensado -hasta el más mínimo detalle- para que el comensal disfrute semejante experiencia y tenga la impresión de ser un privilegiado al haber pasado por Kabuki, no queda más que adentrarse en este apetecible universo culinario que nos entusiasmará a través de un meticuloso y concienzudo trabajo donde texturas, presentaciones, productos, colores, sabores, olores y elaboraciones logran sorprender. Sencillamente, arte en la cocina.
Una inigualable selección de aperitivos presentados en una caja con seis compartimentos que nos abren en la mesa, cual tesoro que es, fue el comienzo de este deseado recital gastronómico. Entre otras elaboraciones, contenía un mejillón gratinado con salsa holandesa o una croqueta de atún con mayonesa.
No es intención de quien les escribe detallar con minuciosidad los platos que ofrece una carta equilibrada donde lógicamente el atún es uno de los protagonistas.
Lo que nos vamos a encontrar es una muy elaborada y trabajada, gracias a experimentados profesionales, cocina japonesa con influencias mediterráneas.
De la lectura de su carta se aprecia una impactante secuencia de platos con nombres ciertamente tentadores (por citar algunos, “corte fino de peixe branco con patê de trufa branca”, “lombo de atum”, “corte fino de vitela galega con molho ponzu”, “barriga de atum, cebolinha e ovo de criaçâo ao ar libre”, “corte fino de atum con molho de tonnato”….). Una armoniosa melodía que agrada tanto a la vista como al paladar.
Cuando trato de resumir en pocas palabras mi paso por Kabuki Lisboa me doy cuenta, por razones que son fáciles de entender, que es tarea ardua y complicada. Sin embargo, me vino a la mente un vocablo que seguramente englobe la multitud de sensaciones que, como comensal, experimenté aquella noche. Me refiero a la palabra “espléndido”.
El diccionario de la lengua española, en una de sus acepciones, la define como “que destaca por sus cualidades extraordinarias”.
¿Hay mejor forma de sintetizarlo con una sola palabra?
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