Cocina
Carlos de la Calle, cocinero: "Nunca hagas esto con la salsa de tomate, la estás estropeando"
Existe un método heredado de generación en generación que confunde dos sabores completamente diferentes
Carlos de la Calle, cocinero y creador de contenido en la cuenta de TikTok @solteroenlacocina, ha lanzado un aviso claro a todos los amantes de la cocina casera: cuidado con lo que le haces a tu salsa de tomate. En un vídeo reciente, el cocinero cuestiona uno de esos trucos heredados de generación en generación.
"En España tenemos una costumbre muy mala que nos viene de nuestras abuelas", comienza diciendo. Se refiere al gesto casi automático de echar una cucharadita de azúcar a la salsa de tomate para, supuestamente, rebajar su acidez. De la Calle desmonta ese consejo: "Cuando hacemos una salsa de tomate, echarle azúcar no quita la acidez del tomate, el azúcar endulza".
El cocinero insiste en que "nunca es una buena idea añadirle azúcar a un guiso, a no ser que esté haciendo un postre". Su explicación es simple y directa: el problema no es solo de costumbre, sino de concepto. "Como he dicho, el azúcar endulza, no quita acidez, porque lo contrario de dulce no es ácido, lo contrario de dulce es salado", recalca, señalando que muchas veces en la cocina se confunden estos matices básicos de sabor.
Ahora bien, ¿qué hacer entonces cuando una salsa de tomate queda demasiado ácida para nuestro gusto? De la Calle ofrece una alternativa muy concreta: "Para la acidez, bicarbonato". Esa es, según él, la clave. Su recomendación es añadir "una pizquita de bicarbonato" a la salsa. Con ese pequeño gesto, asegura, se consigue "quitar la acidez que no te gusta".
Pese a todo, él mismo reconoce que, en su caso, ni siquiera recurre a ese truco, porque disfruta del sabor natural del tomate: "Que a mí me encanta. Yo no le pongo nunca nada, a mí me gusta el tomate tal como es, simplemente cojo tomates maduros". Para el cocinero, la elección de un buen producto, en su punto justo de maduración, es suficiente para lograr una salsa equilibrada sin necesidad de azúcar ni correcciones posteriores.