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Cocina
El truco para que las lentejas queden espesas, cremosas y no aguadas
Descubre qué marca la diferencia para conseguir un plato espeso, cremoso y lleno de sabor

En España, las lentejas son uno de los platos más tradicionales de la cocina casera. Forman parte del recetario familiar desde siempre, especialmente en invierno, y se valoran por ser económicas, nutritivas y muy completas. Su alto contenido en proteína vegetal las convierte además en una opción excelente para quienes quieren reducir el consumo de carne sin perder nutrientes.
Ahora bien, aunque cocinar lentejas no parece complicado, conseguir que queden espesas, cremosas y sabrosas no siempre es tan fácil como parece. Es habitual que, por errores simples, el guiso acabe aguado, insípido o con las lentejas demasiado sueltas. Pero con unos cuantos trucos prácticos y fáciles de aplicar, podrás disfrutar siempre de un plato con la textura perfecta.
1. La cantidad de agua, clave para la textura
Uno de los errores más frecuentes es añadir demasiada agua desde el principio. Para conseguir una textura espesa y cremosa, lo ideal es usar una proporción de 2 tazas de agua por cada taza de lentejas. Si ves que durante la cocción hace falta más líquido, puedes añadirlo poco a poco. Es más fácil corregir una preparación seca que intentar espesar un guiso aguado.
2. No remojes las lentejas durante horas
A diferencia de otras legumbres, las lentejas no necesitan un remojo prolongado. Con 30 minutos es suficiente. Si las dejas en agua durante demasiado tiempo (más de una hora), absorberán líquido en exceso y esto afectará negativamente a la textura final del plato, dejándolas blandas y separadas.
3. Añade patata o zanahoria como espesante natural
Un truco tradicional muy eficaz consiste en añadir patata o zanahoria en trozos pequeños al guiso. Ambos ingredientes liberan almidón al cocerse, lo que espesa el caldo de forma natural, sin necesidad de recurrir a harinas o espesantes artificiales. Además, aportan sabor y nutrientes adicionales.
4. Cocina a fuego lento y con la tapa entreabierta
El modo de cocción también es fundamental. Las lentejas deben cocinarse a fuego medio-bajo durante al menos 40 minutos, con la tapa ligeramente abierta. Esto permite que el líquido se evapore poco a poco, lo que favorece una textura más densa y homogénea. Cocinarlas a fuego alto o con la olla completamente tapada puede estropear el resultado.
5. Machaca una parte al final para espesar
Si, tras la cocción, las lentejas han quedado demasiado líquidas, hay una solución sencilla, que es machacar una parte de ellas con un tenedor o cucharón. Esto libera almidón y espesa el conjunto de forma natural, sin alterar el sabor del guiso.
6. El truco de la abuela: una cucharada de avena
Cuando no se dispone de patata, un truco casero muy útil es añadir una cucharada de avena en hojuelas en los últimos 10 minutos de cocción. La avena actúa como espesante natural, se integra bien con el resto de ingredientes y no altera el sabor. Una opción práctica y saludable.

7. Cuándo añadir la sal y por qué importa
Un detalle importante, no añadas la sal al principio. Esto puede endurecer las lentejas y dificultar su cocción. Es preferible incorporarla al final, cuando ya estén tiernas. Del mismo modo, no conviene cocinar con mucha grasa desde el inicio. Lo ideal es preparar primero un sofrito con los ingredientes deseados (ajo, cebolla, pimiento...) y luego incorporarlo al guiso junto con el agua, para obtener un plato más ligero y sabroso.
Algunas ideas para variar tu receta
Una vez domines la técnica para conseguir la textura ideal, puedes probar distintas versiones:
- Lentejas con arroz,
- Lentejas con verduras.
- Lentejas con chorizo
- Lentejas con plátano maduro
- Lentejas en versión vegana.
Lo importante es seguir estos pasos básicos para que, sea cual sea tu receta, siempre obtengas un guiso espeso, cremoso y lleno de sabor.
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