El "Miamivirus” de Bigote Arrocet

Miami y Panamá son los nuevos destinos de un Edmundo Arrocet, quien ha salido huyendo de España en plena crisis del coronavirus. Ni su mejor amigo, el humorista Tony Antonio tiene noticias de él. “Me dijo que se iba a Miami por motivos de negocios, para resolver unos temas, pero no me habló de viajar a Panamá, tal y como se está diciendo. La fecha de su regreso en una incógnita, no tengo ni idea de cuando piensa regresar a Madrid, pero tal y como está la situación por el coronavirus…”. Libre como el viento y sin tener que dar cuenta a nadie, como ocurría cuando era novio de María Teresa Campos, Edmundo va y viene a su libre albedrío. Hace más o menos un año estuvo en Panamá, y desde allí me envío un mensaje, cuando las Campos pensaban que se encontraba en tierras chilenas. Dicen que quiere vender su apartamento madrileño y comprarse un inmueble más grande, también que su intención a medio plazo es residir en Marbella. Allí tendrá cerca a su especial amiga María José y a aquella mujer morena, relacionada con el mundo del Turismo, con la que se le fotografió en febrero. Pretendientas no le faltan. Es un maestro de la seducción, con fama de mujeriego y, a día de hoy, enemigo de ataduras a corto plazo.

Setenta años llenos de vitalidad y ganas de vivir, la rutina no es lo suyo, necesita “movimiento” continuo. Marìa Teresa Campos es historia, otro amigo del humorista cuenta que “le vemos muy tranquilo, con ganas de hacer cosas, quiere colocar sus diseños en grandes almacenes, impulsar sus negocios ahora que tiene más tiempo libre.”

Lo que fallan son las formas, la actitud que tuvo con Teresa a la hora de romper, su desinterés total por los mensajes que le mandaba su Teresita del alma. Mal pago le dio a quien le tuvo en su casa, a mesa y mantel, durante seis años. Quizá alguien debería preguntar al que entonces era su representante qué le comentó Edmundo antes de saberse que estaba saliendo con la veterana periodista. Eso sí que sería un bombazo. Y por respeto y cariño hacia Teresa me lo callo.