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Daniela Santiago, protagonista de ‘Veneno’: “Viví con ella un mes, no aguanté sus depresiones”
Cristina Ortiz y la actriz, fueron amigas y compañeras de piso. Ahora revela a LA RAZÓN las sombras que persiguieron en vida a “La Veneno”
Fueron amigas y compañeras de piso, las dos soñaban con un futuro mejor, pero una de ellas se quedó en el camino. Daniela Santiago conocía tan profundamente a Cristina Ortiz, “La Veneno”, un icono sexual LGTBI, que no le ha hecho falta demasiado esfuerzo para interpretar a su amiga en la serie que Atresplayer Premium dedica a la figura de la fallecida transexual más famosa de nuestro país.
“Se han suspendido las grabaciones de la serie hasta que acabe la pandemia, pero las retomaremos con mayor fuerza en el futuro. Me quedan unas poquitas escenas por grabar...”, dice.
–¿Qué sensación tiene al meterse en la piel de una mujer tan convulsa?
–La conocía perfectamente y no me ha costado mucho interpretar el papel. Me he sentido bien en su piel. Y muy emocionada por poder darle el lugar que le corresponde, que la audiencia conozca a la Cristina real y no se quede en la fachada, en la imagen tan frívola que daba en televisión.
–¿Era el personaje ejemplo del morbo total?
–Claro. Ella lo potenciaba. Me ha costado entender por qué aguantó tanto una relación sentimental tan tóxica con un italiano que le estafó y la llevó a ser encarcelada. En prisión sufrió lo que nadie sabe. Ahí se inició un triste declive hacia su perdición.
–¿Tiene usted alguna alguna semejanza personal con ella?
–Me siento identificada en que, al igual que Cristina, soy una mujer valiente, luchadora y fuerte. Me da igual lo que digan de mí. Vivo mi vida, soy feliz, y quien quiera formar parte de ella, bienvenido, y el que no, tiene la puerta abierta para irse de mi lado.
–Físicamente, también se dan mucho aire...
–Eso me han dicho siempre. También que tenemos el mismo desparpajo y que nos parecemos hasta en los andares.
Daniela es transexual, pero, al contrario que Cristina, que nunca se hizo la operación de cambio de sexo, ella, sí. Lo hizo a al cumplir 22 años, y el pasado miércoles cumplió 38. Tiene un cuerpo espectacular que acapara todas miradas por la calle.
–La familia de “La Veneno” no la aceptó como tal. Con su madre no se vio en sus últimos diecinueve años de vida. ¿Ése fue su gran drama?
–Yo he tenido más suerte, porque los míos me aceptaron así desde el primer momento. Me siento una privilegiada a nivel emocional, siempre he tenido el apoyo familiar. Desgraciadamente, ella creció sin eso.
–¿Ha tenido usted una vida fácil o sobresalen los claroscuros?
–No, es difícil, pero yo he sabido moverme en ambientes menos sórdidos, en salas de espectáculos y discotecas.
–¿Nunca se sintió discriminada por su condición sexual?
–Por desgracia, sí, viví, mamé y sentí esa cruel discriminación. Fue muy duro.
–A su compañera Isabel Torres, que interpreta a Cristina en otra etapa vital, le acaban de diagnosticar un cáncer de pulmón con metástasis en los huesos. ¿Lo sabía?
–Me da muchísima pena. Es un momento durísimo, un palo grande. Yo sabía la situación por ella misma. Es muy valiente por hacer pública su enfermedad. Nos escribimos todos los días, y le mando desde aquí todo mi ánimo. La quiero con todo mi corazón y sé que va a salir de esto.
–Su papel nos refleja a la Cristina más mediática.
–Interpreto su etapa mítica, la que todo el mundo conoce. Es un reto grande pero bonito. Su época televisiva, los años de prostitución... Las luces y las sombres de su existencia.
–¿Cómo le gustaban los hombres?
–Ella no acertaba en sus relaciones. Se decantaba por los chulos de mal vivir y por eso sufrió tanto en el amor. Yo prefiero hombres nada conflictivos, morenos y con ojos oscuros. La edad no me importa.
–¿Algún desamor traumático?
–Ninguno. He tenido muy buena suerte en el amor, aunque ahora estoy sin pareja. Cuando veo que la relación no es como tiene que ser, corto rápido. Soy muy radical. No quiero acabar desquiciada. Sé dónde está mi límite. En cambio, Cristina se agarraba a un clavo ardiendo, no sabía estar sola. Al contrario que ella, yo disfruto de una familia que me quiere mucho y me da alas.
–¿"La Veneno" le dio algún consejo?
–Me dijo que me operara el pecho y que no me tocara la cara porque me veía muy guapa. Años más tarde, al cumplir los 22, me hice un cambio de sexo. Soy la mujer que siempre quise ser.
–¿Conoció muy de cerca a Cristina?
–Muchísimo. Viví en su casa cuando llegué a Madrid. Entonces yo tenía 18 y Cristina fue una especie de maestra que me enseñó a moverme en nuestro mundo. La admiraba, pero no estuve a su lado más de un mes, era imposible aguantar sus depresiones. Fue terrible. Y me tenía siempre limpiando y fregando... Por lo menos, no me cobraba el alquiler. Nos aprovechamos la una de la otra. Las depresiones pudieron con ella.
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Pasividad ante la tragedia