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Marta López, destruida por su despido, no puede dejar de llorar
Aunque en sus redes se muestra desafiante, se desmorona ante su entorno más cercano.
Si algo puede decirse de Marta López es que una superviviente. En su último post en Instagram, publicado al día siguiente de su fulminante despido, con una escueta frase dejaba claro a sus seguidores su postura tras la polémica: “Yo ya he estado aquí”. La ex colaboradora de Sálvame sólo necesitaba cinco palabras para resumir toda una vida de lucha por su supervivencia.
Aunque en su Instagram no ha hecho referencia directa a su despido manteniendo un perfil bajo y haciendo oídos sordos a la polémica, entre líneas, ha dejado claro que se enfrentará con valentía a este varapalo que le ha dejado sin su principal fuente de ingresos. Marta sabe que, como en otras ocasiones, saldrá adelante trabajando duro.
Pero aunque intenta dar una imagen de fortaleza quienes la conocen y mantienen contacto directo con ella saben que la decisión tomada por la cadena ha provocado un profundo dolor en la ex gran hermana. La noticia le llegó prácticamente al mismo tiempo que a la audiencia y no pudo parar de llorar viendo como su mejor amiho, Kiko Hernández leía, con un nudo en la garganta el duro comunicado de la cadena.
Tras la lectura de la nota de prensa de Telecinco, la magnitud de la noticia fue tal que la ex de Alfonso Merlos ante las críticas en las redes sociales tomó la drástica decisión en su perfil de Instagram de bloquear los comentarios de sus seguidores en sus publicaciones. Las duras críticas de los usuarios de las redes sociales han hecho mella en su ánimo. “Marta no deja de llorar y está totalmente hundida”-comentan sus allegados muy preocupados por su actual estado de ánimo.
Cuenta con un importante patrimonio inmobiliario y otros negocios para salir adelante
No es la primera vez que la apartan de los programas de Telecinco. Madre de tres hijos la que fuera, tras su participación en GH 2, una de las tertulianas estrella de la cadena conoce como nadie el vaivén de la fama. Y ha sabido invertir en otras actividades los réditos económicos obtenidos durante años siendo una de las colaboradoras más rentables.
Durante los quince años que fue colaboradora habitual de los programas mejor pagados de la tele, la ex gran hermana acumuló un importante patrimonio: un chalet en Pozuelo de Alarcón y una casa en Punta Umbría (Huelva), dónde veranea habitualmente.
Así, cuando llegaron las vacas flacas decidió alquilar su casa de Pozuelo y trasladarse a una más modesta. Durante este tiempo emprendió varios negocios con diferente fortuna: una tienda de trajes de novia en Talavera de la Reina, a dónde se fue a vivir con el padre de su hijo pequeño, una tienda de ropa y la gestión del catering El Buho, que aún tiene operativo. Tras la separación de su última pareja, Marta regresó a Madrid y se instaló en Majadahonda, dónde vive con sus tres hijos.
Pero además, la ex gran hermana como cualquier influencer, también genera ingresos por la publicidad que de diferentes productos hace en sus redes sociales, dónde acumula casi 400.000 seguidores. Aunque su imagen tras su irresponsable actitud al no cumplir con las medidas anti Covid en su vida privada que provocaron su despido de Mediaset podrían afectar a su relación con las marcas, Marta confía en remontar a medio plazo la “crisis reputacional” que atraviesa.
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