Gente
Las mascarillas disparan las cirugías de párpados y nariz
Terelu Campos y Diego Matamoros son dos de los muchos rostros conocidos que se han sometido a algún que otro «retoquito» estético tras el confinamiento
Atención porque según parece en la vuelta a la oficina nos vamos a llevar más de una sorpresa. Y no hablamos en este caso de problemas de horarios o de cambios en la decoración de la oficina aprovechando el teletrabajo. Serán nuestros compañeros los que nos sorprenderán ya que, en muchos casos, veremos como durante los meses de confinamiento y de trabajo en casa se han «operado» una serie de cambios en el rostro de la gente con la que compartimos nuestro horario laboral. Puede que incluso a algunos nos cueste trabajo reconocerlos.
Estos cambios ya se empezaron a notar de una manera más experimental y temporal durante el tiempo que pasamos encerrados: se comenzaron a probar colores nuevos en el cabello y cortes de pelo más arriesgados. Con la posibilidad de pisar la calle y, sobre todo, con el aumento de las videollamadas, el número de operaciones de estética se ha visto incrementado exponencialmente. El no tener que acudir a nuestro puesto de trabajo y el verano tan raro que hemos vivido, nos ha animado a decidirnos a pasar por quirófano ya sea para un aumento de pecho o una operación de nariz, dos de las operaciones que más se están demandando actualmente.
Según explican los expertos, el hecho de que estas vacaciones hayan sido tan extrañas ha animado a muchos pacientes a decantarse por estas fechas, ya que el postoperatorio resultaría más discreto que en otros momentos. El poder justificar que no se han movido a ningún lado estos días por miedo a la pandemia, que se han quedado en casa durante el verano, al parecer ha servido de excusa (o motivo) perfecto para llevar a cabo este tipo de intervenciones.
Las liposucciones, en parte motivadas por el incremento de peso provocado por los dos meses y medio que no hemos podido salir de casa, también han crecido. De hecho, tanto estas como las abdominoplástias se han triplicado tras los meses de clausura obligada. Y lo mismos le ha sucedido a otros tratamientos menos invasivos que también están despertando el interés de muchos pacientes, como es el caso de famosos como Terelu Campos o el hijo de Kiko Matamoros, el ahora influencer Diego Matamoros, que ha hecho correr ríos de tinta tras sus retoques estéticos. Otra vez la idea de poder recuperarse en casa sin necesidad de buscar excusa alguna parece la causa que ha justificado este repunte, que, por otra parte, se produce, según un informa de la Sociedad Catalana de Cirugía Plástica Reparadora y Estética (SCCPRE), en un 70% en personas entre 25 y 45 años: los mayores tendrían más miedo de contagio.
Las mascarillas que nos cubren todo el rostro también han tenido su parte de responsabilidad en esta fiebre por la estética. Ayudan a disimular posibles hematomas y cicatrices: «La gente tiene tiempo para recuperarse en casa, no pueden ir a muchos sitios y además, tienen que llevar mascarilla, es la situación ideal», aseguraba el cirujano Rod Rohrich al periódico Dallas News. Según indica el informe de la SCCPRE, el retoque más populares ha pasado a ser la blefaroplastia, es decir, la operación de párpados.
El hecho de que los ojos se conviertan en la única parte de nuestro rostro que estamos autorizados a mostrar en la calle ha hecho que empecemos a prestarles verdadera atención. Además, es una operación sencilla que no requiere hospitalización. La mirada tiene ahora una importancia fundamental en nuestro día a día, lo que también ha revolucionado el mundo del maquillaje.
Miradas de impacto
«La gente antes no se centraba en el maquillaje de ojos y ahora viene buscando productos para estos, como máscaras de pestañas, eyeliners, sombras, correctores… y sin duda, hemos notado un gran aumento de personas que se preocupan por el aspecto de sus cejas», asegura Sheyla Malo, experta nacional en cejas de Benefit Cosmetics. «Los ojos y las cejas son ahora los grandes protagonistas y nos vamos a encontrar tras la vuelta de vacaciones cejas más marcadas, definidas y de grosor natural, pero elevando el arco inferior para dar más amplitud».
Ivan Gómez, portavoz oficial de Chanel Belleza coincide con Malo: «La gente se está atreviendo con colores que nunca pensó que llevaría, como azules o verdes. Al principio, cuando empezamos a salir a la calle, se maquillaban normal, pero se han dado cuenta de que la mascarilla se ensucia, como el poro de la piel; y la tendencia va en la línea de un maquillaje más limpio, con fondos muy ligeros y de textura más acuosa, y comunicar con las cejas y los ojos».
Tanto es así, que, al parecer, la moda en maquillaje recupera una de las propuestas más fuertes de antes del confinamiento: «Se veían ideas más experimentales, se le daba mucha libertad al cliente, en la línea de la serie de televisión ‘‘Euphoria'‘, y esto ahora vuelve con fuerza, incluso para los hombres», asegura Gómez. «Lo mismo pasa con los labios, a la gente le apetece ponerse color, que cuando se quiten la mascarilla se tenga un punto de energía y vitalidad».
Falta por ver qué futuro nos espera y cómo se va a solucionar el regreso a la oficina que se producirá en las próximas semanas, pero lo cierto es que, vistas las cifras, estaremos más guapos que nunca. Cumpliremos por tanto ese refrán que dice: «al mal tiempo, buena cara». No nos queda otra.
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