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El placer de esquivar a los guardaespaldas de Victoria Federica
La hija de la Infanta Elena y Jaime de Marichalar tiene debilidad por el sur de España donde ha pasado gran parte de este verano, con fiestas privadas incluida una en casa de una íntima amiga en Sanlúcar de Barrameda
Como a su bisabuela María de las Mercedes y a su madre Doña Elena, a Victoria Federica le encanta visitar el sur de España, donde este verano ha pasado íntegras las vacaciones. El confinamiento lo pasó en un cortijo de Jaén, cerca de la sierra de Cazorla, propiedad de la familia de uno de sus amigos. Ahí estuvo con su novio y otros miembros de su pandilla como se pudo comprobar con las imágenes compartidas en instagram.
Tras el confinamiento hizo una primera escapada a Jávea. Disfrutó en un yate y recorrió las calas de este municipio alicantino pero rápidamente volvió a instalarse en el sur. Su base de operaciones se ha centrado en Sotogrande, en casa de unos buenos amigos de su padre. Esta localidad es perfecta ya que le ofrece la discreción absoluta de un sitio donde tienen casas familias de siempre y la cercanía a todos los sitios de moda donde su círculo de amistades pasa el veraneo.
Admiradora de su novio
Con frecuencia se ha visto a «Vic» y a su novio Jorge Bárcenas en la playa y terrazas marbellíes, donde precisamente se conocieron el año pasado. Han acudido al festival Starlite, aprovechando que él tenía compromisos laborales. Ella le ha acompañado y se ha mostrado como su mayor admiradora. Es normal verla bailar divirtiéndose con su música. Este verano, que ha sido tan atípico, se ha cuidado mucho y no es verdad, como le criticaron en su momento, que fuera sin mascarilla. Quizá tuvo mala suerte y la grabaron cuando se la quitó para poder beber de una copa. Es una chica que jamás ha dado un problema a sus padres y según asegura su círculo más cercano es cariñosa, discreta y muy divertida. También ha acudido a la finca La Jara, en Sanlúcar de Barrameda, donde ha disfrutado de almuerzos y cenas en casa de su gran amiga Rochi Laffon.
Además, aunque este año no ha ido, un amigo confirma que es una apasionada de Mallorca. «Tanto ella como su hermano son chicos muy bien educados pero que disfrutaban mucho dando esquinazo a los guardaespaldas para ir a divertirse a algún bar de moda con sus amigos».También comenta que «le pierden las fragancias dulces y florales, pero que en verano se decanta por las más cítricas, influenciada sobre todo por los aromas de la isla afortunada que tanto le gusta. Suele comprar online o se lo encarga a alguna amiga en el templo de los perfumes madrileños, Nadia Perfumería. «Vic» sabe disfrutar de la vida, del verano y sobre todo de la compañía de amigos y su inseparable novio.
A punto de llegar a los 20 años, los cumplirá el próximo 9 de septiembre, «Vic», como le llaman sus amigos más íntimos, estudia Administración y Dirección de Empresas en el College for International Studies de Madrid. Como la mayoría de jóvenes de su edad, la hija de la Infanta Elena y de Jaime de Marichalar tiene una vida social muy agitada. Es frecuente verla en fiestas de la alta sociedad y es, también, muy aficionada a los toros, como su abuelo materno, el Rey Don Juan Carlos, al que ha acompañado a eventos taurinos en numerosas ocasiones. Además, es frecuente que asista a eventos deportivos y a desfiles de moda. Se puede decir que ha heredado lo mejor de cada uno de sus progenitores: la elegancia y personalidad de su padre y el carácter divertido y disfrutón de su madre.
Marcó un antes y un después su puesta de largo, en la que apareció luciendo un espectacular vestido rojo de Lorenzo Caprile y más tarde en su debut en solitario como madrina de honor en la exhibición de enganches de la feria de Sevilla donde la sobrina de Felipe VI respetó todos los cánones clásicos con un vestido de crêpe de seda de falso escote en uve y complementos en coral. La mantilla iba sostenida por una peina de los años cincuenta y, para coronar el ajuar, un mantón de finales del siglo XIX en tono berenjena. Fue sobria en el conjunto, pero se atrevió a arriesgar con los zapatos, unos «stilettos» de color rojo, decorados con madroños. Y eso es lo que fascina de ella , ese «charme» que convierte en especial todo lo que luce . Posee además un cuello muy largo y un aspecto andrógino que tanto gusta en el mundo de la moda.
Los expertos en imagen la consideran la «it girl» de la realeza española, por tener su propio estilo con «outfits» hippy chic que acaparan la atención de los medios. Faldas largas, camisas estilo masculino, pantalones acampanados y marcas como Elephant Rooms o Noon. A veces, luce camisetas de Loewe y su bolso favorito, un clásico: el Chanel 2.55 negro. Con respecto al calzado, es seguidora de la marca Vans y en cuanto a los accesorios, no hay duda, los penientes XL de su amiga Casilda Finat. Se puede afirmar que es un icono de moda, siempre con peinados muy acertados y acordes a su edad, con una larga melena y lisa que ha conseguido, seguramente, recurriendo a tratamientos de alisado, pues ha heredado el pelo rizado de su madre. Le gustan los productos orgánicos y naturales de la firma My Organics y su favorita es la línea a base de bayas de Goji que nutre su cabello y elimina cualquier tipo de frizz.
Su «chupipandi»
Su círculo de amigos cuenta con personajes de todos los ámbitos, desde toreros, Dj’s y los «influencers» con más seguidores del país, entre los que ella se encuentra. Es muy amiga de Luis y Amina, los mellizos de Cayetano Martinez de Irujo y Genoveva Casanova, ya que los conoce desde muy pequeña, cuando sus padres coincidían en campeonatos hípicos. Ahora toca regresar.
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