Documental

Violaciones, mentiras y cintas de vídeo: la verdadera historia de Pamela Anderson

Netflix estrena el 31 de enero “Pamela. Una historia de amor”, documental de acceso exclusivo en el que el mito platino se confiesa y se desnuda como nunca antes

Pamela Anderson, de izda. a dcha., en 1989, 1996 y a principios de 2022, cuando se estaba rodando el nuevo documental de Netflix
Pamela Anderson, de izda. a dcha., en 1989, 1996 y a principios de 2022, cuando se estaba rodando el nuevo documental de NetflixNETFLIX

Rubia y rauda, decía Octavio Paz que era aquella mujer a la que definía como «tempestad en seco». Rubia también era Marilyn Monroe, esa misma que la colina más importante del cine llora este añoAna de Armas mediante— como tragedia evitable y deducible, claro, del baile con la fama. Y rubia, igual de juzgada por la misoginia y también de bote, es Pamela Anderson. El mito erótico por excelencia de la década de los noventa vuelve a estar de actualidad. Por «Pam y Tommy» (Disney+), la serie que recrea el escándalo de su vídeo sexual con su entonces marido, Tommy Lee; por las memorias que publicará la semana que viene, «Love, Pamela» (Harper Collins); y, claro, por el documental de Netflix que acompaña el lanzamiento literario y que se podrá ver en la plataforma desde el 31 de enero: «Pamela. Una historia de amor».

La cronología del regreso, ese «comeback» que tanto gusta allende el Atlántico, es complicada. En otoño de 2021, el equipo de la película, liderado por el director Ryan White («The Keepers»), visitaba a Anderson en su Canadá natal. La idea era conocer, de primera mano, dónde estaba aquella mujer que, entre escándalos, desapareció de nuestra tele. Recién casada con su guardaespaldas, Dan Hayhurst, Anderson se nos presenta como «una hippie despreocupada» que vive en su rancho y solo quiere intentar ser feliz, junto a sus hijos Brandon y Dylan. Y entonces, el cine.

En los meses que recoge «Pamela. Una historia de amor» vemos a la actriz de «Los vigilantes de la playa» pasar por su quinto divorcio, por el tremendo estrés emocional que le provocó el advenimiento de la serie (de hecho, en la película asistimos a la reacción inmediata de uno de sus hijos, enfurecido por cómo se narran los hechos) y por su renacimiento, como estrella legítima de Broadway, reestrenando «Chicago» a cincuenta metros de Times Square y reconvertida en diva LGBTQ+.

Icono de los noventa

Anderson, que en su nuevo libro acusa a todo un icono de «lo familiar» como Tim Allen de enseñarle el pene durante un rodaje, cuenta que Jack Nicholson no podía pasar más de una semana sin hacer un trío y recuerda, con dolor, la patada que le propinó Lee y que acabó con él 6 meses en la cárcel, se guarda para el documental la narración de su infancia. Violada y abusada físicamente por su niñera, con apenas 9 años, la actriz y activista verbaliza cómo la relación de sus padres ha afectado a su propia concepción del amor. Barry y Carol Anderson, quienes llegaron varias veces a las manos delante de sus hijos, se divorciaron cuando la actriz aún era adolescente, y volvieron a casarse a principios de este siglo. «Siempre tuvieron una concepción dañina del amor. Algo que me ha llevado a pensar, ahora mismo, que estoy mucho mejor sola que con alguien que me haga daño. Por mucho que le siga queriendo», confiesa Anderson en relación al mítico batería de los Mötley Crüe y padre de sus hijos, con el que ahora ha normalizado el trato.

"Pamela. Una historia de amor" se estrena el próximo martes 31 de enero en Netflix
"Pamela. Una historia de amor" se estrena el próximo martes 31 de enero en NetflixNETFLIX

El documental, mucho menos hagiográfico de lo que podría parecer en un primer momento, atendiendo a esa Anderson idílica que se presenta nívea ante el espectador, se recrea con ritmo en el ascenso al estrellato de la otrora chica Playboy. «Me preguntaron dónde me había operado las tetas. Y respondí que dónde debería hacerlo», explica entre carcajadas el mito, justo antes de que, otra vez, los noventa vuelvan a aparecer como una época completamente salvaje en la televisión. Desde el detestado presentador Jay Lenocasi babeando al preguntarle por sus pechos en «prime-time», hasta las secuencias en cámara lenta, bamboleo mediante por las playas californianas, que le dieron fama en todo el mundo. Canon estético de toda la década, incluso, Anderson recuerda aquellos años como «un montón de gente haciendo dinero a mi costa», cuando la película cuestiona las decisiones económicas de la actriz.

De inmigrante ilegal a activista ilustrada
Descubierta en un partido de fútbol americano, donde una camiseta ceñida la llevó a ser el rostro de una cerveza canadiense, Anderson cruzó a EE.UU, llamada por «Playboy», de forma ilegal. Inocente, explicó en la agencia de viajes que iría a trabajar, lo cual sin permiso previo es imposible. Así, con apenas 22 años, la modelo tuvo que colarse en un autobús de línea y rezar para no encontrarse agentes fronterizos. De ahí su reconversión a activista animalista o su insistencia con el caso “Wikileaks” de Julian Assange.

Páginas de vida

En ese Pamela Anderson según Pamela Anderson que es, en verdad, el documental, una parte importante del metraje está dedicada al vaivén romántico de su vida. Más allá de los recuerdos con Lee, sus primeras escapadas y esa boda, en México, después de conocerse apenas cuatro días, Anderson habla de cicatrices y de hombres como errores: «Por alguna razón, me siento atraída por ese tipo de hombre muy hetero, muy básico, que siempre me acaba tratando mal. Nunca he sido una princesa en apuros y nunca lo seré y, cuando me muestro como de verdad soy, se van», confiesa, justo antes de regresar a otro de esos episodios trágicos que han ido marcando su vida. Con apenas 12 años, Anderson fue violada por un hombre de 25. «Sentía que era culpa mía, y que además todo el mundo me señalaría por haber tenido sexo tan pronto. No se lo conté a nadie. Ni siquiera a mi madre. Ya tenía bastante encima con mi padre», añade leyendo de uno de sus cientos de diarios, andamios aquí de su vida.

Al estreno del documental se suman la reciente reaparición de Anderson en Broadway, con una versión de "Chicago", y la publicación de sus polémicas memorias
Al estreno del documental se suman la reciente reaparición de Anderson en Broadway, con una versión de "Chicago", y la publicación de sus polémicas memoriasNETFLIX

La actriz, reacia en un primer momento a leer sus recuerdos escritos por encontrarse, precisamente, plagados de momentos escabrosos, acaba accediendo. Y también a revisar sus cintas caseras, esas que tantas batallas legales le reportaron, pero que disfruta en su vertiente más familiar, más idílica, junto a sus hijos. «Jamás saqué un solo centavo por el famoso vídeo sexual. Y que alguien piense que haría pasar a mi familia por algo así, no entiende el verdadero calado de esa invasión de privacidad, ese robo, por el que no pagó nadie», recuerda todavía iracunda Anderson. Y así, llena de contradicciones pero desechando de una vez por todas la idea de la rubia tonta que se dejó hacer, el «comeback» de CJ, del mito erótico más explotado de los noventa, es el de la liberación femenina absoluta. Por suerte, ya no habrá más tragedias, ni tempestades en seco, de pelo platino.