Cuando los Borbón esquiaban con los Oriol en Baqueira-Beret

La familia Oriol, descendientes del empresario e ingeniero español José Luis Oriol cuyo nombre estará eternamente asociado al ADN empresarial patrio gracias a Talgo, siempre ha esquiado en Baqueira-Beret desde los inicios de la apertura de la estación. El llamado clan de la alta velocidad tiene casa en La Pleta (en aranés significa urbanización) del Rey, un complejo situado a pie de cota, a 1.500 metros de altitud, que tiene una zona privada de acceso al entramado de pistas. Cuando la estación abrió sus puertas en los años sesenta, los reyes Juan Carlos y Sofía acudían allí para esquiar junto a sus hijos y se hospedaban allí para pasar en familia la temporada de esquí en el valle. En un principio esquiaba allí solo la burguesía catalana, pero el fallecido premio Nobel Camilo José Cela puso este punto en el mapa y cogió un brío sin precedentes cuando los borbones lo eligieron para vacacionar en la nieve.

Esta casa -de tres pisos y 200 metros cuadrados- que se le ha cedido a la Familia Real siempre que ha visitado el valle de Arán en estos últimos cuarenta años, es un chalet que es propiedad de una empresa particular. Esta cesión se hizo porque, desde el principio, supuso una gran entrada de ingresos para la zona que la monarquía española hubiera elegido este precioso lugar para esquiar. Y precisamente en la misma pleta donde han esquiado siempre los Borbón es donde tienen la casa las hermanas Oriol Gracia y Macarena, esquiadoras natas y digo natas, porque aprendieron a esquiar casi antes que a andar. Gracia Oriol, a la que todos llaman Gracita, es la madre de Borja Moreno Oriol, el nuevo novio de Victoria de Marichalar y Borbón, es una gran enamorada como su hermana de la nieve, pero sin artificios. A ellas lo que les gusta es el deporte y todo lo que rodea la vida aranesa de este privilegiado valle.

Las hermanas Oriol siempre han hecho pandilla con los Cavero, Aguirre y tantas familias «de toda la vida» que tienen casa en la misma pleta. Las hermanas Oriol son gente amante de esquiar, pero sin boato. Destierren cualquier imagen asociada a esnobismo: sin après-ski ni Möet & Chandon que valga.

Austeras y deportistas

Ellas siempre han ido a lo que les apasiona: el deporte, que han combinado con sus paraditas en el ahora llamado Blanhiblar by Anna Codorniú para coger fuerzas con un buen caldo calentito y una tostada con sobrasada y a seguir descendiendo. Gracita y Macarena son ese perfil Infanta Elena, muy austeras, deportistas, sencillas, sanas y disfrutonas e incluso, parcas. No las veremos nunca maquilladas ni aquí ni en Aravaca ni en Sotogrande, donde tienen residencias. Son profundamente religiosas (Borja, de hecho, ha ido al colegio Retamar) y han encontrado en el valle su refugio. Y es que como explicó Marta Boira en este medio «en el Valle se esquía, claro, se practica senderismo (menos). Se amplía el círculo de amistades, se liga, se conciertan matrimonios y orquestan bodas. Se distancia uno de su pareja, se hace negocio, se rompen viejas amistades y sociedades y se sellan otras nuevas. Es un «walhalla» (templo) donde relajarse, evadirse o encontrarse con uno mismo, desnudo y sin tapujos, en una galaxia hostelera razonablemente asequible».

En el valle de los Oriol y los Borbón no fallan los clásicos, como los Gómez Acebo, Alfonso de Borbón y sus hijos (Eugenia Silva no esquía), Mar Raventós, Luis Medina, el duque de Albuquerque, Valls Taberner y su hija Cristina, los Vilá Sagnier, los Entrecanales, los Serra Farré. Sin olvidar a la familia Ybarra, representante de esa alta burguesía vasca que siempre ha sentido devoción por la zona. Quizás, en breve, podamos ver a Vic y Borja por La Pleta, con permiso de Sotogrande.