Mallorca
Duelo Borbón-Banderas en la bahía de Palma
El Real Club Náutico se ha quedado con las ganas de visita real. Letizia, que ya se encuentra París, hace 3 años que no acude a las regatas. Se esperaba que Leonor y Sofía cambiaran la tendencia
Duele contarlo, porque ediciones atrás, la regata Copa del Rey de Vela, no era solo un evento deportivo internacional de primer nivel, sino que todo lo que generaba a su alrededor, proporcionaba páginas y páginas de periódicos, horas de radio y de tertulias televisivas que llevaban el nombre de Mallorca por todos los lugares del mundo. Hoy, la decadencia a nivel social -que no competitivo, pues los principales regatistas y equipos no pierden la ocasión de participar en ella, con el beneficio económico que acarrea- es evidente. De nombres como Carolina Herrera, Pierre Casiraghi y Beatrice Borromeo, hemos pasado a influencers que poco o nada tienen que ver con el mundo de la náutica. Y eso no es lo más preocupante. La jornada del miércoles, con la prueba más larga del día, arrancó con ausencia de periodistas, reporteros y fotógrafos. El Rey llegó a las instalaciones del Náutico y no había nadie -salvo los medios de la organización y un par de fotógrafos algo más avispados- para ser testigos. Embarcó con una enorme tranquilidad Felipe VI a bordo del Aifos y se marchó al campo de regatas sin tener que saludar. Nadie espera ya algo de color, de crónica social o contenido que rascar. Los cronistas de la Casa Real solo idealizan un milagro en forma de una visita que, salvo cambio inesperado, ya no se producirá.
Si el COVID sirvió de excusa para que los Reyes y sus hijas dejaran de acudir a la tradicional Misa de Pascua en la Catedral de Palma, una tradición de décadas, no hay por qué no empezar a sospechar que la presencia estival de la Familia Real en Mallorca puede estar viviendo sus últimas temporadas. Cierto que este año, con motivo de los Juegos Olímpicos de París, tanto el calendario de la Copa del Rey de Vela Mapfre como la agenda real se ha visto alterada. La propia Letizia confirmaba en el cóctel que se ofreció la sociedad civil de las Baleares que iba a tomar el relevo a la princesa Leonor y a la infanta Sofía en su apoyo a los deportistas españoles en competición. La reina ya está en París y Leonor y Sofía en Marivent, descansando. Después de cuatro jornadas intensas en la capital francesa, qué mejor que aprovechar el miércoles más caluroso de lo que va de verano en la isla para relajarse en la piscina de Son Vent. La esperanza, lo último que se pierde, es que en la jornada de este jueves decidan acompañar a su padre hasta el Náutico o seguir la competición en directo desde el mar. Sería un relanzamiento, un empujón necesario. Lo que está claro es que, sin Letizia, Leonor y Sofía, no hay fiesta.
La ausencia de viento, factor determinante
Tampoco ayudó este miércoles a levantar la moral del personal la ausencia de viento, que hizo que se aplazase el inicio de la competición durante bastante tiempo. Así, Don Felipe y el resto de sus compañeros de tripulación tuvieron que aguantar la espera al sol esperando el ok de la organización. Gestos de resignación ante una prueba que podría ser determinante y que proporciona un duelo de apellidos de renombre: Borbón (por el Rey) y Banderas (por Javier Banderas). Sus barcos, el Aifos y el Teatro Soho, respectivamente, compiten por la primera posición en la clase ORC 0.
Suerte, que de vuelta al pantalán, se celebraba la fiesta de la tripulación y el frito de pulpo, las bebidas refrescantes y un concierto de Jaume Anglada darían otro color al día. Quedan ya solo tres jornadas de competición.
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