
Biografía
La trágica historia de amor de Aga Khan, amigo íntimo del Rey Juan Carlos
La riqueza del príncipe Karim no fue suficiente para deslumbrar a la joven catalana de la que se enamoró perdidamente

La discreta entronización del príncipe Rahim, heredero de Aga Khan IV, príncipe y líder espiritual de quince millones de musulmanes chiitas ismaelitas, esta semana en Lisboa, contrastó con la pompa de su padre, fallecido el 4 de febrero de 2025. A la misma ceremonia de Aga Khan IV, celebrada en Tanzania el 19 de octubre de 1957, acudieron 30.000 fieles de todo el mundo, hubo fuegos artificiales y lujoso cortejo. El nuevo líder, que entonces era un estudiante de Harvard de 22 años, recibió un anillo, un collar y dos prendas -una capa y un turbante- decorados con oro. Los actos de entronización se prolongaron durante meses por todo el mundo con los mismos fastos. Su funeral, sin embargo, tuvo carácter privado y se redujo a una ceremonia religiosa a la que asistió el Rey Juan Carlos, que mantuvo una estrecha amistad desde sus tiempos de colegio en Le Rosey, en Suiza.

La vida del multimillonario líder de los musulmanes ismaelitas fue tan fascinante como esos actos de ascenso al trono, especialmente en asuntos de corazón. También lo fue la de su padre, Aly Khan. Recién divorciado de su madre, Joan Yarde-Buller, hija del tercer barón Churston, se casó con la actriz de Hollywood Rita Hayworth, a quien había conocido poco después de que se divorciara de Orson Welles. El matrimonio fue breve pero nació una hija, Yasmin Aga Khan.

A pesar de su riqueza y poder, Aga Khan, al que los fieles consideraban un "dios viviente", no pudo conquistar el corazón de Silvia Casablancas, una catalana de 18 años perteneciente a una acaudalada familia burguesa. Había nacido el 24 de mayo de 1940 en Buenos Aires y descendía de una distinguida dinastía dedicada al sector textil. Su abuelo había revolucionado con sus patentes la industria del algodón en su Sabadell natal.
Se conocieron de niños y la posibilidad del romance hizo revivir a la alta sociedad barcelonesa el cuento de "Las mil y una noches". La fantasía se disipó cuando la joven le rechazó. La historia comenzó en el internado suizo de Le Rosey, el mismo en el que el príncipe coincidió con el padre de Felipe VI. Karim compartió pupitre con Fernando Casablancas, hermano de Silvia, mientras esta estudiaba en el colegio Montefino de Gstaad. El punto de encuentro de los hermanos era una casa familiar en Ginebra a la que acudía también Karim, lo que favoreció una amistad que se fue estrechando por las actividades compartidas.
El romance habría pasado desapercibido, pero a finales de 1957, un baile en el hotel Savoy de Londres levantó las primeras sospechas. A partir de entonces, la pareja sufrió una persecución mediática imposible de esquivar. En 1958, el príncipe, enamoradísimo, le pidió formalmente la mano dispuesto a sellar el compromiso con un brindis con champán. La sorpresa fue que Silvia le dijo que no.
“Nuestra relación eran muy difícil”, recordó ella en una entrevista al semanario Reveille en 1969. "Karim estaba obsesionado por la prensa y los fotógrafos. Me hacía la vida casi imposible, me imponía un aislamiento casi total. Temía el juicio de sus fieles ismaelitas. Era de unos celos ilimitados", justificó. "Fui yo quien le dije adiós. Él me respondió que lo pensara bien, pero no volvió a dejarse ver. Comprendió que no podía ser su esposa". No volvió a hablar de ello.
Lo que no imaginó al rechazar a Aga Khan es que el hombre con el que contraería matrimonio cinco años después, el industrial Cesare Spadacini, haría de su vida un tormento. En 1967, el empresario falleció en un accidente al estrellarse en su Lamborghini. Ella murió en 2007.
Aga Khan se casó en 1969 con la modelo británica Salley Croker-Poole, con la que tuvo tres hijos, y después con la princesa Gabriele Thyssen, madre de su cuarto hijo.
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