El padrino

Los tres ahijados plebeyos del Rey Felipe VI y la relación que mantiene con ellos

Aunque el Monarca es padrino de 12 ‘niños’, tres de ellos no tienen sangre noble ni condición real. Pese a ello, gozan de su protección e incluso de privilegios especiales

El Rey Felipe VI durante la ceremonia de entrega de la trigésima cuarta edición de los Premios Rei Jaume I
El Rey Felipe VI durante la ceremonia de entrega de la trigésima cuarta edición de los Premios Rei Jaume IManuel BruqueAgencia EFE

De sobra son conocidas las hijas del Rey Felipe VI y la Reina Letizia. La princesa Leonor y la infanta Sofía acaparan la mirada mediática desde el instante mismo de su nacimiento, pero los que se quedan fuera de este ojo público son los ahijados que posee el Monarca y eso que suman ya una docena, un detalle conocido, pero que ha tenido especial relevancia este fin de semana, cuando uno de ellos contrajo matrimonio. El hijo del Rey don Juan Carlos lleva desde los 15 años sumando ahijados, comenzando por apadrinar los vástagos de otras familias reales, como es el caso de los Hannover o miembros de la primera familia noruega, pero también hay otros privilegiados que cuentan con el respaldo real, pese a su condición plebeya.

El Rey Felipe VI en una imagen de archivo
El Rey Felipe VI en una imagen de archivoGtres

Y precisamente ha sido uno de este último grupo el que ha pronunciado sus votos este fin de semana en Asturias, poniendo el foco en Su Majestad. Un joven que va dando sus pasos en la vida, siempre bajo el privilegiado amparo de tener a un rey de España como padrino. Fue en 1990 cuando San Esteban de la Cuñaba era elegido para recibir el premio al Pueblo Ejemplar de Asturias, el primero de una selección que es a día de hoy una tradición cuando se celebran los Premios Princesa de Asturias, ahora nombrados así por la Princesa Leonor. Pero cuando el príncipe era don Felipe, el alcalde del primer pueblo galardonado con tan importante distinción, le propuso al Jefe de Estado que apadrinase al único niño de la aldea. Aceptó con alegría y así el pequeño fue bautizado junto a su ilustre padrino bajo el nombre de Felipe López Sánchez, aunque la idea de sus padres era llamar al pequeño Daniel.

Pues el bebé ha crecido, ahora cuenta con 32 años y es un hombre hecho y derecho. Abogado de profesión, ha encontrado a su media naranja, Lorena Meana, jurándole amor eterno este fin de semana en la iglesia de San Salvador de Deva. Un enlace que ha contado con una sorpresa especial y es que el propio Rey Felipe VI quiso corresponder a su ahijado con su presencia, demostrando con ello el trato que desde pequeño han mantenido y el cuál es demostrable también durante los premios asturianos, momento en el que aprovechan para citarse y compartir confidencias y ponerse al día.

Los otros ahijados del Rey Felipe VI

Pero el Soberano tiene otros niños sin título nobiliario entre sus ahijados y tampoco es la primera vez que se presenta por sorpresa en la boda de uno de ellos. En 2017 hizo lo propio cuando Martina Jáudenes de Diego, influencer y modelo para la firma de Sara Carbonero, pronunció el ‘sí, quiero’ en Palma. Sí, la misma que le saludó desde un yate en bikini causando un gran furor. No deseaba hacer demasiado ruido y que su inesperada visita acaparase la atención que los contrayentes merecían. Sin embargo, la noticia acaparó muchos titulares por un detalle curioso y es que en la boda también estaba entre sus ilustres invitados Marta Gayá, amiga íntima de su padre, el Rey Juan Carlos. La coincidencia era jugosa mediáticamente.

Martina Jáudenes de Diego con el Rey Felipe
Martina Jáudenes de Diego con el Rey FelipeGtres

Hay otro ahijado de sangre plebeya que goza del apadrinamiento real. Se trata de Álvaro Fuster, hijo del buen amigo del Rey Felipe que lleva su mismo nombre y de Beatriz Mira. La amistad del Monarca con Álvaro viene de lejos, de sus años de pupitre en el colegio. Han vivido mucho juntos y han estado en cada etapa de su vida compartiendo buenos y también malos momentos, por eso cuando el empresario se convirtió en padre, le eligió como padrino. Aceptó, pero no puedo estar presente en la ceremonia bautismal. Ahora el pequeño tiene 11 años y es quizá el que más disfruta de su compañía, dada la estrecha amistad de su padre con el Rey, con el que incluso realiza escapadas secretas para continuar generando buenos momentos y rememorar aquellos años en las aulas del Santa María de los Rosales de Madrid.

Álvaro Fuster
Álvaro FusterGtres